Mediterráneo: Se disparan entre ellos
Este texto forma parte del boletín Mediterráneo sobre la actualidad política internacional y su influencia en Bolivia del director Jesús Cantín, si quieres recibirlo semanalmente en tu correo, suscríbete
En la guerra de Vietnam los dirigentes se dieron cuenta de que era necesaria una narrativa favorable para contener a la opinión pública en un conflicto bélico. Había que tener razón para sostener una guerra. En la segunda invasión a Irak quedó claro que era más importante tener miedo que razón, y el fantasma de las armas químicas de destrucción masiva aplacó a la opinión pública hasta que fue evidente que no existían. Entonces apenas había redes sociales.
Hoy la polarización se ha instalado en el mundo no solo como forma de hacer política, sino prácticamente como forma de vivir. La realidad pasa a toda velocidad por nuestros teléfonos celulares, lo que apenas nos da tiempo a validar la idea preconcebida o a rechazarla. Los estrategas saben que a veces basta con repetir la misma idea las suficientes veces y lo suficientemente alto como para tener razón.
Las cifras de muertos en Gaza y en Israel no paran de crecer, pero el pasado martes asistimos a uno de esos eventos definitorios: Un hospital baptista voló por los aires matando a unas 500 personas que allí se refugiaban. Israel estaba bombardeando la zona y había pedido el desalojo de exactamente ese hospital, algunos representantes lo celebraron en sus redes, pero fue tal la conmoción que rápidamente se tiró de un argumento muy típico también en Bolivia: “Se disparan entre ellos”.
Ni el hecho de que la cuenta oficial de las Fuerzas Israelís colgara un video antiguo hizo tambalear el argumento del “fuego amigo”, del cohete mal dirigido que estalló sobre un arsenal escondido, etc. Prácticamente todas las grandes cabeceras del mundo occidental cambiaron su titular inicial: Israel bombardea un Hospital en Gaza, por un tibio: Decenas de muertos en un hospital, se investiga quién disparó. La presión es grande.
No pretende este Mediterráneo aportar nuevos datos sobre el conflicto, porque además no podríamos porque no estamos allí, pero sí anotar algunos apuntes que hacen al contexto.
- El secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken pasó 12 horas reunido e igualmente tuvo que volar Biden. La noticia del bombazo en el hospital la recibió prácticamente en vuelo. Una bienvenida de las que desmontan las ganas de regañar a nadie y alimenta las sospechas de que el gobierno de Israel estaba esperando algo así, también cuando dejó las fronteras desprotegidas pese a las advertencias de los equipos de inteligencia.
- Lo que menos quiere Biden es petróleo caro porque sube la inflación, perjudica a la clase obrera y le amarga la reelección al partido demócrata al año que viene. Cualquier conflicto en oriente próximo agita los precios, que ya ronda los 90 dólares. Levantar el embargo a Venezuela en este contexto evidencia que lo menos importante siempre son los argumentos de los derechos humanos y la democracia aún cuando la excusa formal son los avances en la normalización política del país.
- Al Sisi es el presidente de facto de Egipto que subió al poder tras un golpe al gobierno de los Hermanos Musulmanes, electo tras la “Primavera Árabe” que derrocó al régimen de Mubarak, vigente durante casi tres décadas. Tanto Mubarak como sobre todo Al Sisi, tuvieron la aprobación de EEUU. Este último fue armado a toda prisa para evitar la radicalización de un país de 90 millones de personas y clave en el comercio mundial. Aún así, no abre la frontera de Rafah para que salgan palestinos y mucho menos la población extranjera, porque efectivamente, son los verdaderos escudos humanos. Quienes se fueron en las guerras anteriores, nunca regresaron. Vaciar Gaza supone dar carta blanca para que sea arrasada. Gaza ya es en la práctica un campo de refugiados, por lo que no debería tener sentido crear otro en otro lugar, salvo que lo que se desee sea otra cosa.
- La forma efectiva de luchar contra Hamás y no cometer el crimen de guerra del castigo colectivo es precisamente la invasión terrestre, pero el mundo puede no estar preparado para esa carnicería. O al menos para cómo será contada en las redes. De momento no hay fecha para esto y las posiciones iniciales de apoyo total a Israel se van matizando. Toca mover ficha a los países árabes en medio de la psicosis antiterrorista que se apodera de Europa.
Democracias y otros golpes
- El momento argentino.
