El “sinvergüenza” del ministro Montaño

El presidente Luis Arce debería tomar cartas en el asunto y corregir a su ministro. La alternativa es mantenerse en esa línea de soberbia que por alguna extraña razón dispensa a Tarija

El ministro Edgar Montaño lleva meses queriendo hacerse pasar por el ministro divertido del grupo. El ministro solvente y enrollado. Es el creador de “los guerreros azules”, ese grupito de funcionarios o fanáticos con quienes sale a desfilar megáfono en mano haciendo coreografías y cánticos partidistas a cada que tiene ocasión, mientras los suyos le ríen las gracias. Es el que ha tejido a su alrededor toda una red de comunicación dedicada a vanagloriarle y ensalzar su figura mientras este, a su vez, ensalza al presidente Luis Arce para que no haya dudas de qué lado está.

El ministro Edgar Montaño es también el ministro señalado por los escándalos de la ABC, por las coimas chinas y por las chapuzas licitatorias. Es también el ministro que pisoteó los derechos de todos los trabajadores de SABSA para crear otra operadora igual, pero más barata, y el que se dice reina en Santa Cruz.

Ahora, el ministro Montaño es también el ministro que se permite llegar a los departamentos a insultar, incluso cuando hace un año, como reconoció en la conferencia del viernes en la Brigada Parlamentaria, que no pisaba Tarija a pesar de tener acumulados media docena de temas que no avanzan.

El ministro Montaño llamó “sinvergüenza”, con todas sus letras, al gobernador Oscar Montes, porque a su criterio, con todo lo que ha pasado este departamento y con todo lo que sale y ha salido de sus entrañas para alimentar a todo el país con obras de todo tipo, debería priorizar el pago de contrapartes de dos obras (inexplicables) como son la Piscina Olímpica y el Velódromo, que suman unos diez millones de bolivianos.

El ministerio de Obras Públicas, a través de sus entidades, tiene paralizada en Tarija la construcción de la doble vía Pajoso – Yacuiba donde cada año mueren decenas de vecinos; está a punto de resolver el contrato de la Choere – Acheral porque ha sido incapaz de gestionar el contrato con eficiencia y hace casi dos años que no avanza; mantiene en situación patética el tramo Entre Ríos – Palos Blancos; lo propio en el Canaletas – Entre Ríos o por la variante; tiene un desastre en puertas en la carretera a Bermejo por el insuficiente mantenimiento que se le dispensa, y ha tardado un año en construir viviendas para 49 familias indígenas que lo perdieron todo en una riada intempestiva y lo mismo en alistar la licitación de las mejoras en el aeropuerto Oriel Lea Plaza, prometido casi desde la colonia, y que es el último de su especie en la ciudades capitales… pero los sinvergüenzas están en Tarija.

El insulto es grueso y enrarece un ambiente que no era malo a pocos días del inicio de las efemérides de abril, lo que hace pensar que el asunto tenga poco de casual y mucho de cálculo.

El presidente Luis Arce debería tomar cartas en el asunto y corregir a su ministro. La alternativa es mantenerse en esa línea de soberbia que por alguna extraña razón dispensa a Tarija y sus autoridades, con quien evita mezclarse desde que fue electo, y que además ahora, insultan impunemente desde su Gobierno.

Hasta el momento, en la línea prevista, Tarija ha mantenido una posición bastante neutral y conciliadora en los conflictos que han estallado en el país. Probablemente es hora de tomar partido.


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