Mediterráneo: El contador de Trump
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Estimados
Este boletín Mediterráneo se creó para compartir reflexiones sobre lo que sucede en el mundo con el ancla puesta en Bolivia, y concretamente aquí en Tarija, a la suficiente distancia de los centros de poder nacional como para observar la realidad sin esa bruma que emana de ellos. La cuestión es que desde hace 103 días el mundo gira alrededor de la figura de Donald Trump y la extraordinaria energía – como destaca el crítico David Brook en el Times - que le ha inculcado a su Gobierno.
Los mandatos en Estados Unidos son cortos, cuatro años, y en este caso además sin posibilidad de ampliación según la Constitución que habla del límite de dos mandatos, aunque en algunos foros ya se esté promoviendo una candidatura 2028.
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Como sea, la edad tampoco perdona, y Trump ha decidido meterse en todos los frentes y a toda velocidad para tratar de cumplir sus “promesas” de campaña, que al final es por lo que lo eligieron. Algunos analistas hablan de “caos estratégico” para tratar de definir su acción de gobierno, una acción acelerada y para la que las formas no son importantes, sino todo lo contrario: avanzar líneas sin temor a herir sensibilidades es una fórmula que utilizan otros de sus discípulos más aventajados, como Javier Milei o Isabel Díaz Ayuso, independientemente de su afinidad ideológica práctica.
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Por lo general se ha reconocido a Estados Unidos como el epicentro mundial desde hace más de 80 años y en la construcción de esa relación, se daba por supuesto que había una corresponsabilidad con los aliados y que había que cuidar las formas diplomáticas. Quizá ese sea precisamente el cambio más sustancial: Trump solo asume responsabilidad para con sus votantes y no tiene reparos en desconocer los acuerdos o compromisos adquiridos por los gobiernos anteriores en nombre del Estado.
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Algunos analistas han hecho esfuerzos estos días por tratar de ordenar los frentes abiertos para tratar de evaluar los resultados. Es difícil pues todos se interconectan, pero por lo general se habla de Política exterior, Economía y Gobierno Federal, es decir, medidas diplomáticas, medidas económicas y medidas que hacen más a lo cultural que a lo ideológico, pero que ahí están: Elon Musk con la motosierra de Milei en el DOGE preguntando a los funcionarios “qué hicieron los últimos siete días”, jaleando medidas “antiwoke” de insignificante impacto real pero mucho social o cerrando Ministerios que de por sí no tienen contenido en sí mismo. Pero efectivamente son las cosas que los estadounidenses votaron: también lo de expulsar migrantes a cualquier precio o a países sin garantías, etc.
Es evidente que al tratarse de la primera economía mundial, lo que hace nos afecta a todos los demás, y por eso es también importante poner en perspectiva que Trump no tiene vocación de gobernar el mundo, sino en todo caso, dominarlo si es que eso le conviene a sus votantes. En esas perspectivas, desligar las decisiones de política exterior de las económicas es puramente un ejercicio retórico.
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Todavía no está muy claro para quien gobierna. Ganó las elecciones prometiendo mejores condiciones a los trabajadores y en ese camino se entendía la beligerancia anti – migración: mano de obra barata que perjudica al resto, dicen. También en esas desencadenó la guerra arancelaria, para hacer volver empresas a producir en Estados Unidos, y ahí es posible que haya pinchado en hueso: puso aranceles a todo el mundo y los congeló en una semana y por 90 días excepto con China, pero ya ha liberado celulares, tablets y computadoras; vehículos, y no está nada cómodo con la respuesta del gigante asiático, que no se ha puesto nervioso, o al menos no al nivel de los índices bursátiles de Nueva York. Esa partida está en juego y Trump puede perderla. El propio alejamiento de Elon Musk se encuadra en ese margen que deja una apuesta arriesgada que sale mal.
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El resto del mundo mira con expectación, no tanto por los aranceles, sino por el derrumbe del dólar y la más que probable inundación de productos chinos en los mercados emergentes, al mismo tiempo que aumentarán las compras de los productos que ya no lleven de Estados Unidos (unos 140.000 millones de dólares) que afectará al comercio mundial de los alimentos.
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Hace tiempo que el sur global busca alternativas que le de mayores márgenes de maniobra y soberanía, y sustituir al dólar es uno de los grandes objetivos del BRICS, un proyecto que se está fortaleciendo en la actual coyuntura. La incorrección diplomática “sorprende”, pero también abre nuevas oportunidades. Todo el mundo tiene derecho a proponer cosas inimaginadas hasta el día de hoy, como construir un resort en Gaza o comprarse Groenlandia por la fuerza, o comerciar en Yuanes y crear una administración multilateral en el canal de Panamá.
