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Mediterráneo: La hora de la verdad (arancelaria)
Este texto forma parte del boletín de análisis internacional con base en Bolivia que cada viernes manda el director Jesús Cantín, si quieres recibirlo directamente en tu correo, suscríbete al pie de esta página



Estimados
Cada cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, desde su fundación, acaba con un mal sabor de boca. Nació con mucho impulso y un objetivo no declarado pero evidente, sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA) en la administración y despacho de los asuntos comunes, incluidos los conflictos. Se trataba de un espacio de integración política con ambición Latinoamericanista para coordinar una voz común en el mundo al margen de la de Estados Unidos, quien efectivamente es quien digita lo que pasa en la OEA.
Ha pasado más de una década y lejos de avanzar, se registran retrocesos por una cuestión evidente. Los fines de la Celac son políticos y la polarización en América Latina, incluso más que los típicos conflictos y rencillas regionales, complican los avances. Hubo tiempos de cierta convergencia ideológica que apenas dio pasos para constituir el Banco del Sur y otras herramientas que parecían útiles; hoy, con gobiernos radicalizados como el de Milei, o desviados como el de Maduro, la cohesión parece inviable.
El asunto debería seguramente despertar más debates en cada uno de los Estados – nación, pues el mundo está cambiando de orden hacia una suerte de multipolarismo donde se priorizan los intereses más pragmáticos y donde los grandes se comen a los chicos.
Probablemente siempre fue así, pero son las condiciones culturales homogéneas de la región, las no tan lejanas condiciones económicas entre unos y otros, las potencialidades productivas – minería, agroindustria, litio, etc., - comunes y los problemas sociales como la desigualdad o la baja densidad poblacional las que deberían impulsarnos a una cohesión mucho más pragmática y estable. Un continente más unido sería más fuerte, pero lejos de eso, cada cual prefiere hacer la guerra por su cuenta.
La cumbre se vio además distorsionada por la bomba de los aranceles arrojada por Trump la semana anterior y que ha dejado en incertidumbre el comercio mundial. América Latina no fue una de las grandes damnificadas – solo 10% a todos los países excepto Venezuela – por varias razones sencillas, fundamentalmente que la balanza comercial es ligeramente favorable a la región – aproximadamente un 20% o125.000 millones de dólares excluyendo a México – y que Trump es consciente de que restar competitividad a la producción de América Latina implica destruir puestos de trabajo y por ende, alimentar el fenómeno migratorio.
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En medio de la Cumbre Trump decidió pausar los aranceles 90 días para todo el mundo, aparentemente a la luz del desplome de las bolsas, aunque hay análisis en todas las direcciones, y se concentró directamente en China, con quien sigue hasta hoy la escalada de tasas y amenazas recíprocas. Era el objetivo declarado desde que ingresó al gobierno y esta vez solo tiene cuatro años.
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En la Cumbre de la Celac hubo tensiones e incluso el documento final fue observado por las delegaciones de Argentina y Paraguay, eso a pesar de ser eminentemente el enésimo saludo a la bandera. En lo que sí hay acuerdo es en la confirmación de la cumbre Celac – China que se celebrará en Pekín el 13 de mayo. Una cumbre que, sin ser la primera, es toda una declaración de intenciones en este momento caliente.
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Mientras se aclaran las intenciones de unos y otros y se consolida la guerra comercial propiamente dicha, hoy hablamos además de lo último en Ecuador antes de sus elecciones; de las calenturas en Oriente Medio y del quiebre Trump - Musk
La definición de Ecuador
Las campañas en Ecuador han acabado con un alto nivel de estrés y polarización. La violencia campa a sus anchas en un país que se ha convertido en epicentro del narcotráfico tras la desarticulación de las FARC en Colombia, y donde la política se vive con pasión.
Aquí pueden leer el resumen de lo más destacado de las campañas de Perfil: Balotaje en Ecuador: lo más destacado de la campaña de Daniel Noboa y Luisa González
Los resultados están abiertos porque en la primera vuelta Noboa ganó por apenas 0,17% a Luisa González, heredera del correísmo, pero que ha logrado reagrupar a colectivos que se habían separado, como el eje Pachakutik indígena, pero que puede no ser suficiente.
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En el pasado reciente, la política en Ecuador se configuraba de forma similar a la boliviana: Correa y el Partido de la Revolución Ciudadana a un lado y un sinfín de nombres y siglas al otro lado que apenas se ponían de acuerdo para enfrentarlo. Noboa rompió esa lógica desde la presidencia alcanzada hace apenas 16 meses y se notó en la primera vuelta, sin embargo, sus tintes autoritarios, su enfrentamiento con su vicepresidenta Verónica Abad, a quien inhabilitó evidenciando la instrumentalización de la justicia como en tantos otros lados, y el hecho de haber burlado la Constitución para acabar el mandato sin renunciar para hacer campaña hace que no todos le hayan bendecido. En cualquier caso, es el favorito a batir.
