Resultados oficiales de las elecciones subnacionales 2021
Montes se impone con claridad gracias al voto en Cercado
El nuevo Gobernador electo logró atraer 25.000 votos nuevos en Cercado abriendo una diferencia de hasta 30.000 con el candidato del MAS que finalmente fueron decisivos. Unidos llegó al 54,44% frente al 45,56% del MAS
A media mañana Álvaro Ruíz concedió la derrota y se acabó todo. La tensión en el Tribunal Electoral Departamental (TED), los modelos matemáticos, etc. El Movimiento Al Socialismo (MAS) volvía a quedar lejos de la victoria en Tarija mientras en su casa de campaña seguía retumbando en las paredes el “chiste” de las vacunas para “oligarcas” que deglutió el presidente Luis Arce en el cierre de campaña en la plaza Uriondo y tuvo el efecto movilizador que la Tarija profunda esperaba.
Y es que la clave volvió a estar en Cercado, donde la población salió a votar sin miedo y sin dispositivos de protección nasal: en primera vuelta Unidos sacó unos 60.000 votos que hacían poco más del 43% mientras que el MAS sumaba solo 12.000 menos y un 34% largo que “invitaba” a soñar con poder pescar algo interesante entre los casi 30.000 votos que se dispersaron entre Adrián Oliva, Luis Alfaro, Mirtha Arce y demás.
La realidad fue diferente: Unidos se fue en la segunda vuelta en Cercado al 60,71% de los votos y 84.952 votos mientras que el MAS apenas mejoró hasta el 39,29% y los 54.970 votos, una diferencia de 30.000 votos en Cercado que no pudo ser contrarrestada en el resto de provincias y marca la distancia final a nivel departamental que es de 159.754 (54,44% a 133.719 (45,56%).
En el resto de provincias también se percibió el alza de Unidos en mayor porcentaje que el del MAS, lo que contribuyó a agrandar la diferencia final.
En Arce, por ejemplo, el MAS había ganado por 2.000 votos (13.416 a 11.522) quedando 5.718 pendientes de asignar tras haber votado a otras fuerzas, En la segunda vuelta se ha producido prácticamente un empate técnico con 15.708 votos para Unidos (49,65%) por los 15.931 (50,35%) que obtuvo el MAS.
En Avilés, tierra de Álvaro Ruíz, el MAS había ganado en primera vuelta con 4.960 votos sobre 4.222 de Unidos. En la segunda vuelta, donde había 1.525 votos huérfanos, el MAS amplió ligeramente esa ventaja sumando 5.934 votos (53,41%) por 5.176 de Unidos (46.59%)
En la segunda vuelta de Méndez, el MAS ganó con el 53,38 por ciento de los votos (10.588) por el 46,62% de Unidos (9.247), mientras que en la primera vuelta el MAS había sumado 7.950 y Unidos 7.218, dejando casi 4.000 en el limbo. Se da la peculiaridad en esta provincia de que en la primera vuelta se emitieron 21.677 votos, pero solo 19.134 válidos, mientras que en la segunda se emitieron menos: 21.133, pero más válidos: 19.835.
Mientras, en O´Connor, provincia unimunicipal donde ganó Montes en primera vuelta con 4.998 votos sobre 4.839 y la alcaldía fue para Teodoro Suruguay, con la misma sigla, la distancia se amplió en segunda vuelta con 6.173 votos para Unidos y 5.402 para el MAS provocando un fenómeno similar al de Méndez, menos votantes, pero más válidos.
El otro territorio clave era el Chaco, donde también había 26.000 votos huérfanos que habían elegido a otras fuerzas en primera vuelta donde había ganado el MAS con 31.519 votos por 22.572 de Unidos. En la segunda vuelta, el MAS sumó 40.894 votos mientras que Unidos sumó 38.498 confirmando así la tendencia: aunque el MAS ganó, Unidos sumó más entre los votantes de otros partidos. Por otro lado, en el Chaco hubo un mayor ausentismo respecto al resto del departamento, con un 76% mientras que en la primera vuelta fue del 81,94%.
Una abultada diferencia final
Después de cuatro meses de intensa campaña en la que ha habido etapas muy diferentes en cada uno de los frentes, la diferencia es sustancial, aunque todo depende de con quien se compare.
