La economía libre versus Estado regulador “es un mito”
El historiador, escritor y periodista alemán Fabian Scheidler, desde el punto de vista histórico, nota que “las instituciones estatales y las instituciones económicas, como las primeras sociedades de acciones en el siglo XVII, estaban muy relacionadas”, y que eran “muy militarizadas y...



El historiador, escritor y periodista alemán Fabian Scheidler, desde el punto de vista histórico, nota que “las instituciones estatales y las instituciones económicas, como las primeras sociedades de acciones en el siglo XVII, estaban muy relacionadas”, y que eran “muy militarizadas y perseguían el objetivo de sacar dinero para los accionistas con métodos militares”.
Incluso antes de esto, durante “la forma primitiva del sistema capitalista en la Alta Edad Media, las ciudades-estado de Venecia y Génova eran estructuras que tenían una gran flota militar. Más tarde fueron los grandes comerciantes y las casas financieras, los bancos”.
Ello demuestra el estrecho vínculo entre la economía de mercado y el Estado. “¿Por qué los gobiernos no pueden poner límites a las energías fósiles o a los negocios del capital transnacional?”, pregunta Scheidler provocativamente, para graficar el vínculo entre ambos.
Es que la idea de que “la economía de mercado se ha desarrollado de forma libre a partir del espíritu precursor y que, por otro lado, está el Estado que lo regula, que es malo y despótico”, es “un mito”, afirma Scheidler.
En la Edad Moderna los Estados “se militarizaron cada vez más de forma muy íntimamente ligada a las instituciones de acumulación del capital”, recuenta Scheidler en conversación con Carmela Negrete del diario español El Salto.
La crisis actual se origina hace siglos
La mayoría de las respuestas y explicaciones sobre las crisis globales que se viven actualmente suelen remontarse a la década de los setenta o los ochenta. Pero para el historiador alemán, el origen de éstas se remonta a un periodo mucho anterior.
“Hay que preguntarse si no estamos ante una crisis civilizatoria y si podemos seguir adelante con un modelo como el que venimos implementando desde los últimos cinco milenios”, por lo que “necesitamos un análisis más profundo de la realidad de —al menos— los últimos cinco siglos para comprender dónde tiene su origen todo ello”.
Asimismo, según Scheidler, estas crisis se hallan también estrechamente relacionadas a la problemática de la dominación. “En los 200.000 años durante los cuales el homo sapiens ha existido sobre la faz de la tierra, lo que llamamos civilización en el sentido de una sociedad estructurada de forma jerárquica con estructuras de poder, que ha existido los últimos 500 años, es en relación muy poco tiempo”.
En este sentido, el modelo civilizatorio, que incluye la explotación, la dominación y la complicidad entre el Estado y el mercado en favor de ciertos grupos, se remonta a siglos o incluso milenios.
No es la falta de conocimiento, son las estructuras
Los problemas que aquejan a la humanidad actualmente no se deben a la falta de conocimiento sobre ellos. “La pregunta está en qué estructuras nos bloquean. No nos falta el conocimiento”.
Scheidler ejemplifica con el caso del cambio climático, cuya existencia está clara desde hace 30 o 40 años. Incluso las petroleras como la Shell lo sabían hace décadas.
Otro ejemplo es el problema del hambre global: “Tenemos conferencias sobre el hambre desde hace décadas. Sin embargo, sigue aumentando la brecha entre pobres y ricos y 800 millones de personas pasan hambre. No falta conocimiento y hay que preguntarse qué estructuras de poder están fomentando esta situación”.
El origen del dinero y su relación con la guerra
La versión estándar asegura que a partir de la inclinación natural del ser humano al trueque apareció la economía de mercado y el dinero como medio de intercambio posterior.
Sin embargo, el experto asegura que no hay pruebas históricas o antropológicas para esa versión, y que en realidad una de las primeras sociedades que tuvo un sistema monetario verdadero fue la antigua Grecia.
“El dinero se utilizaba para pagar a los soldados. El ejército se utilizaba para llevar a cabo guerras y para hacer esclavos que a su vez se empleaban en las minas de plata con las que se hacían las monedas. Era un círculo de guerra, esclavitud y monetarización de los Estados”.
Esta dinámica está presente tanto en la Antigüedad como en la Edad Moderna. “Los Estados eran dependientes de una monetarización creciente de la sociedad porque su poder dependía del ejército y éste estaba compuesto por soldados, que solamente se pueden financiar con dinero”, afirma.
Asimismo, la financiación de los Estados “dependió desde muy pronto del crédito, que se utilizaba para financiar las guerras. El crédito se extendió desde el siglo XIV por toda Europa, influyendo de forma masiva en la política. Se necesitaba mucho dinero para comprar los grandes cañones. Y este dinero lo emprestaban casas de crédito, que al mismo tiempo tenían las minas de plata y cobre en su posesión”.
Acumulación infinita
Hay muchas sociedades en las que se acumuló riqueza, “pero la lógica del capital sobrepone la acumulación de dinero por encima de cualquier otra cosa y a cualquier precio”, advierte Scheidler.
Según el historiador, durante la Edad Media “era normal acumular una determinada riqueza y dedicarse a no hacer nada, a exhibir dicha riqueza o disfrutarla. Los negociantes trabajaban cuatro a seis horas al día porque querían disfrutar la riqueza”.
