Huracán y River empataron en aburrido duelo
En un campo de juego impresentable, Huracán y River no se sacaron ventajas y los dos se quedaron con el grito de gol atragantado. El Millonario con ese penal desperdiciado por el Pity Martínez al comienzo y el Globo con ese remate de Bogado que Armani y el travesaño se encargaron de desviar...



En un campo de juego impresentable, Huracán y River no se sacaron ventajas y los dos se quedaron con el grito de gol atragantado. El Millonario con ese penal desperdiciado por el Pity Martínez al comienzo y el Globo con ese remate de Bogado que Armani y el travesaño se encargaron de desviar sobre el final.
Había arrancado mejor River. Con el manejo de la pelota y la actitud protagónica de achicar siempre hacia adelante ante un Huracán replegado con un 4-4-2 bien marcado. Pero esa supremacía en el juego le duró hasta el minuto 16 cuando el Pity Martínez tiró el penal a las nubes. Evidentemente, el equipo de Gallardo sintió el impacto desde lo anímico porque bajó la intensidad y el ritmo de juego a partir de esa acción malograda por su 10. En un campo de juego en muy mal estado, se hicieron más notorias las imprecisiones y el partido se volvió más lento, algo que le vino al pelo a Huracán, que nunca apostó al golpe por golpe y sí a bajarle la velocidad al juego.
River comenzó a ver cada vez más lejos el área rival y el local, salvo la acción del final del primer tiempo que terminó con el gol anulado a Mendoza por infracción de Gamba a Armani, no inquietó casi nunca a la última línea millonaria.
Había arrancado mejor River. Con el manejo de la pelota y la actitud protagónica de achicar siempre hacia adelante ante un Huracán replegado con un 4-4-2 bien marcado. Pero esa supremacía en el juego le duró hasta el minuto 16 cuando el Pity Martínez tiró el penal a las nubes. Evidentemente, el equipo de Gallardo sintió el impacto desde lo anímico porque bajó la intensidad y el ritmo de juego a partir de esa acción malograda por su 10. En un campo de juego en muy mal estado, se hicieron más notorias las imprecisiones y el partido se volvió más lento, algo que le vino al pelo a Huracán, que nunca apostó al golpe por golpe y sí a bajarle la velocidad al juego.
River comenzó a ver cada vez más lejos el área rival y el local, salvo la acción del final del primer tiempo que terminó con el gol anulado a Mendoza por infracción de Gamba a Armani, no inquietó casi nunca a la última línea millonaria.