El sueño real en cinco movimientos

Ahora dormir es una rutina de horarios quebrados, que cuesta más trabajo que la vigilia. ¿Cómo es que 77 días de una enfermedad -ni siquiera en extremo letal- modifica todo y destruye la economía mundial? Esconder la cara es la metáfora de este tiempo. Cuidado con la broma al líder de esta pandemia

Elegir entre la derecha o la izquierda es hoy casi un ejercicio postural. En camas de una plaza será decidir entre quedarse en el lado tibio o girar hacia el frío incierto; en camas donde dos son una multitud insoportable, alejarse puede ser la diferencia entre vida o muerte.

El sueño «real» asociado a horarios definidos se ha ido hace ya más de 33 días. Ahora dormir es una rutina de horarios quebrados, que cuesta más trabajo que la vigilia; un horario brumoso en el que los recuerdos se agrupan de nuevas, novedosas, creativas maneras, entre la comedia surrealista y el horror pánico. ¿Quién puede tener el monopolio de la verdad?

Hoy la opción del alcohol no es una opción válida, con los amigos en cuarentenas bobas o inteligentes, los negocios cerrados, las calles desiertas. Reuniones virtuales regadas de alcohol en gel…

II – ESTÁ SUCEDIENDO

¿Cómo es que 77 días de una enfermedad -ni siquiera en extremo letal- modifica todo y destruye la economía mundial? ¿Puede ser real?

La primera potencia mundial pierde 35 millones de empleos, de familias que terminarán, muchas, en la calle…

Nos vendieron las virtudes de una economía salvaje neoliberal. Compramos y sembramos las semillas, pesticidas incluidos, pero jamás vimos los frutos. ¿Es esto lo que tiene para ofrecer el manejo financiero del mundo con sus bancos, fondos, y organizaciones «mundiales»? ¿Están tomando nota los líderes y dirigentes del planeta, o serán siempre parte del problema? Unos cuantos, entre una crisis y otra se quedaron con el esfuerzo de muchas, incontables personas. Unos cuantos son fácilmente defendibles por fuerzas de seguridad y sistemas judiciales. El honor de defender una bandera se vuelve la fuerza del todo vale, here there and everywhere.

III- DAR LA CARA

Hace apenas 55 días taparse la cara en lugares públicos era la marca de un delincuente, o de un terrorista listo para cometer un atentado. Hoy, dar la cara es arriesgarse a un proceso por atentado a la salud pública, una especie de paradojal terrorismo también.

Esconder la cara es LA metáfora de este tiempo. No te ilusiones: a los nuevos sistemas de reconocimiento facial les bastará con enfocar tus ojos.

Y ya se ubican en órbitas geosincrónicas, desapercibidos en medio del encierro, los satélites de elon musk para ofrecer la cobertura necesaria para la vigilancia total, de considerarse necesario.

Mesiánicos, que dicen no hacer milagros, arengan en la calle a las hordas neofascistas. Sus mensajes, sin inmutarse, repiten literalmente los discursos de sus héroes de la alemania nazi, pero en portugués, ese idioma dulce de sambas y cachaca. La novela “Los niños del Brasil” vuelve a la memoria.

Cuidado con escribir una palabra que te lleve a un proceso por decir algo incómodo, o una verdad a medias, o por susurrar una mentira… ¿aunque quién podría hoy tener el monopolio de la verdad? Cuidado con tu poema, si resulta de tono inconveniente al lector políticamente interesado. Cuidado con la broma al líder de esta pandemia pandemonio. Cuidado. Que las garantías democráticas están difusas, y ellas y ellos son capaces de encerrarte para demostrar su verdad. Sobre la piedad son algunas de las páginas que arrancaron de sus biblias.

IV- PAISAJES

El carrete de la memoria se desovilla nítido, despliega toda la gama de recuerdos, desde los elementales y fundamentales, hasta a veces los mínimos giros que te condujeron a formar el carácter. ¿Por qué estos recuerdos y no otros, por qué caras desconocidas para voces queridas?

Todo guardado en la memoria. Detrás de un paisaje inocente se esconde un olor jamás vuelto a percibir, una calle oscura y empedrada, una llamada a comer de tu abuela… el miedo generalmente la suma de todos los miedos y el amor es la selección de los mejores momentos o una cabeza tan amada recostada contra el pecho una despedida la muerte viajera frecuente con su acumulado de millas gratis los olores a pasto campestre sientes la presión de las caricias en la siesta es la sobrina de la vecina el grito que se vuelve pesadilla recurrente otro vecino le pega a su mujer que grita le sigue pegando ya no grita más.

El sueño real se ha ido. Queda esta neblina. Queda este looping, círculo vicioso de días que se suceden sin principio o fin.

V- LAVARSE LAS MANOS

«Oración, lavandina y ayuno, y estaremos seguros», nos aconsejan los neolíderes espirituales-políticos…

Es otro sueño… ¿es pesadilla? Lavarse las manos parece ser la profilaxis del momento.

“… agua del río viejo llévate pronto este canto lejos que está aclarando, y vamos pescando para vivir…” oración del remanso/Jorge Fandermole


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