Hoy en día, en las sociedades de accionistas “los jefes están obligados por ley a multiplicar la riqueza del accionariado independientemente de los daños sociales o ecológicos. Estamos ante la pregunta de si podemos sacar ese código de la economía porque es destructivo y por los límites del propio planeta”, sentencia.
Incluso antes de esto, durante “la forma primitiva del sistema capitalista en la Alta Edad Media, las ciudades-estado de Venecia y Génova eran estructuras que tenían una gran flota militar. Más tarde fueron los grandes comerciantes y las casas financieras, los bancos”.
Ello demuestra el estrecho vínculo entre la economía de mercado y el Estado. “¿Por qué los gobiernos no pueden poner límites a las energías fósiles o a los negocios del capital transnacional?”, pregunta Scheidler provocativamente, para graficar el vínculo entre ambos.
Es que la idea de que “la economía de mercado se ha desarrollado de forma libre a partir del espíritu precursor y que, por otro lado, está el Estado que lo regula, que es malo y despótico”, es “un mito”, afirma Scheidler.
En la Edad Moderna los Estados “se militarizaron cada vez más de forma muy íntimamente ligada a las instituciones de acumulación del capital”, recuenta Scheidler en conversación con Carmela Negrete del diario español El Salto.
La crisis actual se origina hace siglos
La mayoría de las respuestas y explicaciones sobre las crisis globales que se viven actualmente suelen remontarse a la década de los setenta o los ochenta. Pero para el historiador alemán, el origen de éstas se remonta a un periodo mucho anterior.
“Hay que preguntarse si no estamos ante una crisis civilizatoria y si podemos seguir adelante con un modelo como el que venimos implementando desde los últimos cinco milenios”, por lo que “necesitamos un análisis más profundo de la realidad de —al menos— los últimos cinco siglos para comprender dónde tiene su origen todo ello”.
Asimismo, según Scheidler, estas crisis se hallan también estrechamente relacionadas a la problemática de la dominación. “En los 200.000 años durante los cuales el homo sapiens ha existido sobre la faz de la tierra, lo que llamamos civilización en el sentido de una sociedad estructurada de forma jerárquica con estructuras de poder, que ha existido los últimos 500 años, es en relación muy poco tiempo”.
En este sentido, el modelo civilizatorio, que incluye la explotación, la dominación y la complicidad entre el Estado y el mercado en favor de ciertos grupos, se remonta a siglos o incluso milenios.
No es la falta de conocimiento, son las estructuras
Los problemas que aquejan a la humanidad actualmente no se deben a la falta de conocimiento sobre ellos. “La pregunta está en qué estructuras nos bloquean. No nos falta el conocimiento”.
Scheidler ejemplifica con el caso del cambio climático, cuya existencia está clara desde hace 30 o 40 años. Incluso las petroleras como la Shell lo sabían hace décadas.
Otro ejemplo es el problema del hambre global: “Tenemos conferencias sobre el hambre desde hace décadas. Sin embargo, sigue aumentando la brecha entre pobres y ricos y 800 millones de personas pasan hambre. No falta conocimiento y hay que preguntarse qué estructuras de poder están fomentando esta situación”.
El origen del dinero y su relación con la guerra
La versión estándar asegura que a partir de la inclinación natural del ser humano al trueque apareció la economía de mercado y el dinero como medio de intercambio posterior.
Sin embargo, el experto asegura que no hay pruebas históricas o antropológicas para esa versión, y que en realidad una de las primeras sociedades que tuvo un sistema monetario verdadero fue la antigua Grecia.
“El dinero se utilizaba para pagar a los soldados. El ejército se utilizaba para llevar a cabo guerras y para hacer esclavos que a su vez se empleaban en las minas de plata con las que se hacían las monedas. Era un círculo de guerra, esclavitud y monetarización de los Estados”.
Esta dinámica está presente tanto en la Antigüedad como en la Edad Moderna. “Los Estados eran dependientes de una monetarización creciente de la sociedad porque su poder dependía del ejército y éste estaba compuesto por soldados, que solamente se pueden financiar con dinero”, afirma.
Asimismo, la financiación de los Estados “dependió desde muy pronto del crédito, que se utilizaba para financiar las guerras. El crédito se extendió desde el siglo XIV por toda Europa, influyendo de forma masiva en la política. Se necesitaba mucho dinero para comprar los grandes cañones. Y este dinero lo emprestaban casas de crédito, que al mismo tiempo tenían las minas de plata y cobre en su posesión”.
Acumulación infinita
Hay muchas sociedades en las que se acumuló riqueza, “pero la lógica del capital sobrepone la acumulación de dinero por encima de cualquier otra cosa y a cualquier precio”, advierte Scheidler.
Según el historiador, durante la Edad Media “era normal acumular una determinada riqueza y dedicarse a no hacer nada, a exhibir dicha riqueza o disfrutarla. Los negociantes trabajaban cuatro a seis horas al día porque querían disfrutar la riqueza”.
Hoy en día, en las sociedades de accionistas “los jefes están obligados por ley a multiplicar la riqueza del accionariado independientemente de los daños sociales o ecológicos. Estamos ante la pregunta de si podemos sacar ese código de la economía porque es destructivo y por los límites del propio planeta”, sentencia.