Irán ha reabierto el debate nuclear. ¿Llegará a tener armas atómicas?
La amenaza de Israel y la escalada de tensión en Oriente Próximo han incrementado las presiones en Teherán para revisar su doctrina de defensa y desarrollar su arsenal nuclear.
¿Qué tienes que saber?
Las demandas de armamento nuclear aumentan en Irán. La semana pasada, 39 parlamentarios conservadores solicitaron reevaluar la doctrina de defensa al Consejo Supremo de Seguridad Nacional. Su petición se produjo después de que Israel amenazara con atacar a Irán como respuesta a su ataque contra territorio israelí el 1 de octubre.
La doctrina de defensa iraní prohíbe la fabricación de armas nucleares. Su líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, estableció esta prohibición hace dos décadas bajo el pretexto de que contravenía la ley islámica. Sin embargo, las acciones bélicas de Israel en los últimos meses han elevado la presión para revisar esta idea.
El apoyo a las armas nucleares se ha disparado entre los iraníes. Una encuesta realizada por IranPoll entre febrero y mayo reveló que el 70% respaldaba el desarrollo de este armamento. Incluso figuras moderadas como Hasán Jomeini —nieto del fundador de la República Islámica— han pedido aumentar las capacidades de disuasión de Irán.
Entretanto, el presidente Masoud Pezeshkian se reunió por primera vez con el presidente ruso, Vladímir Putin. Pezeshkian asumió el cargo en julio y tiene el objetivo de reanudar las conversaciones con Estados Unidos para reactivar el acuerdo nuclear de 2015. Sin embargo, las tensiones con Israel han dinamitado cualquier posibilidad.
El acuerdo nuclear fue un pacto internacional para restringir el programa nuclear iraní. Establecía el levantamiento de las sanciones económicas contra la República Islámica a cambio de que Teherán redujera sus reservas de uranio enriquecido. Sin embargo, Estados Unidos lo abandonó en 2018.
¿Por qué es importante?
El debate sobre las armas nucleares muestra la fragilidad actual de Irán en Oriente Próximo. Hasta el momento, la República Islámica contaba con sus aliados proxies para defender sus intereses en la zona. Sin embargo, la ofensiva de Israel contra el Eje de la Resistencia ha dañado la posición regional de Teherán.
El desarrollo nuclear de Irán buscaría restablecer su capacidad de disuasión frente a Israel. Teherán ha apostado estos meses por la contención para evitar una guerra regional a gran escala. Sin embargo, el debilitamiento de Hamás y Hezbolá le incentiva a cambiar su estrategia y a impulsar su arsenal nuclear para garantizar su seguridad.
La política nuclear también pretende fortalecer al régimen iraní. Las autoridades quieren ganar credibilidad y satisfacer las demandas de los iraníes. Además, les permite agitar el nacionalismo contra su enemigo y cerrar filas en un momento de debilidad interna ante la situación económica, el malestar social y la posible crisis sucesoria de Jamenei.
La reunión de Pezeshkian con Putin es especialmente significativa ahora. Rusia cada vez depende más de los drones iraníes para sostener su esfuerzo bélico en Ucrania. A cambio, Teherán puede beneficiarse de tecnología rusa para acelerar el desarrollo de sus armas nucleares.
¿Qué cabe esperar?
Aunque sigue siendo difícil, cada vez es más factible que Irán impulse su arsenal nuclear. La perspectiva de un ataque inevitable de Israel, la debilidad de sus aliados y la ruptura de la disuasión pueden convencer a Teherán de que las armas nucleares son la única manera de proteger su seguridad.
Es posible que Irán tenga capacidad suficiente para fabricar armas nucleares rápidamente. Teherán cuenta con altos niveles de uranio enriquecido, y en 2015 ya tenía un diseño de arma ligera. Esto, unido a la amenaza inmediata de Israel, podría agilizar su programa nuclear.
Sin embargo, el desarrollo nuclear de Irán provocaría una escalada inédita en Oriente Próximo. Israel lo interpretaría como un riesgo existencial, dándole la justificación para exhibir su arsenal nuclear —no reconocido hasta ahora— e iniciar una guerra contra Teherán. Al mismo tiempo, alentaría a Arabia Saudí a impulsar su propio programa nuclear.
El programa nuclear iraní también arrastraría a Estados Unidos. De primeras, Washington intensificaría las sanciones y reforzaría su compromiso con Israel. Pero si regresa Donald Trump, podría involucrarse directamente en atacar las instalaciones nucleares de Irán.