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Bolivia vive relativamente ajena a estas tensiones mundiales, de hecho mientras el dólar cae, aquí sube, y está en cuestión la sostenibilidad de un gobierno teóricamente afín a los planteamientos “anti-EEUU” de China y que es “excelente cabeza de playa” para un nuevo orden mundial - cargado además de litio, sol, tierras raras y quién sabe qué más en nuestro generoso subsuelo -, por un par de miles de millones de dólares. En un mundo en el que todos los movimientos se calculan, es extraño que esto pase.
Trump, con sus formas excéntricas, ha lanzado una opa hostil contra la Unión Europea, que de momento está ganando; le ha dado carta blanca a Israel en Oriente Medio y ha pactado con la Rusia de Putin, a quien no parece considerar una amenaza. Ya ha apuntado a China, pero no ha movido un dedo con Sudamérica.
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No hay duda de que el magnate quiere dejar huella y está cambiando las prioridades. Veremos qué finalmente sale de todo esto y si del “caos estratégico” sale más caos o más estrategia.
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De momento hoy en Mediterráneo nos ocupamos también de las consecuencias del “gran apagón” en España que dejó al aire las vulnerabilidades de Europa, dela creciente disputa entre India y Pakistán y el inicio de las privatizaciones en Argentina.
ESPAÑA SIN LUZ
¿Qué pasó?
En una mañana de lunes sin más, el circuito eléctrico español se desconectó durante un puñado de segundos provocando la caída completa de la red, que tardó más de seis horas en volver a restablecerse en las principales ciudades del país y más en las periferias. También dejó impactos en varios países de Europa.
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¿Ahora qué?
El asunto sigue en investigación y se ha arrojado poca luz al respecto. El presidente español no quiso descartar ni siquiera el ataque informático que sí lo había descartado Red Eléctrica Española. En esas, las opciones van desde el fallo humano o técnico, hasta un ataque terrorista o un propio boicot de las eléctricas españolas, con quienes el gobierno de Sánchez mantiene un serio pulso desde hace años.
Pedro Sánchez se ha acostumbrado a vivir en el centro de la diana, desde que asumió presidencia por una moción de censura en 2017 ha formado otros dos gobiernos democráticos, pero muy jalados de los pelos gracias al sistema parlamentario y a la conformación de un frente amplio contra la alianza de la derecha (PP) y la ultraderecha (VOX).
Sánchez ha logrado reencauzar la amenaza independentista catalana y la economía española es de las más pujantes de Europa, pero ha acumulado una cantidad de incidentes y desastres insólitos de forma extraordinaria: desde olas de frío y de calor, sequías extremas o la propia pandemia hasta la erupción de un volcán o este gran apagón.
Entre aciertos y errores ha conseguido abrirse un hueco como “faro de la izquierda” en la Unión Europea y algunas de sus acciones, como el enfrentamiento con Netanyahu o la posición contra Putin, le han dado relevancia. No es ni mucho menos santo de la devoción de Donald Trump, aunque está “haciendo la tarea” incrementando el gasto militar, atendiendo a Marruecos y mediando en Venezuela. Su último viaje a China lo enervó.
España es pionera y referencia en la generación de energía limpia y por tanto, en el cambio de modelo ante la amenaza climática. Es también la mejor posicionada para implementar las nuevas tecnologías del Hidrógeno como combustible, asociando el proceso a las energías solar y eólica, frente a Francia, por ejemplo, que quiere que se valide el uso de tecnología nuclear. Esta guerra es de fondo, más que el impacto que puede generar en los actuales proveedores de gas natural, que es Estados Unidos, y que ha sido el gran beneficiado del pulso con Rusia, que ha perdido este mercado.
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También se ha hablado mucho de un posible boicot interno, concentrado en las plantas solares, que dejaron de funcionar a la vez. Las eléctricas, todas privadas, han sufrido modificaciones en la forma de cálculo de la tarifa y algunos impuestos extraordinarios incorporados por la coalición de gobierno progresista, pero aún así, sus ganancias siguen siendo astronómicas y se cuentan entre los líderes del mercado mundial, con especial atención a Sudamérica.
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¿Qué hay de lo nuestro?