Así, la campaña ha estado marcada por la polémica y la guerra sucia. Ayer mismo González denunció que le cambiaron su escolta de forma sorpresiva, lo que considera un riesgo. Es que sí, en Ecuador también se agita el fantasma del fraude, como viene siendo ya común en todas las elecciones, sean quien sean los actores que están en el poder y los que aspiran a tomarlo.
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El territorio caliente en Oriente Medio
El Tribunal Supremo israelí celebró esta semana una audiencia sobre las peticiones contra la destitución del jefe del Shin Bet, la agencia de inteligencia interna, por parte del Gobierno de Israel. La Corte ordenó que este siguiera en su cargo y pidió un acuerdo entre las partes antes del 20 de abril, y esto que parecería un asunto de política interna y pulso subterráneo, parece ser lo que ha reactivado los bombardeos en Gaza y mantiene en vilo a toda la región.
Así lo resumía El Orden Mundial en tres claves:
- El Gobierno israelí aprobó por unanimidad la destitución de Ronen Bar como jefe del Shin Bet en marzo. Netanyahu justificó su despido alegando que había perdido la confianza en él. Sin embargo, este cese coincide con la investigación del Shin Bet sobre los supuestos pagos que varios exasesores del primer ministro habrían recibido de Catar, un país si no aliado, al menos “tolerante” con Hamás.
- El despido del jefe del Shin Bet es un hecho sin precedentes en la historia de Israel. De hecho, la sesión fue interrumpida por asistentes afines al Gobierno. El Tribunal Supremo israelí debía decidir si existe un conflicto de intereses en esta decisión. El Ejecutivo ha afirmado que mantener a Bar sería una toma del poder por parte de los jueces.
- Este proceso tendrá implicaciones decisivas para la democracia israelí. Netanyahu ha intentado debilitar a los jueces desde su retorno al Gobierno en 2022. Incluso promovió sin éxito una polémica reforma judicial, que limitaba el poder del Tribunal Supremo. Con este caso, su Ejecutivo podría desobedecer al Supremo, abriendo una crisis inédita.
De fondo está la investigación sobre qué pasó realmente aquel 7 de octubre en el que los milicianos palestinos apenas encontraron resistencia para irrumpir en las colonias israelís y perpetrar la matanza y también los equilibrios de Netanyahu con su propio gobierno soportado por extremistas que básicamente le exigieron reactivar el bombardeo en Gaza para no hacerlo caer.
En medio de la polémica, Netanyahu se fue a visitar a Trump para hablar de aranceles, pero con los otros dos temas claves en la agenda. Vale la pena recordar que el argumento para proteger a Israel es su condición de “democracia occidental”, en la que atropellar al Tribunal Supremo no está incluido.
Así, entre los dos han puesto sobre la agenda, por supuesto con amenazas por el medio, la renegociación del acuerdo nuclear con Irán, la gran derrotada de este año y medio de tensión.
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El quiebre Trump - Musk
Sin ánimo de sobrecargar, hay una consecuencia del tema arancelario que ha adquirido notoriedad e irá a más en los próximos días, si es que se confirma, el quiebre entre el presidente Donald Trump y su súper asesor Elon Musk parece un hecho.
Musk apostó fuerte por Trump y decidió involucrarse en el gobierno, lo que ya despertó muchos análisis y recelos en el propio entorno de Trump: el empresario dueño de Tesla, X, SpaceX y otros es uno de los grandes contratistas del Estado y el conflicto de intereses era un riesgo fuerte.
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Musk asumió una suerte de agencia externa dedicada a recortar gasto público, lo que le generó ya nuevos enemigos y mucha crítica popular. Tesla, una de las empresas pioneras en el mercado del auto eléctrico, ha sido una de las grandes afectadas: de por sí era difícil conciliar el entusiasmo negacionista de Trump con la viabilidad del negocio.
Los anuncios arancelarios y las réplicas a nivel mundial han complicado aún más el negocio de Tesla, que ya estaba en dificultades para competir con los vehículos asiáticos en Europa y en el propio Estados Unidos.
El choque parece irreversible… pero estamos hablando de Elon y Donald.
LAS RECOMENDADAS
Entre las recomendadas para este fin de semana:
- Les dejo este análisis sobre la otra arista cultural de México: Narcocultura: entre la crónica y la apología del crimen
- Aquí un tema para seguir: Los hombres de Trump vuelven a Panamá para presionar con la toma de control del Canal
- Otro tema tremendo de Ojo Público: Territorio Narco: el tráfico de cocaína domina más del 70% de las fronteras amazónicas
- Aquí uno de esos mapas imprescindibles de El Orden Mundial para entender el conflicto China – Taiwán: El mapa de la línea de los nueve puntos: la gran reclamación marítima de China
- Aquí un perfil de NYT: El enviado de Trump que congenió con Nayib Bukele, el ‘dictador más cool del mundo’
- ¡Ah! Y les dejo este reportaje de DW que parece clickbait pero es de un asunto muy serio: Chile se queda sin playa