Crónica política de la semana
Del pulso presupuestario a los “turbios” asuntos de familia
La grieta en el MAS se profundiza y diputados rasos del evismo cargan también contra la familia del Presidente. Tanto Camacho como Mesa hacen cuentas de cómo salir beneficiados. El revocatorio asoma a lo lejos
La cantidad de nuevos escenarios políticos que ha abierto la ruptura de la bancada del Movimiento Al Socialismo (MAS) está todavía por explorar, pero uno de ellos ya ha explotado: probar el Presupuesto General del Estado no es ya un camino de rosas sino todo lo contrario. La bancada evista está dispuesta a vender caros sus votos ahora que se ha decretado la hostilidad total mientras que la oposición formal, que por el momento es la de Carlos Mesa, no va a dudar en explotar esas contradicciones para poner sobre el tapete las falencias del modelo.
En la negociación también entra el Creemos de Luis Fernando Camacho, con quien en este caso resulta más sencillo: inversiones específicas para Santa Cruz por un lado y alguna suerte de impunidad para el propio Camacho en su condición de gobernador. De momento esto ya es un acuerdo tácito: a pesar de ser el hombre que metió “la Biblia en Palacio”, confesó que su papá “cerró con la Policía” y espoleó los ánimos para obligar la renuncia de Evo Morales en 2019, todavía no ha declarado.
La nueva polémica judicial tiene que ver con la causa abierta por las movilizaciones en Santa Cruz por el censo de 2023 que finalmente se aceptó fuera en 2024. Es evidente que la Fiscalía cumple el papel diseñado: seguir removiendo la derrota cruceña y de su gobernador, que efectivamente apoyó el paro, pero al que se le puede acusar de poco – el derecho a la protesta, como bien se sabe en este país, está protegido en la Constitución – salvo que se encuentren indicios de malversación económica.
Con este fin la Fiscalía pretende radicar la causa en La Paz, lo que es una falta al ordenamiento jurídico, ya que los sucesos delictivos se investigan donde sucedieron. La única excepción son las causas de “terrorismo”. Sería difícil haber liberado a todos los implicados en, por ejemplo, la quema de la Federación Campesina y ahora hablar de terrorismo, que implica organización. Camacho, para variar, ha respondido que no irá a La Paz y que lo vayan a buscar a Santa Cruz, muy en su línea de exacerbar los ánimos de unos contra otros y de tensionar la unidad del país.
La familia
La clave es el MAS, pero las relaciones entre el “arcismo” - ya oficialmente bautizado por Evo Morales – y el “evismo” están más rotas que nunca. Tanto que diputados más o menos rasos como Anyelo Céspedes o Héctor Arce ya salen a los medios para hablar abiertamente de los supuestos vínculos del hijo del presidente Arce con algunos pasajes turbios de la administración, algo a lo que solo se había atrevido Evo Morales en septiembre y que supuso la ruptura formal de las relaciones.
La impresión entre los más afines a Arce es que por ahí pueden venir más denuncias, aunque haya que romper ciertos códigos. La esposa de Luis Arce, Lourdes Durán Romero, con raíz tarijeña, ha gestionado el Banco Unión durante varios años, algo no exento de riesgos.
El evismo, que está en minoría en la cámara de diputados y que no se atreve a medir sus fuerzas entre los movimientos sociales evitando la convocatoria del Congreso Ordinario, quiere afinar la presión. Una cosa es mostrar a Luis Arce como incapaz de controlar los resortes del poder y convertir Bolivia en un país ingobernable y otra, lanzar una bomba a la línea principal de flotación con acusaciones de corrupción que no solo podrían acabar involucrando al jefe Evo Morales, sino desmontando todo el “sistema” de pesos y contrapesos construido durante quince años de gestión. Casi cualquier cosa que se le pueda achacar a Arce en el pasado, tendrá a Evo como responsable civil subsidiario, o al menos político.
¿Salir por el revocatorio?
Aunque el calendario no acompaña por las fiestas de fin de año y porque esta vez la mitad de mandato se cumple en mayo y no en agosto, como cuando se tomaba posesión en enero, sobre la mesa de todos los actores políticos está la posibilidad de forzar un referéndum revocatorio por la vía legislativa, una solución política que sin embargo se antoja demasiado grave para responder a una situación de bloqueo presupuestario, más sobre un documento que no prevé un mayor endeudamiento para equilibrar los conceptos.
Con todo, al evismo le interesa todo lo que sea desestabilizar; a Camacho todo lo que sea polarizar con el gobierno y a Mesa todo lo que le muestre como alternativa de gobierno sereno. Será Arce y su equipo, por tanto, quienes decidan si prefieren pasar las discrepancias del MAS por las ánforas para buscar un nuevo afianzamiento.
Intereses
Al evismo le interesa todo lo que sea desestabilizar a Arce; a Camacho todo lo que sea polarizar con el gobierno y a Mesa todo lo que le muestre como alternativa
Castillo y los equilibrios democráticos de la región
El protagonista internacional de la semana fue el presidente depuesto en el Congreso, Pedro Castillo, quien decidió huir hacia delante ante la inminente declaratoria de vacancia que se avecinaba en la cámara. Castillo, acosado desde el primer día de su gestión por su extracto popular, echó mano de sus prerrogativas luego de que lo intentaran vacar dos veces y censuraran su gobierno el doble, pero no le salió. Los poderes institucionales desoyeron la instrucción y cayó en el olvido.
Así acaba una aventura en el Perú más inestable de su historia donde todos los presidentes desde los 90 han sido sentenciados y donde los tres últimos han sido vacados. Castillo, maestro rural y sin formación ideológica, ha dado bandazos durante toda su gestión para acabar solo. Al parecer, solo intentaba una constituyente que necesita Perú, pero su plan no funcionó.