Periodismo: desde el derecho a la obligación en la profesión
El escenario para el periodismo boliviano se enfrentó en este último tiempo a esa ya conocida y denominada “crisis multidimensional”, de manera directa o colateral, pero evidente, por cierto, en medio de la dimensión política, económica y social que nos rodea.
La ya presagiada aldea global de Mc Luhan hoy nos tiene hipermediatizados, como diría Carlos Scolari, todo en medio de un nuevo ecosistema mediático que irrumpió en las plataformas digitales y que le robó mucho espacio a las tradicionales formas de información masiva que circulaban en soportes impresos, visuales y sonoros. Hoy todos juntos en las multiplataformas nos copan la atención y el escaso tiempo que disponemos.
Hoy, en el día del/la periodista boliviano/a, cabe preguntarnos sobre el ejercicio de derechos y obligaciones en medio de la profesión periodística. La enarbolada libertad de expresión, libertad de prensa y otras libertades asociadas a estas, y reconocidas por normas nacionales e internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Constitución Política del Estado Boliviano, la Ley de Imprenta, entre las más importantes, nos plantean analizar el ejercicio mismo tanto como ciudadanos/as y como periodistas.
En nombre de la libertad de expresión, muchas veces se abarrotaron las redes sociales digitales, en espacios denominados de periodismo digital, informaciones y trascendidos que no se preguntaron primero sobre el tratamiento periodístico de la información y las consecuentes formas de uso de las mismas. Hoy hablamos de medios digitales donde están las expresiones periodísticas de diversa cualidad y calidad. ¿Es un derecho? Sí, pero debe ser ejercido con total y amplia responsabilidad desde los compromisos éticos y responsabilidad social de una profesión tan importante y trascendente en la vida de un país.
E texto de la Convención Americana sobre Derechos Humanos afirma que “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección”, Convención Americana de Derechos Humanos en su Art. 13 de 1969.
En este texto de la Convención Americana, queremos destacar tres elementos fundamentales que no podemos perder de vista. Primero, el derecho humano a la libertad de pensamiento y de expresión que, no debe ser prohibitivo para nadie, también debe considerar el respeto y responsabilidad sobre su posible afectación a otro, es decir dicha libertad va de la mano con la responsabilidad de asumir las ideas difundidas como propias, pero en función a reconocer que el otro también tiene derecho a expresarse, por lo tanto, nos encontramos ante la corresponsabilidad en el ejercicio de ese derecho. Segundo, esta libertad nos abre un mundo diverso, plural y muy entretenido, pues si todos pensáramos lo mismo, las expresiones publicadas serían sumamente redundantes. Eso sí, posiblemente no causarían incertidumbre porque todos tendrían un mensaje homogéneo pero tendiente a volverse aburrido por su repetición. Tercero, la forma de expresión de las ideas y el pensamiento es diversa y esa nuevamente es la riqueza que el ser humano con libertad puede utilizar y generar. Es tiempo de celebrar las formas diversas de expresión de la gente.
En el caso boliviano, este derecho se cruza con la obligación. ¿Qué obligación tiene el periodismo de hoy en Bolivia? Buscar la verdad, hacer un tratamiento responsable de la información, construir una pieza periodística en cualquiera de sus formatos y soportes pensando en su audiencia, contexto histórico y condiciones de difusión y alcance. Asimismo, se suman a las obligaciones técnicas de la misma profesión, la obligación del compromiso ético con eso mismo: la verdad de los hechos. Hoy es un día para analizar y autoanalizar estos deberes y derechos más que nunca.
El contexto de complejidad del ecosistema mediático y de las condiciones de esta crisis multidimensional en las que vivimos exigen sobre todo enarbolar un periodismo comprometido con la verdad, los derechos humanos y la historia que se escribe hoy, esa es la obligación. Mientras tanto, todos deberemos de defender la libertad de expresión porque es el aire que permite a una sociedad democrática respirar y al/la periodista hacer su trabajo con idoneidad.
* es Profesional en Comunicación Social