• 10 de mayo 2025
  • Menú
    • Opinión
    • Editorial
    • Reflexión
    • Tema del día
    • Columnas
    • Suplementos
    • La Gobernación Informa
    • La Alcaldía Informa
    • La Subgobernación de Cercado informa
    • El SEDEGES informa
    • YPFB Chaco informa
    • Secciones
    • Ecos de Tarija
    • Nacional
    • Internacional
    • Campeón
    • Pura Cepa
    • Crónica
    • Multimedia
    • Merodeos
    • Reportajes
    • El Paisito
    • Búsqueda
    • Listado de autores
    • Semanarios
    • La Mano del Moto
    • La Billetera
    • Cántaro
    • Patria Grande
    • Suscripción Digital
    • Edición
    • Archivo Histórico
    • Archivo Web
    • Despertador / Newsletter
Menú
  • Suscripción Digital
    • Edición
    • Archivo Histórico
    • Archivo Web
    • El Despertador
  • Ads El País
  • Comodín
  • Opinión
    • Editorial
    • Reflexión
    • Tema del día
    • Columnas
  • Suplementos
    • La Gobernación Informa
    • La Alcaldía Informa
    • La Subgobernación de Cercado informa
    • El SEDEGES informa
    • YPFB Chaco informa
  • Secciones
    • Ecos de Tarija
    • Nacional
    • Internacional
    • Campeón
    • Pura Cepa
    • Crónica
    • Multimedia
    • Merodeos
    • Reportajes
    • El Paisito
  • Búsqueda
    • Listado de autores
  • Semanarios
    • La Mano del Moto
    • La Billetera
    • Cántaro
    • Patria Grande
  • Ecos de Tarija
  • Nacional
  • Campeón
  • Edición
  • Comodín

Recuento del tiempo lejano (Cuarta parte)

A un amigo apodado X man lo felicitaba el Día de la Madre, debido a que no trabajaba ni estudiaba no obstante de ser joven, por lo que era aplicable aquello de la ‘ociosidad es la madre de todos los vicios’ y la fecha era propicia para la congratulación. Y como chico descarriado, a pesar...

