De la quiebra del Fassil al tropezón de las judiciales
La tensión económica está llevando al límite la credibilidad del gobierno, mientras los tribunales maniobran para evitar una elección judicial que podía equilibrar fuerzas y depurar la justicia
Parecía una semana cualquiera, pero se acumularon las noticias: Derrumbe del banco Fassil, suspensión de las elecciones judiciales, sepultación perpetua de Luis Fernando Camacho. También decreto de incremento salarial por debajo de la inflación. Hasta en Tarija hubo noticia con el intento de serrucheo de piso al alcalde Johnny Torres en el Concejo Municipal. Qué lejos queda la Ley del Oro.
La economía sigue mandando. La Asoban ha reconocido que se han retirado 1.307 millones de dólares en depósitos en los primeros tres meses del año lo cual es un problemón, pues ha sido en abril cuando más se han agitado los fantasmas. Los colchones crecen. El dato puede ser catastrófico por mucho que la intervención del banco Fassil haya dado algo de oxígeno con la paralización de 2.800 millones de dólares que quien sabe cuándo serán devueltos, pero la ASFI asegura que máximo en un mes.
Cualquier riesgo de contagio de la quiebra del banco Fassil amenaza al presidente Luis Arce en su fuente original de credibilidad: la economía. El crédito se empieza a agotar y los problemas en la calle (movilización del magisterio contra la currícula, Ley de Ganancias Ilícitas, etc.) se enquistan. El mismo gobierno que estuvo hábil para ahogar a Luis Fernando Camacho después de un paro fallido de 36 días en medio de los festejos de fin de año y Carnaval no sabe qué hacer con el enroque del magisterio – que en la base tiene el rechazo contra la Educación Sexual Integral, no contra el ajedrez ni la robótica – ni cómo hacer pasar la Ley contra las Ganancias Ilícitas sin que se enciendan las luces rojas.
La oposición tiene un dilema. Aprovechar el hundimiento del banco Fassil para desgastar al gobierno puede acarrear una crisis de credibilidad financiera de las de los viejos tiempos y una corrida bancaria arrasaría con todos, no solo con el equipo de Luis Arce. En ese sentido hay quien usa la prudencia. De a poco se van conociendo detalles de lo que fue una estafa de vaciamiento organizado a profundidad con altas personalidades involucradas, aunque “el pueblo” se entretenga con la jovencita de los 9 millones de crédito o haciendo conjeturas sobre el impacto de sortear un millón de bolivianos al mes. En este caso no es si la culpa es del “modelo cruceño” o de la inacción de la ASFI de Arce. El problemón es de todos.
El Tribunal
Como quien aprovecha el despiste, el Tribunal Constitucional ha paralizado el proceso que debe llevar a renovarse a sí mismo, por lo que ya hay lío. Más si el propio ministro de Justicia, Iván Lima, que a veces parece ser el bueno y a veces el diablo, advierte con que la resolución está abriendo el espacio a nombrar altos magistrados por decreto.
La elección judicial había empezado a considerarse en serio por la oposición, que ante el cisma del Movimiento Al Socialismo (MAS) había visto la oportunidad de colar al menos uno o dos candidatos entre los preseleccionados en cada departamento para después poder dar la batalla y quien sabe, incluso lograr alguna suerte de equilibrio de poderes con unos Tribunales más independientes. Evidentemente, hay quien no quiere correr riesgos y la elección ha sido siempre denostada, así que resultaría complicado lograr una movilización exigiendo una elección por la que hace no tanto se pedía el voto nulo o la supresión definitiva. Cosas que pasan.
El incremento
El gobierno intentó tomar aire con un clásico, el del incremento salarial, pero cada vez la sociedad está mejor informada. Después de un par de ofertas a la baja, el Gobierno cerró con la Central Obrera un incremento del 3% al básico y un 5% al mínimo. Tomando en cuenta que 2022 se cerró con una inflación del 3,12%, apenas estamos hablando de una reposición salarial para el común y un ligero incremento para los que menos cobran.
El problema laboral en Bolivia es la informalidad. El incremento apenas debe llegar a un millón de ciudadanos de los que la mitad son funcionarios públicos. Son tan pocos que la oposición se ha atrevido esta vez a defender el no incremento: “El incremento salarial es una irresponsabilidad, ¿pagará el gobierno 3% a los funcionarios públicos? ¡Con qué plata, si no hay! Obligar a las empresas bolivianas a asumir esta medida es un absurdo” dijo Andrea Barrientos, que ya sabe lo que es estar en la cuerda floja por coincidencias con el MAS y no quiere volver a pasar por lo mismo.
Sin duda seguirán las turbulencias, sobre todo porque Evo Morales ha estado esta semana más concentrado en los asuntos internacionales.
Retiros
La Asoban ha reconocido que se han retirado 1.307 millones de dólares en depósitos en los primeros tres meses del año
Pulso no tan esperado en la alianza Unidos
Una cosa es lanzarse algunas pedradas por la radio y otra montar una rebelión en el Concejo Municipal.
El alcalde Johnny Torres, desde la distancia supo maniobrar para mantener el control del Concejo Municipal con algunas adhesiones un tanto circunstanciales, como la de Ervin Mancilla. La alianza en cualquier caso quedó tocada luego de que Alberto Valdez, mano derecha de Óscar Montes, planteara alternativas para la presidencia de César Mentasti.
Al final el MAS con sus tres concejales quedó solo en la votación porque los díscolos nunca lograron el sexto voto, en cualquier caso, las espadas se han desenvainado y Unidos ha dejado de ser una taza de leche. Habrá más ajustes de cuentas.