Tarija: El carbón y el costo ambiental de hacer asado
Se estima que hasta el año 2020 se han desmontado 105.000 hectáreas legalmente en Yacuiba y 63.000 en Villa Montes. En los últimos cinco años, Yacuiba ha producido 7.000 toneladas de carbón y Villa Montes en tres años 3.000 toneladas
En el silencioso horizonte del Chaco tarijeño, donde la vasta extensión de tierra se mezcla con el bosque seco y el abrasante sol, un constante desfile de camiones cargados de carbón ha despertado la preocupación de activistas defensores del medio ambiente.
La Plataforma Ambiental de Villa Montes ha levantado la voz, señalando que estos vehículos, cargados en su totalidad, cruzan la región día y noche, trayendo consigo el producto de la deforestación.
El carbón, utilizado tradicionalmente en la gastronomía boliviana para asados, como lo llaman en Tarija o churrascos como le dicen en Santa Cruz, es el producto que transportan los camiones que recorren las rutas del Chaco día y noche.
Es un producto que tiene una estrecha relación con la cultura culinaria del país. Sin embargo, detrás de este uso cotidiano se esconde una realidad preocupante: la materia prima proviene de la madera del Chaco, una región que se está deforestando a un ritmo alarmante bajo la autorización de la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT). Desde el año 2021, esta autorización para los desmontes se ha facilitado aún más, lo que ha despertado inquietud por el impacto ambiental.
Se estima, que una bolsa quintalera de carbón equivale a un árbol de 10 metros de altura aproximadamente. Y para llenar un camión Nissan, se debe realizar una carga de 300 bolsas quintaleras de carbón; un camión Volvo 500 bolsas y con chata 1.000 bolsas de carbón.
Industrias instaladas en el Chaco
En los últimos diez años, el auge de la industria del carbón ha visto surgir a unas 12 empresas carboneras, seis en Yacuiba y seis en Villa Montes. Estas se dividen en tres categorías, A, B y C, otorgadas por la ABT. Cuatro de las empresas en Yacuiba poseen la categoría A, lo que les permite producir carbón para exportación, mientras que en Villa Montes solo una empresa cuenta con esta autorización.
La Plataforma Ambiental ha instado a realizar un estudio exhaustivo sobre el impacto ambiental de la industria del carbón, así como a implementar una pausa ambiental y reforzar la fiscalización de las actividades carboneras. Actualmente, estas empresas pagan dos patentes a la ABT, una por desmonte y otra por leña.
Según un informe de la ABT, en los últimos cinco años se han producido 7.000.000 de kilos (7.000 toneladas) de carbón en Yacuiba y 3.000.000 de kilos (3.000 toneladas) en Villa Montes en tres años. Estas cifras muestran un aumento anual en los volúmenes de producción, impulsado tanto por desmontes legales como ilegales.
La representante de la Plataforma Ambiental de Villa Montes, Ludmila Pizarro, menciona que entre las décadas del 60 a 80, la madera del Chaco era conocida por su calidad para la elaboración de muebles e incluso obras civiles, empero, ahora se destina a la producción de carbón.
Pizarro advirtió que este cambio en la utilización de los recursos está afectando a especies arbóreas en peligro de extinción, muchas de las cuales están inscritas en el Libro Rojo del Ministerio de Medio Ambiente, como el Quebracho Blanco, Quebracho Colorado, Cebil, Urundel, Palo Blanco y Palo Santo.
Desmonte
Asimismo, cuestiona que desde el año 2017, la ABT ha dejado de transparentar las autorizaciones de desmonte, lo que ha generado aún más preocupación entre los defensores del medio ambiente. Se estima que hasta el año 2020, se han desmontado 105.000 hectáreas legalmente en Yacuiba y 63.000 hectáreas en Villa Montes. Sin embargo, se sospecha que el desmonte ilegal podría duplicar estas cifras, exacerbando aún más los problemas ambientales en la región.
Desde la Plataforma señalan que la industria del carbón en el Chaco, si bien es una parte integral de la economía local y la gastronomía nacional, plantea desafíos urgentes en términos de conservación ambiental y sostenibilidad a largo plazo.
Enfatizan que actualmente los recursos naturales se agotan rápidamente y las autoridades parecen mostrar poca transparencia. Ante esa situación, la comunidad y los defensores del medio ambiente claman por medidas concretas que protejan el ecosistema único del Chaco y garanticen un futuro más verde para las generaciones venideras.