Del libro: RECUERDOS DE MI TIERRA de Tomás O’Connor d’Arlach. 1917
La tarijeña



Blanca la frente,
las cejas negras,
ojos brillantes
cual dos estrellas,
labios de rosa,
dientes de perlas,
flexible, airosa
como palmera;
pié de andaluza,
mano pequeña
mano que es lirio
o es azucena,
la que bendice
la que consuela
y da limosnas
y Heridas venda;
mejillas rojas,
cutis de seda,
dulces miradas
que al alma llegan,
larga y sedosa
la cabellera,
como la noche,
negra, muy negra,
corazón de ángel,
que ama, que sueña
y que consuelos
vierte do quiera;
de las mujeres
es la más bella:
esa es, señores,
la tarijeña.