Una urgente segunda oportunidad

Adoptar a un niño siempre fue un proceso muy burocrático en Bolivia y en muchos países, dura tantos años hasta que los “futuros padres” se desaniman. Hoy las autoridades competentes al tema afirman que los tiempos para el trámite se han reducido de manera considerable. Lo que quieren...

Adoptar a un niño siempre fue un proceso muy burocrático en Bolivia y en muchos países, dura tantos años hasta que los “futuros padres” se desaniman. Hoy las autoridades competentes al tema afirman que los tiempos para el trámite se han reducido de manera considerable. Lo que quieren decir es que en un plazo de 4 meses la pareja aspirante podría tener a su deseado niño o niña.

Entre los requisitos están que para adoptar se debe ser mayor de edad hasta los 55 años y por lo menos existir una diferencia de 18 años con el menor a adoptarse. Pueden solicitarlo parejas de casados, para eso deben presentar el certificado de matrimonio, pero también lo pueden hacer personas solteras.

Otro requisito es la presentación de un certificado médico que indique que el solicitante goza de buena salud, un certificado que muestre que no cuentan con antecedentes penales y tener estabilidad económica. Además de los informes biopsicosociales que acrediten que se encuentran en condiciones emocionales mentales y físicas adecuadas para asumir el rol de padres adoptivos.

Otra exigencia es que los solicitantes hayan pasado un taller denominado “Padres de Corazón” en el que se les orienta sobre las relaciones parentales.
Una vez cumplidos con estos requisitos, se presenta un memorial solicitando la adopción al Juzgado de la Niñez y Adolescencia, instancia que después de valorar la documentación realiza la pre asignación del menor de edad.

Ese juzgado instruye al Sedeges y a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia presentar un listado de los niños con las características de edad y sexo especificadas por el solicitante, se realiza la asignación y se autoriza la visita por siete días. Un equipo técnico presenta el informe sobre estos encuentros y si son positivos se permite un periodo de dos meses de convivencia para ver la adaptabilidad de la pareja con el menor.

Desde que se ha iniciado el trabajo en este sector vulnerable en la gestión 2016 se han adoptado 4 niños. Aún la cifra es pobre. En Tarija aproximadamente 200 niños están a la espera de ser adoptados mientras el tiempo pasa ellos están creciendo sin padres.
Todos los menores, según recoge la Declaración de los Derechos del Niño aprobado por la ONU en 1959, tienen derecho a crecer en una familia.

La adopción es considerada en los acuerdos internacionales que derivan de esa declaración como un derecho del menor y, para cumplir este objetivo, los Estados han arbitrado una serie de mecanismos que garantizan al menor unos padres capaces de asegurar las atenciones propias de la función parental, a la vez que han instaurado un sistema de cooperación entre los Estados que previenen la sustracción, la venta y el tráfico de menores.
Con frecuencia oímos decir que los procesos de adopción son largos y complicados.

Efectivamente, hay que prepararse para un periodo de espera ya que, es muy necesario garantizar un buen entorno para el menor, más aún eso no es justificativo para que el proceso se alargue y una vez más tengamos a un niño con una ilusión truncada.

Éste sin duda es un debate muy complejo, pues se necesita un mecanismo que permita cumplirle al niño su derecho de adopción, que le garantice que se va con buenos padres, que le asegure que no será objeto de trata y tráfico y que no sea extremadamente tan largo que desmotive a los aspirantes y sigamos contando niños como números en los orfanatos.
Se necesita realmente un proceso efectivo, que nos brinde segundas oportunidades a padres que no podemos tener hijos y segundas oportunidades a hijos que por algún triste motivo no tienen padres.

Hay jóvenes que han tenido dificultades, pues en sus propias infancias fueron maltratadas, abandonadas y abusadas. Fueron dejadas en orfanatos y jamás tuvieron la experiencia de ser cuidados en un entorno familiar y, lo peor, no aprendieron a cuidar.

Entonces ¿qué hacen cuando cumplen la mayoría de edad y entonces realmente están solos?

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