Bolivia celebra el 6 de agosto
La inversión nacional se hace esperar en Tarija
Desde los intereses carreteros hasta los productivos son demorados en el departamento de Tarija, que ya perdió el tren en algunos proyectos más destinados al turismo o a la seguridad vial



Al menos cinco grandes proyectos anunciados repetidamente desde el Gobierno nacional no acaban de arrancar en Tarija. Se trata de cinco proyectos de una alta inversión económica y resultados esperados positivos sobre todo para el conjunto del Estado, sin embargo, en esta nueva efeméride Patria tampoco se podrán concretar sus entregas por diferentes causas.
Algunas tienen suficiente apoyo social, otras por el contrario no y apenas han sido socializadas, aun así, casi todas han sido en algún momento utilizadas en campaña o como arma arrojadiza. Estos son solo algunos de ellos, tal vez los más emblemáticos:
El aeropuerto Oriel Lea Plaza
El aeropuerto Oriel Lea Plaza en la capital tarijeña es uno de los más obsoletos del país y el único de las capitales que no ha recibido ninguna inversión de remodelación en los últimos 15 años. Sí se ha hecho recientemente una inversión para mejorar la pista por los problemas de seguridad que comprometía, pero no se han mejorado otros aspectos.
La promesa llegó en 2012 con Lino Condori como Gobernador, sin embargo, nunca se llegó a concretar un proyecto para el departamento en condiciones. Después fue el diputado oficialista Ignacio Soruco quien habló en ocasiones de estudios y financiadores, pero lo cierto es que nunca se concretó nada y el proyecto ya hay dejado de ser prioritario en medio de la crisis general del país.
Petroquímica de Yacuiba
El polo industrial petroquímica en Yacuiba era uno de los grandes puntos concretados en programa de Gobierno tomado de la agenda de octubre de 2003 que demandaba la industrialización. Hasta la fecha no hay determinación para llevarlo adelante, aunque ha habido varios momentos complejos de explicar.
Ni bien el MAS asumió el Gobierno, con Andrés Soliz Rada en el Ministerio de Hidrocarburos, se empezaron a desplegar los pasos para concretar este anhelo poniendo como primer hito intermedio la construcción de las dos plantas separadoras. Soliz Rada duró poco en el Ministerio dados sus pulsos con el Vicepresidente Álvaro García Linera y la diferencia de visiones sobre la soberanía en materia de hidrocarburos y la gradualidad de la nacionalización.
Sin Soliz Rada, las plantas entraron en un bucle de retrasos difícilmente explicables. Mientras en Río Grande solo se iban a separar seis millones de metros cúbicos para extraer los licuables y hacer urea y amoniaco, en Yacuiba se iba a extraer propano y etano para hacer pets de plástico y la planta era de un tamaño cinco veces superior, pero el caso Catler y la caída de Santos Ramírez paralizó automáticamente la planta de Yacuiba, que finalmente no se entregó hasta 2015 costando casi el doble de los 450 millones de dólares inicialmente previstos.
La cuestión es que la Planta Separadora no era un fin en sí mismo, por mucho que el GLP tenga algo de venta en el mercado nacional y en algunos lugares de Perú y Paraguay, sino que debía consolidar la materia prima para la petroquímica a construirse en el mismo lugar.
Lo cierto es que en 2016 se aseguraron 2.000 millones de dólares de financiación y se lanzó un pliego de convocatoria que debía ser resuelto coincidiendo con el bicentenario tarijeño, pero la corrupción volvió a hacer acto de presencia en YPFB y su Presidente de entonces, Guillermo Achá, acabó en la cárcel por el asunto de la compra de tres taladros italianos.
Esto puso en sobre aviso de lo que podía pasar en la petroquímica, pues el informe de adjudicación la entregaba a una sociedad conformada por Técnicas Reunidas, que había construido la Separadora, y Tecnimont, que había hecho todos los estudios de factibilidad, así que la acusación mínima de acceso a información privilegiada era evidente. El Ministro de Hidrocarburos sospechó y decidió suspender la licitación… y hasta hoy.
