La oposición boliviana "busca" su Milei
El fenómeno de Javier Milei, después de años de trabajar su imagen sobre todo en televisión nacional, no ha sorprendido en Bolivia, aunque sus resultados en las PASO, que lo han colocado en primer lugar por encima de las dos alianzas más tradicionales (el peronismo colocó a Massa y el radicalismo de Cambiemos a Bullrich) vienen a reforzar la idea de aquellos que en Bolivia siguen pensando que es posible una experiencia de este tipo para pelear la victoria al Movimiento Al Socialismo (MAS).
En 2021, ya después de las elecciones de medio tiempo cuando se confirmó que el partido de la Libertad Avanza pasaba de ser un fenómeno televisivo y de redes a ser una posibilidad institucional más, la derecha sociológica nacional se lanzó a buscar a su Javier Milei.
En este tiempo ni Comunidad Ciudadana ni Creemos han logrado convertirse como la opción hegemónica de la derecha opositora y más bien, siguen creciendo críticos que advierten de la tibieza de esas posiciones opositoras, a las que se suma la de Samuel Doria Medina.
En los últimos meses se ha venido consolidando una opción más liberal – libertaria en Bolivia con varios exponentes claros sobre todo en redes como Mauricio Ríos García o Gabriel Espinoza de los que solo Antonio Saravia ha manifestado su voluntad de conformar una opción política que se constituya en partido.
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Milei básicamente postula la destrucción del Estado para permitir que el libre mercado de verdad regule todas las relaciones sociales. Darwinismo social. Una teoría fácilmente explotable en redes de mucho ruido y que cae bien en los países donde sí hay un Estado constituido, pero que tiene más problemas en los países donde el Estado es ausente. Es el caso de Bolivia, por ejemplo, donde el libertarismo más absoluto regula las relaciones en El Alto o en las fronteras chilenas, e incluso las relaciones con la Policía o con la Administración de Justicia.
En Bolivia, en tanto el MAS se enfunda la izquierda discursiva, más desde lo popular, la oposición rehúye la catalogación de “derecha” y aunque plantea programas de mayor libertad de mercado, no dejan de plantear la intervención del Estado en todas las facetas de la vida. Tanto Carlos Mesa como Luis Fernando Camacho o anteriormente Samuel Doria Medina o la propia expresidenta Jeanine Áñez en su breve experiencia de Gobierno han “garantizado” el mantenimiento de los bonos, por ejemplo, y pocos cambios en las políticas estatistas como el tipo de cambio fijo, el papel del Banco Central u otros.
El conflicto moral
Si bien el programa económico de Milei genera muchas dudas en su aplicación, no es más fácil el ajuste moral de algunos de sus planteamientos, a menudo contradictorios. Javier Milei dice defender la vida, la libertad y la propiedad, en ese sentido, se manifiesta en contra del aborto, lo que sería la única coincidencia con la derecha más conservadora, que es la que está implantada en Bolivia y a la que también hacen guiños aquellos que se presentan como más liberales.
Pese al planteamiento de defensa de la vida, Milei defiende el derecho a portar armas y a usar drogas libremente en tanto es una decisión libre. De la misma manera, aborrece el matrimonio como institución y defiende el matrimonio entre personas del mismo sexo en tanto se trata de un contrato con sus derechos y deberes, aunque tampoco hace bandera de ello, por lo que pueda pasar.