Morir por el género

La marcha que repudió el aumento de feminicidios en Tarija y el mundo entero abrió una gran herida, de esas que no pueden sanarse ni con el pasar de los años. Cada que termina una gestión se comienzan a contabilizar las mujeres que fueron asesinadas por “hombres”.
Entonces comienza el desfile de números y llega el momento en el que la madre, la hija, la tía, aquella niña llena de sueños se convierte en una cifra, de aquellas que lamentablemente muchos ignoran o de aquellas que “da pena” a algunos cuantos que como no han vivido ese infierno en carne propia siguen su vida sin importar esta lucha.
¿Cuántos tarijeños fueron el viernes a la marcha? Es verdad que no fueron pocos, pero hubiera sido mejor ser muchos más. El feminicidio no discrimina puede llegarnos a nosotros o a ustedes en cualquier momento.
Es muy doloroso que el sólo hecho de ser mujer aumente la probabilidad de muerte para una persona. Pero ¿En qué momento hubo esta distorsión en la sociedad? En el momento en el que creímos e impulsamos que la mujer debería estar subordinada al hombre.
Por lo tanto hoy, los tipos de violencia representan mecanismos para conservar y reproducir la situación de subordinación de las mujeres ante el ejercicio de poder masculino en diferentes ámbitos.
Para la socióloga Margarita Bejarano “El modelo de vida económico y social utiliza a la violencia como un mecanismo de control eficiente; que funciona como un código universal, para que ellas no trasgredan el orden social”.
El machismo en la ciudad de Tarija se ha convertido en un problema estructural, que urge solucionar. Al iniciar su gestión el alcalde de la ciudad de Tarija Rodrigo Paz reconoció que la sociedad tarijeña es una de las sociedades más machistas.
Según el burgomaestre esto se refleja en la violencia ejercida contra la mujer, acción que ha arrojado cifras preocupantes en estos últimos años. En un reportaje anterior consultamos a la ciudadana si ¿el tarijeño es o no es machista?, muchos estuvieron de acuerdo al considerar que el tarijeño es machista, salvándose la aclaración de que el atributo no es particular del hombre chapaco sino que se hace extensivo a todas las sociedades del mundo.
“El tarijeño es machista pero no por ser tarijeño sino por ser hombre además se le exige que debe preservar el apellido en los hijos varones, ser el proveedor del hogar pero además si logra ser el dador material de una casa lujosa, auto, viajes, ropa, joyas es exitoso como hombre”, dijo Mariel Campos.
En la opinión del tarijeño Marcos Galeán “el macho es una persona promiscua capaz de engañar a su esposa y mantener relacione amorosas con otras, ya que tener una o varias amantes le da estatus entre los congéneres”.
Estas dos opiniones reflejan la identidad tradicional tarijeña que como en todo tiene salvadas excepciones. Más aún ¿Hasta cuándo regirá ese pensamiento?
Hoy los tiempos han cambiado. Las mujeres han reivindicado sus derechos, han tenido grandes logros, han sufrido feminicidios también por esto, pero ahí están, firmes en su lucha, demostrando a cada momento que no están hechas para la cocina, que la labor de criar a los hijos no es sólo suya, que no hay trabajos de “hombres” sino de quien quiera ganar honradamente, que pueden dedicarse a la política si lo quisieran, que pueden criar solas a sus hijos si la vida así lo resuelve.
Que el vestir sexy no las hace “putas”, que el don de llorar con facilidad no las hace débiles, que el sentirse estresadas y querer divertirse no las hace malas madres… en fin ahí están en su lucha, muriendo cada día por todas estas cosas que tristemente no caben en el concepto machista.
Los tiempos han cambiado, es necesario que Tarija y el mundo lo entienda.