Prácticas agrícolas de la región
Tres herramientas agrícolas que impulsan la producción en Tarija
Los agricultores suelen adaptar y seleccionar las herramientas más adecuadas para maximizar la eficiencia y productividad en sus campos, particularmente los de uva, papa y maíz



La mecanización del campo sigue a paso firme en el departamento y particularmente en la ciudad Tarija, cuya zona es conocida por su destacada producción de uva, papa y hortalizas. En este inicio del ciclo agrícola, las herramientas tecnológicas se erigen como auténticas aliadas de los agricultores, potenciando la eficiencia y el rendimiento de los cultivos.
Tarija, con el 85% de la capacidad productiva de uva en Bolivia, es la principal región vitivinícola del país. Según datos de la Asociación Nacional de Productores Vitivinícolas (Anavit), en 3.700 hectáreas de viñedos se cosechan alrededor de 59.200.000 kilos de uva anuales, equivalentes a 1.286.956 quintales o 2.800.000 cajas de 20 kilos. El restante 15% de la producción se distribuye en Santa Cruz, Cochabamba, Potosí y Chuquisaca.
Respecto a la papa, se tiene el dato de Tarija aporta al mercado nacional más de 30.000 toneladas de papa para el consumo, es por esto que para los productores las herramientas agrícolas desempeñan un papel fundamental para reforzar la producción.
Mecanización fundamental
Si bien hace unos años Tarija seguía siendo líder en el uso de bueyes y animales para el arado, sobre todo por la pequeña dimensión de los campos, todo esto ha empezado a cambiar y con probabilidad se reflejará en el próximo censo agropecuario.
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Entre las herramientas más destacadas se encuentra el Tractor de 40 hp, un recurso imprescindible para los agricultores tarijeños. Este tractor, con su ancho y peso adecuados, es especialmente utilizado en las viñas de la región, brindando un apoyo esencial a los viticultores en sus tareas diarias. Su precio ronda los 18.000 dólares, según informó a El País Roberto Baldiviezo, encargado de ventas de la empresa tarijeña Agromotors.
El arado y la rastra son otras de las herramientas que se utilizan ampliamente en la agricultura de Tarija. Con el cultivo predominante de uva, papa y maíz, estos implementos son indispensables para preparar el suelo de manera adecuada, señala el agrónomo Omar Segovia.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el municipio de Yacuiba se extienden más de 32.000 hectáreas de cultivos de granos, incluyendo maíz, soja, maní, sorgo y frijol.
Herramientas agrícolas y su versatilidad
El arado, herramienta clave para labrar la tierra, se ha convertido en un recurso versátil utilizado en una amplia variedad de cultivos, como cereales, hortalizas, legumbres, entre otros. Asimismo, la rastra, complementaria al arado, es aplicada en diversos cultivos, como ser la producción de cereales, hortalizas y forrajes.
En general muchas comunidades optan por la tenencia comunitaria de estas herramientas mientras que algunos productores si han logrado adquirirlos.
El arado desempeña un papel crucial al romper la capa superficial del suelo, mejorando su aireación y permitiendo un mejor desarrollo de las raíces de las plantas. Mientras que la rastra ayuda a nivelar el terreno y desmenuzar los terrones, creando un lecho de siembra óptimo. Estas herramientas contribuyen a mejorar la estructura del suelo, controlar las malezas y preparar el terreno para una producción exitosa.
Además, para el sector agrícola de la región, el aporcador se ha convertido en una herramienta esencial. Su función principal es remover la tierra alrededor de las plantas y facilitar el riego, proporcionando protección a las raíces y mejorando el drenaje para optimizar el crecimiento de estos cultivos fundamentales.
Las empresas de provisión de herramientas agrícolas destacan también la alta demanda de las sembradoras y abonadoras de maíz. Estos equipos, con precios que oscilan entre 2.500 y 4.500 dólares, son imprescindibles para lograr una siembra eficiente y garantizar una correcta fertilización de los cultivos de maíz, uno de los pilares de la producción agrícola en Tarija.
La adquisición de estas herramientas representa una inversión significativa para los productores. Sin embargo, los beneficios que aportan en términos de productividad, eficiencia y calidad de los cultivos son indiscutibles. Además, es importante reconocer el arduo trabajo y sacrificio que conlleva la labor en el campo, donde los agricultores tarijeños se esfuerzan día a día para brindar alimentos de calidad a la población.