Cinco alianzas y once partidos se registran para las elecciones
El TSE tiene tres días hábiles para revisar si los frentes políticos cumplieron con los requisitos establecidos por ley, como estatutos, firmas de aceptación de alianzas y delegados acreditados.



La medianoche del viernes marcó el cierre de una etapa clave en el calendario electoral rumbo a las elecciones generales del próximo 17 de agosto. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) cerró el registro de alianzas y partidos políticos con un total de cinco frentes conformados por distintas fuerzas políticas y 11 partidos que competirán de forma individual, en lo que promete ser una de las contiendas más fragmentadas y complejas de los últimos años.
La información fue confirmada por el secretario de Cámara del TSE, Fernando Arteaga, quien detalló que todas las inscripciones se realizaron conforme al reglamento y ahora el proceso entra en fase de revisión para su validación oficial.
Cinco alianzas toman forma: entre reagrupamientos, nuevas apuestas y estrategias de supervivencia
Entre las principales novedades del registro figura la reconfiguración de viejos actores políticos y el surgimiento de nuevas estrategias para asegurar presencia en la papeleta. Las cinco alianzas inscritas son: Libre , integrado por los Demócratas y el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), apuesta por rearticular fuerzas con pasado electoral relevante pero que en los últimos años perdió protagonismo.
Alianza Popular, compuesta por el Movimiento Tercer Sistema (MTS), el Partido Socialista Revolucionario (PSR) y la agrupación Movimiento Autonomista de Trabajo y Esperanza (MATE), apunta a captar el voto ciudadano a través de propuestas alternativas.
Unidad, quizás la alianza más significativa por peso político, aglutina a Unidad Nacional (ONU), Creemos y otras agrupaciones ciudadanas, con la intención de consolidar un frente opositor con mayor fuerza en la recta final hacia las elecciones.
Libertad y Progreso - ADN, conformada por Acción Democrática Nacionalista (ADN), Pando Somos Todos (PST) y Nacionalidades Autónomas por el Cambio y el Empoderamiento (NACER), busca reposicionar la sigla histórica con nuevos aliados regionales.
La Fuerza del Pueblo, que une a Unidad Cívica Solidaridad (UCS) y al Movimiento Originario Popular (MOP), representa un intento de captar sectores sociales y regionales con demandas postergadas.
Once partidos en carrera
Además de las alianzas, el TSE recibió la inscripción de 11 partidos políticos que aspiran a competir por cuenta propia:
Frente Para la Victoria (FPV); Autonomía Para Bolivia - Súmate (APB - Súmate); Nueva Generación Patriótica (NGP); Unidad Nacional (UN); Acción Democrática Nacionalista (ADN); Movimiento Al Socialismo (MAS); Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol); Partido Demócrata Cristiano (PDC); Movimiento de Renovación Nacional (Morena); Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR); y Unidad Cívica Solidaridad (UCS).
Llama la atención que tres de estas fuerzas políticas –UN, ADN y UCS– figuran tanto como partidos como en alianzas. Según fuentes del TSE, esto responde a un procedimiento administrativo que les permite cubrir ambas vías legales y estratégicas ante eventuales cambios de último momento.
Revisión técnica
La siguiente etapa del proceso será determinante. La Secretaría de Cámara del TSE tiene tres días hábiles para revisar si los frentes políticos cumplieron con todos los requisitos establecidos por ley, como estatutos, firmas de aceptación de alianzas y delegados debidamente acreditados.
Si los requisitos se cumplen, se emitirá un informe favorable para que la Sala Plena del TSE apruebe mediante resolución oficial el registro y habilitación. En caso de observaciones, los delegados tendrán otros tres días para subsanar errores o documentación complementaria.
Panorama electoral
La diversidad de actores inscritos evidencia un panorama electoral marcado por la fragmentación y el intento de reagrupamiento de viejas siglas que buscan recuperar terreno. En contraposición, partidos tradicionales como el MAS enfrentan el reto de mantenerse en competencia en un contexto de desgaste político y presión social.
Mientras tanto, el TSE se enfrenta al desafío de conducir un proceso electoral transparente, confiable y técnicamente impecable, en medio de un clima de creciente polarización.
La carrera presidencial ha comenzado oficialmente. Las cartas están sobre la mesa.