Esta noche se conocerá si el enorme ruido que acompaña a Javier Milei en su carrera hacia el abismo de la dolarización tiene respaldo popular o fue solo una enorme operación de márketing. Si hace una semana la candidata de la derecha tradicional, Patricia Bullrich aún peleaba por entrar al balotaje, a estas alturas, con todo ese voto licuado cual Oscar Ortiz en 2019, el circulo de Milei confía en una victoria en primera (necesita 45% o 40 + 10) sobre Sergio Massa, el candidato peronista más a la derecha de la última década.
- Ganó Noboa. Lo cierto es que estaba previsto. El correísmo no logra superar la dicotomía de amor u odio al expresidente y Luisa Gonzáles, que hizo una buena campaña y marcó perfil propio, se quedó cerca… pero lejos. Daniel Noboa logro imponer su relato – hay quien le llama outsider siendo hijo del millonario banquero Álvaro Noboa, cinco veces candidato. El mandato apenas durará 20 meses porque completa el que deja a medias Guillermo Lasso, que disolvió las cortes antes de ser investigado. Veremos en 2025 qué sucede.
- El horizonte de la UE. La semana pasada también se celebraron elecciones en Polonia, que pese a ser un país secundario, ponía a prueba el auge de la extrema derecha en Europa. El resultado les puso un freno ya que la derecha liberal de Donald Tusk se aliaría con partidos de centro izquierda para gobernar. Aún así el tono en Europa es controvertido y el próximo mes de junio, cuando habrá elecciones en el parlamento, se percibe como un momento clave en el que se puede acabar de modificar la deriva de una institución que pretendía abanderar una suerte de cruzada por el bienestar social y los Derechos Humanos en el mundo y que en realidad, está sumida en la irrelevancia.
Hablando en plata
Dos asuntos con implicaciones para Bolivia han tenido lugar en esta semana.
- Por un lado, el parlamento brasilero ha dado el visto bueno para el ingreso de Bolivia al Mercosur, que era el país más reticente, por lo que se ve más cerca la posibilidad del ingreso pleno. Cabe preguntarse para qué, y en realidad, para qué el Mercosur. Originalmente fue concebido como espacio para negociar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y 30 años después, todo ha cambiado salvo el acuerdo, que nunca llega. En su momento Europa quería comprar grano barato e inundar de tecnología el continente. Ahora la tecnología llega de China y los productores agropecuarios europeos se aferran a sus subvenciones y posiciones de privilegio, que incluye boicotear el acuerdo. Así pues, toca volver a mirar hacia dentro y no hacia fuera.
- El otro ha sido el tercer foro en China de la denominada Iniciativa de la Franja y la Ruta, conocida también como la nueva ruta de la seda, y que viene a ser una enorme estrategia de desarrollo de infraestructura global impulsada por la República Popular China y que desde 2013 ha financiado miles de proyectos en 150 países con el objetivo declarado de crear nuevas lógicas de cooperación sur – sur, pero sobre todo, de ganar influencia geoestratégica. En Bolivia, como en la mayoría de los países en vías de desarrollo, muchas de las últimas inversiones proceden de ese fondo, pero China está más que resfriada con sus problemas de deuda interna, por lo que el III foro ha ido más destinado a fortalecer los lazos políticos que económicos. Efectivamente, estuvo Putin y efectivamente, se paseó con su maleta nuclear. Veremos en qué se concreta en el corto plazo.
A tener en cuenta
De último, el papa Francisco viene preparando su sucesión, y aunque él lo ha descartado, los rumores sobre su renuncia cobran fuerza cada vez. Los análisis sobre su legado se publican ya habitualmente y desde luego es el papa más político y polémico desde Juan XXIII. No deja indiferente a casi nadie y los movimientos más conservadores le han puesto la cruz casi desde el principio. El último en sumarse a esta práctica de atacar al papa ha sido precisamente Javier Milei, aunque no está claro qué efecto tendrá esa arremetida contra su compatriota más internacional al que acusa, como no, de comunista.
Francisco ha nombrado ya a 99 de los 137 miembros del poderoso Colegio Cardenalicio con derecho a elegir al futuro papa, por lo que cada vez es más probable que su sucesor refleje su manera de entender la Iglesia, descentralizada y con visión de servicio. Además, en los diferentes sínodos se ha ido apuntalando la visión de apertura respecto a la participación de las mujeres en la Iglesia, el colectivo LGTB y otros asuntos que llevaban enquistados demasiado tiempos.
En algún momento alguien mostrará datos sobre si esta nueva estrategia de Francisco ha detenido la sangría de feligreses, o no. También se sabrá si el cruce de los últimos días tuvo alguna influencia en los resultados argentinos, de los que hablaremos la semana que viene.