Finiquitado el debate sobre la fabricación de polímeros en base a gas y la necesidad de plásticos amigables con el medio ambiente, los debates giran sobre la capacidad real de abastecer con gas a la Separadora y esta, a su vez, a la petroquímica… lo que requeriría crear una reserva estratégica de gas que por el momento se desconoce.
Ruta 9
La Ruta 9 es una de las más peligrosas del departamento y la de más alta siniestralidad. Conecta Yacuiba y Villa Montes siendo un centenar de kilómetros planos por los que habitualmente se excede la velocidad, con lo que supone con la aparición de ganado y otros desperfectos en la vía, además de diferentes imprudencias que se cometen al ingreso y salida de la vía.
El desdoblamiento de la misma se ha planteado en diferentes campañas electorales tanto nacionales como departamentales, e incluso se han realizado actos de inicio de obra con la Empresa Boliviana de Construcción, sin embargo, apenas ha logrado avanzar en estos años.
El último compromiso pasa por construir doble vía entre Yacuiba y Pajoso, que es el tramo que soporta más tráfico vehicular. Además, se acondicionarían diferentes pasos a desnivel para evitar cruces y salidas.
La planta de tratamiento de aguas residuales
Fue una de las grandes promesas de la campaña del referéndum de 2016 por parte de Evo Morales, y posteriormente se lo han planteado algunos otros candidatos, sin embargo, nunca ha dejado de estar en el centro de la polémica, con el Plan Guadalquivir y con otras iniciativas.
Después de muchas discusiones, el Gobierno asumió hacerse cargo de la gestión del proyecto para buscar la financiación pertinente en organismos multilaterales, algo que hasta la fecha no se ha conseguido, sino que apenas ha avanzado en un proyecto de preinversión para el que ni siquiera hay acuerdo sobre el lugar de ejecución.
La represa El Carrizal
El Ministerio de Medio Ambiente y el de Energía contemplan desde hace casi una década la construcción de una mega represa sobre el río Camblaya, uno de los afluentes más caudalosos del Pilcomayo, sin embargo, poco se ha avanzado en su diseño final.
Se sabe que tiene pretensiones hidroeléctricas y también la voluntad de regar millones de hectáreas en el Chaco, sin embargo, las dudas sobre su eficiencia económica, el alto grado de sedimentos que arrastra el río y el impacto medio ambiental genera dudas sobre su viabilidad. Empresas chinas participaron de su definición, pero hasta la fecha hay poca concreción.
Interconexión al SIN
El Sistema Interconectado Nacional (SIN) llegó al departamento de Tarija en 2013 - 2014 no para dar servicio a los ciudadanos sino para conectar la Termoeléctrica del Sur a su red y completar así la oferta. Para conectar los diferentes tendidos urbanos y locales es necesaria la construcción de transformadores, además de renovar la distribución en las calles.
Una de las grandes demandas es la conexión de Bermejo por sus múltiples problemas de esta índole. Hay un compromiso del gobernador Oscar Montes para lograr que en mayo de 2022 llegue el tendido a su destino en Bermejo. Mientras tanto, Setar debe remozar sus condiciones en Cercado para optimizar el rendimiento.
Exploración petrolera
El más delicado de los proyectos tiene que ver con la exploración hidrocarburífera muchas veces prometida y no tan bien resuelta en los últimos años. Al rechazo de la exploración en Tariquía se suman los fracasos en otras áreas como Boyuy, en Caipipendi, y Jaguar en Huacareta.
En el último plan de exploración YPFB incluye la reactivación de algunos campos antiguos y cerrados que pueden ser nuevamente explotados con otras técnicas de recuperación secundaria, como en el caso de Los Monos y similares.