Amistades peligrosas, enemigos íntimos
La política, dicen las teorías, es la gestión del conflicto entre amigos y enemigos. Una definición básica que se cruza con las variables de tiempo y espacio. Una lucha por el poder, de ganadores y perdedores y que tiene por espectadores a una gran mayoría de la población, inconsciente a...



En Tarija, donde todos se conocen demasiado, las relaciones se retuercen hasta el paroxismo y los cambios de bando siempre parecen esconder oscuras intenciones en las que nadie acaba de creer demasiado. Son muchos los amigos que han pasado a ser enemigos íntimos, y los enemigos que han encontrado, llegado el momento, aliados circunstanciales en la lucha por el poder. Acumular no siempre es ganar. En estas estrecheces y en cómo se dirima la sucesión de líos y de relaciones trabadas en estos momentos y en el corto plazo anterior dependerá, en el futuro casi inmediato, el desarrollo político del departamento.
Lío 1.- Carlos Brú y Wilman Cardozo eran amigos y reyes en un Chaco sediento de autonomía. Jorge Arias era su lugarteniente. Brú se entregó al MAS con la alcaldía de Yacuiba. Wilman se convirtió en azote más visible siendo aún diputado. Brú quiso repetir de alcalde, Wilman probar lo de ser ejecutivo municipal. Brú acabó en su casa y Wilman en la Asamblea, igual que Jorge Arias.
Lío 2.- Brú, como nuevo alcalde del MAS, las tuvo tiesas con Marcial Rengifo, ejecutivo seccional de la misma circunscripción y masista originario. El Brú más influyente logró apear a Rengifo de la carrera a la subgobernación y puso en su lugar a José Quecaña, otro masista neto y que dicen que fue padrino de matrimonio de Rengifo. Jorge Arias, lugarteniente de Brú que está en su casa, es ahora el azote de Quecaña desde la capital.
Lío 3.- Wilman Cardozo, privado por el Tribunal Electoral de la posibilidad de ser alcalde de Yacuiba con un reglamento hecho como para él, cedió su puesto a Ramiro Vallejos y se metió en la campaña con todo. Vallejos dice ahora que sin él, el MAS hubiera ganado y se aleja de Wilman. Y apoya a Evo Morales en el referéndum. Y mete en su equipo a Esteban Farfán, tan crítico con Brú como lo es ahora con Wilman.
Lío 4.- El ex alcalde de Tarija Óscar Montes pudo ser gobernador, o al menos candidato por parte de un bloque opositor. Su aliado amigo Johnny Torres se fue al Chaco para valorar con Wilman esta opción. Salió no. Wilman aún recordaba el pimpampum con Margarita.
Lío 5.- El ex alcalde de Tarija Óscar Montes pudo ser gobernador, o al menos candidato por parte de un bloque opositor. Su amigo confeso Milcíades Peñaloza quería que lo fuera del Movimiento Al Socialismo (MAS) al que él se acababa de sumar en las elecciones presidenciales de 2014 como senador. Milcíades había sido de ADN como Tuto Quiroga, y a Tuto acababa de apoyar Montes en esa misma campaña, junto a Johnny Torres.
Lío 6.- Roberto Ruíz también era más o menos amigo de Milcíades Peñaloza, y también más o menos de Óscar Montes desde los tiempos cívicos. Ruíz fue el pionero en abrazar al MAS pese a ser senador del Podemos de Tuto en 2006. El MAS, dice Montes, es quien le privó de la campaña por el acoso judicial al que le sometió.
Lío 7.- Pablo Canedo se hizo del MAS
Lío 8.- Carlos Cabrera, amigo de Montes, amigo de Ruíz, fue candidato del MAS y reemplazado con violencia quizá por no ser amigo de Marcelo Hoyos, el entonces Rector de la Universidad a la que Cabrera renunció unos días más tarde de lo que el Tribunal pedía. Ahora son amigos otra vez. O al menos socios en campaña. Lalo Cortez mediante.
Lío 9.- Wilman, que no era amigo de Montes, se hizo amigo de Adrián Oliva, que arrancó su campaña haciendo causa con el agua en Tarija hasta que se quedó solo con todas las papeletas.
Lío 10.- Adrián Oliva y Waldemar Peralta son amigos.
Lío 11.- Roberto Ruíz amigo-enemigo circunstancial de Montes. Era enemigo de Waldemar. Relación incatalogable con Wilman.Lío 12.- Óscar Montes y Rodrigo Paz parecían fraternos, hoy son fratricidas, y Jaime Paz comparte asados con Waldemar Peralta y Wilman Cardozo. Y con Evo Morales.
Lío 13.- Mario Cossío y sus amigos. Evo Morales y sus amigos.
Lío 14.- Álvaro Ruíz, alcalde de El Valle, era amigo de Camino al Cambio y ahora es amigo de Álvaro García Linera y Luis Arce Catacora. Ruíz se hizo del MAS y se llevó a Ariel Ortega, el ejecutivo seccional de su circunscripción. Ortega ahora vuelve a ser amigo de Oliva porque no quiere saber del ocho por ciento.
Lío 15.- Mario Cossío era amigo de casi todos, menos de Wilman Cardozo y Luis Alfaro, y acabó en Paraguay. Luis Pedraza, amigo de Cossío, se ha convertido en enemigo de Adrián Oliva. Juntos fueron a visitarlo. El MAS celebra la enemistad.
