La AMB se consolida como espacio de gestión
El plan de Johnny Torres
Consolidado en el municipio de Cercado por la amplia victoria, el alcalde recupera con cautelas y perfil propio la agenda nacional, donde ya ha jugado roles importantes en el pasado al frente del MNR



¿Cuál es el plan de Johnny Torres? La trayectoria política del alcalde de Cercado es diferente a la de los demás políticos de su generación, algo que tiene intrigados a diferentes analistas y asesores, que si bien tienen claro que, como decía Víctor Paz, “los políticos en Bolivia no se jubilan”, a veces cuesta adivinarles los siguientes pasos.
Torres se impuso con claridad en Cercado, donde lo difícil en realidad era conseguir la nominación dentro de una alianza de partidos tradicionales menos natural de lo que parecía, pero que ganó de mano anticipándose a todos los que alguna vez sonaron como alternativa, como Víctor Hugo Zamora o Mauricio Lea Plaza, que también orbitaban alrededor de Óscar Montes. Torres anunció su candidatura el día que Virginio Lema cerraba su campaña presidencial de 2019 con el MNR en la plaza Luis de Fuentes, las expectativas eran tan irreales que los congregados decidieron jalear a Torres.
La victoria del 7 de marzo es sin duda un hito en su carrera, pero es demasiado pronto como para considerar que es la cúspide, pues cualquiera le augura aún muchos años en activo.
De arriba a abajo
El primer cargo conocido de Johnny Torres fue el de diputado suplente en la bancada de Podemos de Tuto Quiroga en 2005, fue su “bautismo popular”, pero el político ya llevaba años haciendo vida de partido, que en el MNR supone una permanente pulseada de comandos territoriales, con jefes, subjefes, escisiones y conspiraciones por todo ello. De ahí viene Johnny Torres.
En Tarija no se recuerda nada especialmente de aquella gestión nacional, salvo que Torres hizo los contactos suficientes a nivel nacional como para ganar peso específico en un MNR degollado y ultrajado por las políticas liberales de Gonzalo Sánchez de Lozada y cuya deriva parecía llevar a la desaparición, bien por entrar en dinámicas aún más ultraliberales, bien por entregarse al nacionalismo populista y no tan revolucionario del MAS, donde se podía acomodar la vieja guardia.
Torres pasó después al nivel Departamental y se erigió como figura en la primera Asamblea Legislativa de la Autonomía, aquella que debía consolidar la conquista adecuando el texto constitucional pero que sirvió de patíbulo para el primer Gobernador electo, Mario Cossío, con quien compartía bancada – Camino al Cambio – y partido de base – el MNR -, pero con quien nunca se le conoció una especial sintonía. Eso sirvió para que algunos lo señalaran como “cooperador necesario” tanto en su caída como en la posterior imposibilidad de acabar con el interinato de Lino Condori.
Como fuera, Torres salvó la Legislatura con amplio margen de aceptación y acabó postulando como Subgobernador de Cercado tras una curiosa operación política en 2015. Torres ya era consciente de su potencial y dudó hasta el último momento si integrarse en la coalición opositora (UDA) que primero llevó a Óscar Montes de candidato y finalmente eligió a Adrián Oliva ante la falta de apoyos partidarios del propio Torres, o lanzarse en solitario. Hasta fue proclamado candidato de la mano de los Demócratas que por entonces dirigía el periodista Roy Moroni. Al día siguiente aceptó ir a la subgobernación donde fue el más votado.
La subgobernación, en plena crisis, no le dio muchas oportunidades de brillar e incluso a punto estuvo de quebrar ante la incapacidad de su equipo de gestionar la canasta alimentaria del adulto mayor de forma digna. Sin embargo, con su habilidad habitual mantuvo la imagen solvente ante el grueso de la opinión pública. Por el camino se dio cuenta de que en la Gobernación no había nada que hacer y decidió “bajar” un peldaño más.
Desde que anunció su candidatura a alcalde de Cercado nadie tuvo dudas de quién sería el siguiente alcalde. Ya desde su nuevo rol vuelve a llamar la atención nacional.
Peso nacional
Johnny Torres fue jefe nacional del MNR en un momento complejo, con el partido desangrándose en todos los sentidos, con una indefinición ideológica post-goni que impedía captar nuevos cuadros, mientras que los que estaban se reconvertían en otros partidos o en otras opciones, MAS incluido, pero también Unidad Nacional y Demócratas principalmente.
Torres paró la sangría y también tiró de dignidad en el episodio electoral de 2014, luego de que Samuel Doria Medina dejara tirado su “Frente Amplio”, que fundamentalmente descansaba sobre el MNR de Torres, para fundirse en Unidad Demócrata con Rubén Costas y su aparato cruceño, a quien le cedió la vicepresidencia que ocupó Ernesto Suárez.
Torres devolvió el golpe aliándose in extremis al Partido Demócrata Cristiano (PDC) que candidateaba con Tuto Quiroga, al que sumó no solo al MNR sino también a los restos del MIR que representaba su amigo Óscar Montes. Lo cierto es que con muy poco tiempo y aparato, sacaron un tercio de la votación de Doria Medina.
Torres no guarda odios, de hecho, se les ha vuelto a ver juntos en conversaciones y en hipotéticos pactos y Doria Medina participó de Unidos y colocó a César Mentasti en la Presidencia del Concejo. La cuestión es que los equilibrios cambian.
Torres, hábil negociador, se hizo con la presidencia de la Asociación de Municipios de Bolivia, que aglutina a más de la mitad de la población del país que vive en las capitales de departamento más El Alto. El lobby es por demás curioso en este viaje, ya que las ciudades del eje están representadas por Iván Arias en La Paz; Eva Copa en El Alto; Johnny Fernández en Santa Cruz y Manfred Reyes Villa en Cochabamba. Cada uno de ellos tiene una nube de turbulencias y conspiraciones sobre ellos que solo se resolverá al final de la gestión. De momento la AMB quiere ser más espacio de gestión y menos de discusión política y polarización. Tal vez el único foro así que queda en el país.
Quedan meses por delante y Johnny tiene un plan. Aunque de momento no lo deja ver. O tal vez sí.