Cántaro
  • Heberto Arduz Ruiz
  • 30/12/2018 00:00
Espacio publicitarioEspacio publicitarioEspacio publicitario
A un amigo apodado X man lo felicitaba el Día de la Madre, debido a que no trabajaba ni estudiaba no obstante de ser joven, por lo que era aplicable aquello de la ‘ociosidad es la madre de todos los vicios’ y la fecha era propicia para la congratulación. Y como chico descarriado, a pesar del mensaje, no hacía nada a fin de enmendar su conducta. Atento a quienes llegaban del interior o exterior del país, esperaba que lo invitaran a servirse unos tragos o comer las mentadas costillitas de cerdo, a las cuatro de la tarde, hora en que en otra ciudad el popular Bolívar entra en cancha, y en ésta se enfrían las cervezas en un soleada tarde primaveral, o de cualquier otra estación, ya que no hay la del ferrocarril que nunca llegó y sólo hubo un edificio con oficinas abiertas en la avenida costanera. La estación del calor dura cerca a diez meses en la tierra chapaca y casi da la vuelta entera al año.
Salí abogado a finales de 1969 contando 23 años de edad y viajé, una vez más, pero en esta oportunidad a buscar un horizonte y forjar mi destino en solitario, al margen de mis progenitores. La ciudad del Illimani, que me cobijara de pequeño, fue la meta, o la Meca. Me casé el mismo año en la recta final y tuve la dicha de disfrutar del nacimiento de mis hijos, viéndolos crecer y superarse. Trabajé de inicio cuatro horas con retribución de medio sueldo y asesoré a ministros, yo que sólo tenía estudios realizados y no experiencia de vida. Salí adelante, primero como segundo abogado-asesor y luego, transcurridos unos años, ya titular, bajo diferentes denominativos de oficina: Departamento, Dirección Jurídica, Consultoría Jurídica, Asesoría General, etc., etc.
Debido a los cambios políticos en nuestro país pasaron numerosos ministros y me incorporaron después de un trimestre de mi ingreso al Escalafón de Servicios otorgándome grado militar, yo que apenas mandaba a mis hijos y ni siquiera a mi mujer. El ascensorista del despacho ministerial era un piola mayor y solía decirme que ambos, él y yo, habíamos bajado a muchos titulares del ramo; en efecto, él los conducía en el ascensor y yo, antiguo funcionario con estabilidad en la pega, al ser nombrado a inicios de cada gestión anual por Orden General de Destinos, había “bajado” o aguantado a varios ministros en mi largo período de funciones, por espacio de 35 años. Fui asesor, redactor de leyes y decretos, miembro codificador, fiscal militar y redactor de discursos con mil y uno temas, así también pude haber sido payaso de circo por las peripecias humanas, o temperamento de ciertos jefes, ¡claro que esto era más serio que otros papeles…!
En grupo de familiares y amigos, durante varios años, fuimos a observar la entrada del Carnaval orureño, que expone aspectos gratos: los grupos de danzantes, el esmero en el vestuario y la destreza de los músicos, en suma, punto alto por todo ello; pero lo negativo descansa en el estado de ebriedad de gente joven, chicos y chiquillas que abrumados por el alcohol ingerido caían inconscientes en los bancos de la plaza central ante cerros de latas vacías de cerveza. Y al declinar de la tarde, en días de llovizna menuda, propia de la temporada de Carnaval, apenas perceptible, muchos bailarines y músicos muestran aparte del cansancio natural un excesivo consumo de alcohol. Lo jocoso ocurrió cuando de tanto permanecer sentados desde horas de la mañana, y ya cerca del mediodía bebiendo unos copetines de whisky, con un amigo quisimos utilizar un baño higiénico; alguien nos indicó que camináramos una cuadra y media y, al fondo a la derecha, cuando no, nunca falla, advertimos un letrero que decía: “Pare de sufrir”. En son de burla le dije a mi amigo Freddy, apodado el Chacrita por ser stronguista: “aquí debe ser”, ya que no dábamos más con la vejiga hinchada y el padecimiento inaguantable. En efecto, así sucedió, justo al lado de dicha secta religiosa leímos: “Baño público”. ¡Qué bien!, miccionamos y… ¡paramos de sufrir!

Apoya al periodismo independiente

Tienes acceso libre a 200 notas al mes. Para tener acceso ilimitado y muchos beneficios más adquiere tu Suscripción Digital. Comienza tu prueba gratis ahora

Suscríbete

¿Ya estás suscrita/o? No olvides iniciar sesión

Acceder

Si te interesa una suscripción corporativa o institucional llámanos al (+591) 78259007

Comentarios

  • Lo más visto
  • Lo Último
    • 1
      Nueva escalada con ataques mutuos entre India y Pakistán
    • 2
      Órgano Electoral alista el reglamento del TREP
    • 3
      Adolescente fue abusada por 8 jóvenes en un domicilio
    • 4
      Bolivia exportará 23,7 por ciento más de soya
    • 5
      Ávila: El TSE cumplió al anular personerías de FPV y Pan-Bol
    • 1
      Supervisan a minera que contaminó el río San Juan del Oro
    • 2
      Hospitales no tienen plata para renovar equipos
    • 3
      Rumbo al 17A: El 14 arranca la inscripción de candidatos
    • 4
      Cae un hombre por abusar de una joven en un bus
    • 5
      Abogado niega haber estafado a una adulta mayor

Puedes publicar tu anuncio en la
página de inicio o en el interior de las notas

Escoge una opción para ver
los espacios disponibles

Página de inicio Interior de Nota

Contacto

  • Calle Colón No. 968 - Tarija, Bolivia
  • (591 4) 664 2732 - (591) 78259007
  • [email protected]

Acerca de Nosotros

  • Quiénes somos
  • Términos y condiciones
  • Políticas de privacidad
© Copyright 2025 :: Boquerón Multimedia | Desarrollado por ITGROUP SYSTEMS