El libertario fue la sorpresa en Buenos Aires
La derecha boliviana se lanza a “buscar” a su Javier Milei
Tras las crisis entre Creemos y Comunidad Ciudadana y sin proyecto común, las bases de la derecha boliviana buscan un referente que pueda hacer frente a la hegemonía del MAS con un cambio de discurso



Espoleados por los resultados de las primarias argentinas del pasado domingo, pero también por la reciente crisis en Comunidad Ciudadana a cuenta de su vocera Andrea Barrientos y sus “afinidades” con el MAS, la derecha sociológica boliviana se ha lanzado a buscar su propio Javier Milei sobre el que ordenar un discurso que revolotea en el país y no acaba de encontrar sus resultados.
Milei ha resultado ser el gran triunfador de esas primarias argentinas, que en realidad no buscan presidente sino la renovación parcial de su parlamento. Esencialmente es un economista de la escuela austríaca que ahora se llaman “libertarios” y que es una vuelta de tuerca del ultraliberalismo de siempre – cero Estado, el mercado lo regula todo, etc., - enfundado en la política “alt - rigth” que señala el politólogo Pablo Stefanoni, que representó a la perfección Donald Trump y por lo cual, cualquier iniciativa o discrepante es “comunista” o “casta”.
Las habilidades comunicativas de Milei – exvocalista de heavy metal, exarquero de Chacarita - que lleva años construyendo su personaje en tertulias de televisión de lo más variadas lo han catapultado a un modesto 14 por ciento concentrado en la Ciudad de Buenos Aires, pero que es magnífico en tanto es su primera aventura electoral.
En realidad, lo de Milei no es novedad en lo “nueva política”, el propio Trump, Jair Bolsonaro – con quien ha estrechado lazos -, el VOX español – con quien firma el Foro de Madrid, antítesis del Foro de Sao Paolo – o el propio Chi Hyun Chung en Bolivia han encarnado valores similares durante sus campañas, capitalizando la bronca social y la antipolítica desde los postulados de la derecha.
Ultraderecha “huérfana”
Milei básicamente postula la destrucción del Estado para permitir que el libre mercado de verdad regule todas las relaciones sociales. Darwinismo social. Una teoría que cae bien en los países donde sí hay un Estado constituido, pero que tiene más problemas en los países donde el Estado es todavía ausente en la mayor parte de las relaciones sociales. Es el caso de Bolivia, por ejemplo, donde el libertarismo más absoluto regula las relaciones en El Alto o en las fronteras chilenas, e incluso las relaciones con la Policía o con la Administración de Justicia.
En Bolivia, en tanto el MAS se enfunda la izquierda discursiva, más desde lo popular, la oposición rehúye la catalogación de “derecha” y aunque plantea programas de mayor libertad de mercado, no dejan de plantear la intervención del Estado en todas las facetas de la vida. Tanto Carlos Mesa como Luis Fernando Camacho o anteriormente Samuel Doria Medina o la propia expresidenta Jeanine Áñez en su breve experiencia de Gobierno han “garantizado” el mantenimiento de los bonos, por ejemplo, y pocos cambios en las políticas estatistas como el tipo de cambio fijo, el papel del Banco Central u otros.
El humorista Pablo Osorio planteaba en Twitter un amplio sondeo sobre ¿Quién puede ser el Javier Milei boliviano? A lo que se han propuesto diferentes nombres de lo más variado.
El exdiputado Andrés Ortega, fustigador habitual de este diario aun con su cuenta habitual de twitter (@pensardiferente) suspendida, integró en su momento Podemos, pero se define como el único liberal de derecha de Bolivia involucrado en política. En sí, es el presidente del partido Liberal y alguna vez tuvo intenciones electorales con Marcelo Ostria. Su cuenta @ordenpaztrabajo es desde 2018 su principal órgano de expresión desde donde polemiza con todos, principalmente con los de su supuesto mismo arco ideológico. Ortega, sin embargo, es conservador en lo moral, mientras que Milei aplica la doctrina libertaria, salvo en el caso del aborto.
Otro de los grandes “postulados” a ocupar el trono del libertarismo en Bolivia es Mauricio Ríos García, economista aplicado de la misma corriente austríaca de Milei y con quien dice tener “amistad”. En entrevista con Tuffí Aré explicó que su intención no es entrar en política, “porque la política corrompe”, pero sí seguir denunciando, además de celebrar los avances de Milei.
Entre otros economistas sonó Antonio Saravia, también “austríaco” y columnista de Página 7, además de Gonzalo Chávez, aunque este es esencialmente keynesiano. En Tarija los comunicadores Esteban Farfán o Errold Iriarte, además del secretario Jorge Bacotich han apoyado tesis similares a las de Milei, aunque eventualmente ejerzan función pública.
También sonó Virginio Lema, reconvertido a agitador tras su fracasada experiencia de candidato presidencial, pero su larga trayectoria política y los lucrativos negocios familiares con el Estado hacen poco creíble su desempeño como némesis de Milei.
Por cierto, que quien fuera el secretario privado de Jeanine Áñez, vinculado a la CIA y refugiado en EEUU, reconoció estar ya buscando un nuevo perfil al que apoyar: “Si. No entre los que ahora están. Alguien que genere una narrativa nueva, clara, valiente, moderna. Que enamore a los bolivianos. Ya el MÁS está desgastado. No tiene nada que ofrecer. Y sus aliados abiertos o encubiertos tampoco”.
Libertario, también en las ideas morales
Javier Milei dice defender la vida, la libertad y la propiedad, en ese sentido, se manifiesta en contra del aborto, lo que sería la única coincidencia con la derecha más conservadora, que es la que está implantada en Bolivia y que trasciende incluso a los planteamientos supuestamente de izquierda.
Pese al planteamiento de defensa de la vida, Milei defiende el derecho a portar armas y a usar drogas libremente en tanto es una decisión libre. De la misma manera, aborrece el matrimonio como institución y defiende el matrimonio entre personas del mismo sexo en tanto se trata de un contrato con sus derechos y deberes.