Espacio publicitarioEspacio publicitarioEspacio publicitario

¿Elecciones subnacionales o compraventa de siglas?

Las elecciones sub-nacionales previstas para el próximo mes de marzo (pese a la vigencia creciente de la pandemia) no son para nada una expresión de democracia sino de la más lamentable decadencia de la vida política. Se supone que una elecciones son un espacio político en el que se ejerce la “demo-cracia” (gobierno del pueblo) utilizando para ello el voto popular (libre y secreto) de apoyo a una de las propuestas presentadas de acuerdo a ley.

Muy bien, nos hacemos la ilusión de vivir en un Estado democrático, pero ahora con las elecciones en carrera vemos que la tal democracia partidaria se ha convertido en un mercado de siglas, donde los programas políticos están siendo sustituidos por acuerdos para candidaturas que más nos recuerdan a la distribución de espacios de compraventa en un mercado.

Hay candidatos y candidatas que dejan la sigla del MAS porque no obtienen la candidatura que esperaban. Los noticiosos hablan de alrededor de veinte aspirantes que cambian de sigla (incluyendo al Mallku con su “Jallalla”). El candidato Amílcar Barral deja Unidad Nacional y se pasa a PANBOL. El pequeño Chi deja el FPV y se va con ASP. La ex presidenta Jeanine Añez deja “Juntos” para aspirar a la gobernación del Beni, mientras Marco Pumari deja a Fernandso Camacho para aspirar a la gobernación de Potosí con PANBOL.

Por su parte Edilberto Chambi deja el MAS y se va con AS (de René Joaquino, que por supuesto lo recibe bien, el negocio es el negocio). El ex candidato del MAS en Pando (Chiquitín Becerra) se va con el MTS. Mientras tanto en Tarija Álvaro Ruiz deja “Camino al Cambio” y candidatea por el MAS…

En Chuquisaca Horacio Poppe, hasta ahora legislador por el MAS, ahora es candidato de “República 25”. En Santa Cruz el candidato de Demócratas se pasa a SOL-Bo…

Se supone que en un sistema democrático mínimamente serio los actores fundamentales son los partidos políticos, o sea organizaciones con estatutos propios, con mlitancia comprometida y sobre todo con un programa político suficientemente asumido por sus candidatos. Pero en las próximas elecciones asistimos a todo lo contrario. En la realidad se trata de una subasta de siglas que se limitan a ofrecer y rechazar candidaturas. Se trata de una competencia de lealtades y de ventajas, se trata de llegar a cargos públicos a cambio de lo que sea, y por supuesto liquidando lo que quedaba de democracia.

En Bolivia el voto es obligatorioSe trata de una competencia de lealtades y de ventajasrealidad se trata de una subasta de siglas que va m poloticiosos hablan decandi, al , s,, al margente, y se prevé sanciones para quienes no cumplen esa obligación. Gracias a esta circunstancia, que en muchos países del mundo no se da (quien no quiere votar, porque no cree en el sistema o por lo que sea, está en su derecho de no hacerlo). Gracias a esa característica no se va a notar la decepción política que van a producir las próximas elecciones (y suponiendo que la pandemia permitirá su realización), porque si el voto fuera libre nos encontraríamos con un índice de abstención nunca visto.

Y los partidos políticos (u organizaciones ciudadanas) tendrían que pensar en generar datos y debates estimulantes, en hacer ver que no es lo mismo votar por una candidata que por otra, que no da lo mismo votar por tal o cual partido. Pero el voto tiene que ser obligatorio (y con sanción para quien no lo deposita), porque con un panorama electoral como el que estamos padeciendo, sólo los fanáticos iban a votar por alguno de esos candidatos que no garantizan nada. Y después ¿quién les va a pedir cuentas? Por supuesto a un alcalde o una alcaldesa que no ha presentado un programa de gobierno sino que se ha lilmitado a presentar una sigla no se le puede preguntar nada.

Pobre democracia la nuestra…


Más del autor