Lío 16.- Nadie es amigo de Luis Alfaro.
Lío 17.- Rubén Ardaya es amigo de Mario Cossío y es amigo de Adrián Oliva y no quiere ningún amigo cerca del Movimiento Al Socialismo. Que quede claro.
Lío 18.- Johnny Torres también era amigo de Mario Cossío y no le gusta que le digan que es amigo de Evo Morales ni de Milcíades Peñaloza. No le gusta salir en las mismas notas que Óscar Montes aunque juntos hicieron aquello del PDC en Tarija que le dio los dos tercios al MAS. Los dos dicen que no es así. Uno dice que a nivel nacional puede ser, pero no en Tarija.
Lío 19.- Johnny Torres pelea con Adrián Oliva y con Rodrigo Paz y no salir en las mismas notas que Óscar Montes, que solo pelea, de momento, con Rodrigo Paz.
Lío 20.- Mauricio Lea Plaza no pelea y no es amigo del MAS.
Lío 21.- ¿Dónde están los amigos de Lino Condori?
Los amigos del Conalde
La oposición nacional de esfumó tan pronto como el Consejo Nacional Departamental hizo aguas tras el referéndum revocatorio viabilizado por el Podemos de Tuto Quiroga en la Asamblea tras el órdago del MAS. Desde entonces, no ha quedado rastro de un movimiento político que pudiera plantear un modelo de país alternativo al que ofrecía el Movimiento Al Socialismo. La inclusión de las autonomías en la Carta Magna fue una última victoria parcial que a la larga certificó su defunción. Hoy, Santa Cruz, sigue sin tener el Estatuto Autonómico convalidado y los departamentos que rechazaron el modelo originariamente lo hicieron aún más contundentemente cuando sus autoridades les mostraron una carta redactada desde arriba en los referéndum de 2015.
La polémica por el Pacto Fiscal han avivado algunas brasas casi olvidadas y en algunos círculos ya se habla de repolarizar el país sobre un modelo de gestión que teóricamente, no atiende a los ciudadanos como correspondería. El grueso del gasto se administra desde lejos. El mensaje tiene elementos, pero las capacidades de movilización no son las que eran. El coco (MAS) no es tan grande a pesar de que la corrupción ha empezado a minar sus elementales características diferenciales. Algo que quizá incluso suma en el imaginario: es más de lo mismo.
Cuando además se incorpora al escenario público la posibilidad de crear un Consejo de Departamentos Productores de Hidrocarburos, los fantasmas se agitan aún más. Algunos hasta se trafucan con el nombre a pesar de que se insista en que el propósito es coordinar las acciones y participación de los departamentos en el plano de la planificación de la industrialización del país. Otros solo ven un intento de fiscalizar al máximo y poner palitos en el camino. De momento el proyecto solo está en fase inicial.Lo cierto es que pasa el tiempo y la oposición nacional sigue siendo irrelevante, perdidos en líos de faldas o escándalos transitorios y sin capacidad de incidir en asuntos de fondo. Ni siquiera en un contexto de crisis como el que atraviesa el país.
Los enemigos de la Conalcam
El escándalo del Fondo Indígena ha golpeado con virulencia a las bases del Movimiento Al Socialismo (MAS) y la desconfianza moderada que existía entre organizaciones que formaban parte de la Coordinadora Nacional del Cambio no solo se ha acentuado sino que además ha roto la solidez de las mismas. Ya nadie se fía de nadie ni en su propia organización. Ver a la poderosa Julia Ramos en la cárcel, casi un año completo sin siquiera ser sometida a juicio ha paralizado el proceso conjunto.
Lo que alguna vez fue el círculo de confianza de Evo Morales está ahora sometido a un cordón sanitario, mientras que el “círculo palaciego” ha sabido sortear con más soltura el otro escándalo que ha puesto en brete al Movimiento Al Socialismo (MAS). El del tráfico de influencias de CAMC, que con habilidad quedó derivado en un lío de faldas no bien resuelto.
El poder ha quedado así en manos del círculo tecnócrata frente al de los Movimientos Sociales, que cada vez más se sienten como un mero instrumento de fuerza electoral, alejado de las decisiones. Peor en tiempos de crisis.
En esas, el ministro Carlos Romero se ha convertido en lo más parecido a un verso suelto dentro del aparato de Gobierno, siempre con las filas prietas. Ya tuvo alguna salida de tono con la detención policial intempestiva de Gabriela Zapata, pero mencionar al presidente Evo Morales cuando se intentaba dirimir por qué no se había accionado un rescate del viceministro Illanes, asesinado por los cooperativistas mineros movilizados en Panduro no parece que le vaya a salir gratis.
El Fiscal Ramiro Guerrero, de la otra cuerda, ha cerrado el círculo sobre Romero y lo ha citado a declarar presencialmente. Romero, que se mantiene en sus trece y cambió esta semana a todo el cuerpo policial que dependerá de un viceministro que todavía no está nombrado (y que hasta el momento tenía la influencia de Juan Ramón Quintana) ha lanzado toda clase de adjetivos. Guerrero, por su parte, lo puso en el disparadero al desvelar unas supuestas ambiciones para ser candidato presidencial. Los votantes ya parecen importar poco.