Del aliento de Linera al recuerdo de Revilla
El impacto de las reflexiones de García Linera no han cambiado la opinión de Evo Morales, que ve en Arce a su principal enemigo para volver a la Presidencia
Jornada de nombres propios, tramoyas y traiciones, y algún que otro corazón partido en medio de la crisis del dengue y de la que se habla más de lo que se siente, la de los dólares.
En el MAS siguen fuertes los ecos de la entrevista de Álvaro García Linera en La Razón. El sempiterno vicepresidente de Morales, al que ligó su destino en varias ocasiones, se ha mantenido más o menos alejado de la política nacional, pero de tanto en tanto, reaparece, y no suelen ser casuales ni sus palabras, ni el momento elegido, ni el escenario elegido, en este caso el diario de Carlos Gill, el empresario venezolano “favorito” en la última fase del evismo.
García Linera habló como siempre reivindicando lo construido desde 2006 y soltó un par de obviedades de las que todos saben pero no quieren hablar en público, por ejemplo, que una eventual división “es un suicidio político”. Además, García Linera respaldó fuerte a Arce y su equipo a los que definió como “hijos del proceso” – el evismo los cataloga de derechistas descarriados – y consideró que el presidente “lo está haciendo bien”, palabras que contrastan con lo que viene sosteniendo el propio expresidente, extremadamente crítico.
Ni por mil llamados a la calma el expresidente Evo Morales tiene pensado callar en su cruzada contra el presidente Luis Arce, a quien hoy ve como su principal adversario para retomar la presidencia en 2025 a pesar de que no hay una sola encuesta que le de opciones y sus propios excolaboradores traten de protegerle de ello, como parece hacer García Linera al catalogarlo como “líder social excepcional” hablando en pasado. No importa. Nadie en el MAS prevé una reconciliación a corto plazo y más bien se prevé una purga acelerada entre cuadros del evismo en todos los Ministerios, Descentralizadas y también departamentales.
Los tibios y los que no se definan también quedan fuera. En Tarija, por ejemplo, el viceministro Álvaro Ruíz ha pasado al activismo contra los aliados de Evo, la directora del Segip Patricia Hermosa intercambia tortas de compadres con el ministro criticado Eduardo del Castillo, pero Lourdes Aldana deja la Aduana Departamental por la puerta de atrás.
Romero y más
Entre los nombres propios de ayer también sonó Carlos Romero, el exministro de Gobierno de Evo Morales que parecía abandonado al ostracismo se ha vuelto a convertir en una suerte de vocero privilegiado de Morales, al menos hasta que no lo desautorice. Romero fue el único de los grandes ministros que no se refugió en Embajada tras el “golpe” de 2019 sino que se fue a su casa en La Paz y solo meses después, cuando su presencia pública fue advertida, fue detenido. Romero no logró contener a la Policía, al contrario, y todo se precipitó a partir del motín. Su última imagen fue orando con el Comandante Vladimir Calderón, principal señalado.
La cuestión es que Romero se ha especializado en atacar a su sucesor en Gobierno, Eduardo del Castillo, especular con asuntos de narcotráfico, megacorrupciones y en augurar las caídas de Arce, y con esas se fue ni más ni menos que a un conocido programa especializado en difundir críticas y temores y que gusta mucho entre la derecha más extrema. El malestar no se hizo esperar entre las filas del MAS, incluso entre críticos de Arce.
Nombres judiciales
A pesar del revuelo económico y que el clima político con la oposición parece haberse distendido luego de que el presidente cívico cruceño Fernando Larach dejara en claro que no piensa ir a la confrontación, al menos mientras siga la zozobra económica, la estrategia judicial no frena: avanza el proceso sobre Carlos Mesa por Quiborax, aunque todos saben que es por lo de 2019, mientras que Luis Revilla, declarado en la clandestinidad hace un año y prácticamente desaparecido de la memoria colectiva – salvo porque la gestión de Iván Arias hace que los paceños se acuerden casi a diario de él – también quedó señalado por el proceso de los Puma. Veremos qué finalmente se impone.