Del libro: RECUERDOS DE MI TIERRA de Tomás O’Connor d’Arlach. 1917
La mañana de Pascua



Soplan brisas otoñales:
las cuatro de la mañana
más hermosa de Tarija,
la del Domingo de Pascua.
Desde la puerta del templo
toda la calle y la plaza
cubren mil arcos de payos,
de muñas y de albahacas
que de aromas el ambiente
impregnan. Bella mañana!
Ya sale la Procesión,
cuando en el Oriente el alba
clarea. ¡Cuanta alegría
en el cielo y en las almas!
Bajo de palio el Santísimo
da una vuelta por la plaza,
tocan las bandas de música
y repican las campanas.
Ya asoma el sol entre bellos
celajes de rojo y gualda,
está despejado el cielo,
deliciosa la mañana.
Perfume de rosas frescas,
de verbenas y albahacas,
se siente por todas partes
en la mañana de Pascua.
Todo es placer y alegría,
la ciudad está de gala;
el sol sus primeros rayos
vierte en las pluviales capas
del cura y de sus acólitos,
de oro y plata recamadas.
De la ciudad de Tarija
entre todas las mañanas
no hay una más hermosa
que la mañana de Pascua.
Rosas amarillas,
oh, rosas pascuales!
Sus oros Otoño
vierte en los rosales.
Mañanas de Pascua
florida! Como ellas
no hay otras mañanas
más puras y bellas.
Rojas amapolas,
lindas campanillas
moradas y azules,
rosas amarillas.
Sus rojos rubíes
lucen las granadas
en nuestras campiñas
de flores cuajadas.
Se oyen los acordes
de los violines
entre los follajes
de nuestros jardines.
Ya volveré a veros;
si Dios me da vida,
hermosas mañanas
de Pascua Florida.