La semana opositora
Los liberados de CC: saldos, pujas y combos
Carlos Mesa no logró consolidar la bancada ni comprometer a sus parlamentarios con un proyecto de futuro, pero varios parlamentarios han conseguido brillar en solitario y buscarán su destino



No por anunciada o previsible, la declinación de Carlos Mesa a pugnar por la candidatura del sector “clásico” de la oposición a las presidenciales de 2025 deja de ser traumática para ciertos cuadros de Comunidad Ciudadana que sí habían creído que se trataba de un proyecto a largo plazo o que al menos, le garantizaría cierta continuidad.
Mesa, como él mismo señaló en su despedida, lleva 50 años participando de la vida pública nacional, los últimos 25 al menos vinculado a la primera línea, aunque una buena parte de ellos se colocara en “posiciones pragmáticas” (o de perfil, como señalan otros) para sobrevivir a la arremetida inicial del MAS y después colaborar con proyectos de Estado como la vocería internacional en la causa marítima. En 2019 vio su oportunidad de aprovechar el contexto y se lanzó. Se quedó cerca de la segunda vuelta con fraude o sin fraude, y fue clave en la primera respuesta: “O a la cárcel o a la presidencia” dijo antes de centrar sus esfuerzos en exigir la segunda vuelta e involucrar a la OEA, que al final fue el detonante para cerrar las protestas con Evo Morales rumbo a México, y aunque el éxito lo capitalizó Luis Fernando Camacho y Jeanine Áñez, también el fracaso: ambos están presos mientras Mesa ha dirigido la bancada cinco años sin más proceso que una declaración testifical inicial.
2020 no fue una reválida. Tal vez lo hubiera sido en mayo y sin pandemia, pero en octubre pesó el hartazgo y Luis Arce devolvió el poder al MAS de forma holgada. El único éxito de la oposición fue impedir los dos tercios, que no la mayoría absoluta, y por si acaso, los asambleístas salientes cambiaron el reglamento de la Asamblea para que esa cualidad no fuera tan trascedente.
CC sumó 11 senadores y 39 diputados, que con los 4 senadores y 11 diputados de Creemos sumaban un tercio de bloqueo en cada cámara, pero desde el primer día, en la primera sesión de conformación de Comisiones, la oposición fue perdiendo fichas, y aunque la ruptura del MAS dio alguna esperanza para negociar algunos asuntos, todas las decisiones clave han pasado por el MAS: Elecciones judiciales, Fiscal, Defensor del Pueblo, etc.
La incursión de Manfred Reyes Villa acabó por desvelar los números, ya que conformó una suerte de sub bancada con los díscolos de cada partido, como Mariela Baldivieso en Tarija o Marcelo Pedrazas, que seguramente encuentren acomodo en esas planchas en el futuro.
Las negociaciones
Hasta que no se conformen las listas definitivas, y quién sabe, un hipotético gobierno de oposición, no se evidenciará el contenido del acuerdo político alcanzado por Mesa para dar su paso atrás y seguir colaborando, que por mucho que el asunto estuviera cantado, han existido: Franja de seguridad en La Paz para dos diputados de su círculo de confianza (Urquidi, Alarcón, etc.) y el número dos al Senado y dos Ministerios en el caso de ser Gobierno, probablemente el de Medio Ambiente para Cecilia Requena. Poco más. El resto se tendrá que buscar la vida.
Hay algunos que ya fueron fichados sin jurar lealtad al proyecto, como Rodrigo Paz Pereira, que juega sus propias cartas desde hace muchos meses y otros que apostaron tanto por Mesa que tendrán dificultades en su reconversión, como Andrea Barrientos Sahonero, que se abrió hueco por su talento político en un partido “sobrio” pero que pagó por deslices como cuando confesó en la tribuna de oradores tener más cercanía (en algunos asuntos) con el MAS que con Creemos.
Luisa Nayar, diputada cruceña, también ha despuntado con otro estilo más mediático y se ha convertido en tertuliana habitual en programas de televisión y otros foros siempre desde la lealtad a Mesa – se desentendió del tema de listas azules en las judiciales y pidió el voto nulo -, y aunque tiene respaldo político familiar, tendrá que acomodar sus planteamientos.
Hay piezas cotizadas como Luciana Campero, látigo en la fiscalización y que no se ha mordido la lengua a la hora de criticar a sus propios compañeros. Le ganó el pulso a Alarcón en las judiciales, pues fue la patrocinadora principal de “las listas azules”, que ayudaron a despejar muchas dudas – de hecho 11 de 17 magistrados no fueron pintados -. Obviamente se ha generado muchos enemigos oficiales y subterráneos, por los celos, pero no le faltarán propuestas para defender candidaturas, aunque algunas pueden contener trampas.
Hay versos sueltos, como el diputado José Manuel Ormaechea, que ha protagonizado choques con algunos sectores de la oposición, como con Virginio Lema, que habiendo ganado relevancia mediática en sus redes tendrá que hacer algún pensamiento sobre sus siguientes pasos.
Lo cierto es que el naufragio de Comunidad Ciudadana estaba anunciado desde el día siguiente de perder las elecciones de 2020, pero nadie anda tan sobrado como para desdeñar cuadros formados y con experiencia. Se suman pugnas territoriales a la principal ¿Quién será el candidato de la “oposición tradicional?