Tal vez la única crisis controlada en Bolivia es la energética, ya que se produce lo suficiente incluso para exportar, aunque lo cierto es que la dependencia de las termoeléctricas sigue siendo superior al 70% y que nunca avanzan los grandes proyectos de energía alternativa.
Buena parte de la reflexión política también va sobre la vulnerabilidad de un país respecto a su red eléctrica, y aunque a este lado estemos más o menos acostumbrados, no conviene perderlo de vista.
LA CHISPA NUCLEAR
¿Qué pasó?
La tensión entre India y Pakistán por la región de Cachemira es una de esas papas calientes que dejó el Imperio Británico en su huida tras la II Guerra Mundial y que lejos de resolverse, ha seguido creciendo con el agravante de que se trata de dos potencias nucleares que aceleraron sus programas precisamente por esto.
El desencadenante de estas tensiones ha sido una matanza de turistas de la que Nueva Delhi acusa a Islamabad, que a su vez asegura que se trata de un ataque de falsa bandera para justificar una invasión que el todopoderoso primer ministro indio Narendra Modi tendría más que planificado desde su última posesión.
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¿Y ahora qué?
La histórica tensión entre el país más poblado de la tierra y profundamente religioso y otro de los que más crece y el que marca la frontera oriental del poder musulmán no es nueva pero pertenece a otra órbita de influencia y equilibrios distinta a la occidental.
India ha mantenido históricamente tensiones con China, lo que le llevó a un acercamiento con la Unión Soviética, relación alimentada ahora por Putin. Pakistán, por su parte, no tiene nada que ver con China salvo su animadversión con la India, y en esas, han consolidado un férreo corredor económico y estratégico.
La tensión entre China e India es precisamente el punto débil de los BRICS y lo que le ha impedido avanzar durante años en objetivos estratégicos más ambiciosos. Es esta constatación la que alimenta las otras teorías sobre posibles maniobras externas para desestabilizar la región en medio de la tensión arancelaria.
La mediación de Naciones Unidas en este tipo de crisis es prácticamente imposible, pues los países de la esfera oriental no se sienten representados en la Asamblea General ni en los valores que representa y promueve, más allá de que figuran de nombre y mantienen vida orgánica, pero sin esperar resultados y menos, tolerar injerencias.
¿Y qué hay de lo nuestro?
Bolivia está un poco lejos de todo, pero hay país es especialmente “desconocidos” y con los que hay muy pocas cosas en común, y entre esos están Pakistán y la India, aunque compartamos también altiplano y municipios a muy elevadas alturas.
Lo que está claro es que cualquier conflicto de naturaleza bélica en estos momentos alterará las condiciones del mercado, especialmente dela provisión de combustibles y de alimentos, y ciertamente no estamos en ninguno de los capítulos para tirar cohetes.
PARA SEGUIR: ARGENTINA EN REMATE
Tras el acuerdo con el Fondo Monetario internacional (FMI) para sostener el peso argentino y levantar el cepo al dólar para particulares, el gobierno argentino avanzó a la siguiente fase de su plan: vender las empresas públicas acordadas en la Ley de Bases – entre las que se excluyó Aerolínea, el Correo y la Televisión Pública, de momento – para contar con más liquidez.
Las empresas a liquidar son AYSA, Energía Argentina (ex ENARSA), Intercargo, Corredores Viales, Belgrano Cargas, Trenes Argentinos, Yacimiento Carboníferos Río Turbio y Nucleoeléctrica y ya en enero vendió la metalúrgica Impsa a una franquicia norteamericana.
El asunto es clave en un escenario preelectoral, pues en octubre se renueva el legislativo y Milei quiere ir a por todas para tener más libertad en lo que resta de mandato antes de optar a un siguiente. Sin duda, un tema a seguir.
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LAS RECOMENDADAS
Entre las recomendadas para este fin de semana:
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- Aquí algo de Anfibia sobre el Día del Trabajador y las nuevas relaciones laborales: ¿Mi jefe es un algoritmo?
- Aquí un análisis de El Salto: La izquierda donde rompe la ola
- Esto de Ojo Público que nos toca bien cerca: La violenta sombra de los Comandos de la Frontera de Colombia se expande en Ecuador y Perú
- Y atención a esto de El Faro que parece será un durísimo golpe contra la credibilidad del gobierno de El Salvador: Las confesiones de Charli: entrevista con un líder pandillero que pactó con el Gobierno de Bukele
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