Rectificar es de sabios
De nada sirve enfrascarse en una ruta cuando los resultados encadenados lejos de mejorar, van empeorando a cada rato. La terquedad en política penaliza, casi incluso más que el transfugio.



Equivocarse es de humanos y rectificar es de sabios. El romancero está lleno de versos y frases hechas que hacen a esta situación.En los tiempos de vacas gordas, cuando los vientos soplan a favor, es común tomar decisiones muy beneficiosas al corto plazo que, cuando pasan los efluvios de la borrachera dan cuenta de la dimensión del error.El Movimiento Al Socialismo ha gobernado a placer desde hace más de una década, pero especialmente desde que en 2010 echara a andar una nueva legislatura con una nueva Constitución. Las mayorías abrumadoras en las cámaras le permitían hacer casi cualquier cosa. Todo quedaba opacado detrás de la lluvia de millones.Se ensayaban entonces discursos sobre la conquista de la hegemonía, sobre la derrota y asimilación de sectores opositores al proceso de cambio, sobre como los actores podían ir viendo la luz y adhiriéndose a los principios del movimiento sin que, en la práctica, se modifique ni un ápice el estilo de vida.La legislatura a nivel nacional ha entrado ya hace unas semanas en la fase decisiva, en la que se definirá la suerte de cada uno por lo hecho o lo deshecho. Entra en la fase de la definición de cara a 2019 y en ese escenario, el MAS necesita saber cuáles de sus últimas adquisiciones o incorporaciones son útiles y leales y cuantas de sus bases han permanecido estoicos en el proceso pese a la que les ha caído encima. Sólo entonces se podrán tomar las decisiones adecuadas para definir el futuro más cercano.
El editor@lamanodelmoto