La votación de Ruíz (45,56%) pasa por ser la mejor del MAS a nivel departamental en la historia de estos comicios, pues en 2015, Pablo Canedo, en la misma fórmula llegó a perder por 20 puntos de diferencia respecto a Adrián Oliva, pero es peor a la lograda por Carlos Cabrera en 2010, que con el mejor Mario Cossío en pugna y en plena efervescencia autonómica llegó a colocarse a 4 puntos (44,08% por 48,95% de Camino al Cambio).
El porcentaje obtenido por Ruíz es también mejor al obtenido por el MAS de Evo Morales en la elección de 2019 y en la de Luis Arce de 2020, que rondaron el 42 – 44 por ciento, pero está lejos de las mayorías absolutas que registró el MAS en 2009 y 2014, donde sumó el 51%.
Los errores de Unidos y los aciertos de Ruíz han permitido mantener la competitividad de la elección hasta el último suspiro – probablemente hasta el mismo cierre de campaña -, y los nervios de Óscar Montes dieron credibilidad a los rumores sobre la vigencia de Álvaro Ruíz, que se consolidó a partir del debate del pasado lunes, donde criticó duramente a Montes y colocó claramente sus mensajes, pero que finalmente no han supuesto un cambio relevante en el sentido del voto.
La cuestión es que Montes y Ruíz, que habían firmado un empate técnico a 111.000 votos, debían atraer hacia sí la mayoría de los 70.000 vecinos que habían optado por otras fuerzas o bien lograr que se quedaran en casa aquellos que no podían votar por ello. Arce movilizó seguramente a muchos “oligarcas” y Montes llegó a los 159.754 votos mientras Ruíz se quedó en 133.719 votos.
El MAS en el escenario político nacional
La jornada electoral del balotaje se salda con cuatro derrotas del Movimiento Al Socialismo (MAS) en cuatro territorios simbólicos, y las mismas son infringidas por cuatro candidatos diversos que tienen cosas diferentes, pero también muchas en común, pues ninguno de los cuatro futuros gobernadores puede encuadrarse en la línea opositora clásica del país – la de Carlos Mesa, Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina, etc., - e incluso son cuatro candidatos que estuvieron en la órbita del MAS aunque después desarrollaron profundas discrepancias.
El MAS pierde Pando y Chuquisaca a manos del Movimiento Tercer Sistema y Chuquisaca para Todos de Damián Condori, campesino del riñón ferviente crítico. La Paz hubiera sido gobernada por el Mallku, con todo lo que eso significa, también en que lo haga su hijo Santo Quispe cuya experiencia política es muy menor, pero que ganó como símbolo.
En Tarija Óscar Montes no representa el movimiento nacional popular como el resto, pero su desempeño como opositor nacional ha sido más errático y ha compartido largos periodos de cooperación desde la alcaldía de Cercado, tanto que Morales habitualmente lo invitaba a sus filas.
El MAS descarta por el momento hacer una evaluación profunda y una autocrítica puntual, aunque sus analistas cercanos distribuyen cargas entre el efecto de la aprehensión de Jeanine Áñez, y una supuesta “normalidad” en el reparto de poder contrapesado tras las elecciones nacionales.
En conjunto, el MAS ha firmado unos malos resultados en todo el país pues solo controlará tres Gobernaciones (Potosí, Oruro y Cochabamba) y pocas ciudades capitales, pero además ha sumado groseras derrotas en escenarios como La Paz, El Alto o Santa Cruz, donde Evo Morales impuso sus candidatos que han sido rechazados.
En el global, solo unos pocos de los operadores del MAS se atreven a reconocer el impacto de Evo Morales en la campaña y cuestionan la forma en la que se están digiriendo los sucesos de 2019: “Una cosa es el golpe y otra la desconexión de una élite del Gobierno con sus bases y el rol del presidente. Hace falta más humildad y menos soberbia para volver a construir el partido. Nadie debería olvidar que Morales no participó en la campaña de 2020 salvo en momentos muy puntuales, mientras que aquí ha tenido una presencia mucho más marcada”.
La gobernabilidad, el gran debate en Tarija
Más allá del triunfo, a Óscar Montes le espera el desafío de cohesionar el departamento, una misión que se antoja más sencilla que en el pasado por el fraccionamiento de la Asamblea Legislativa Departamental y la consolidación de alcaldes con cierta experiencia política.
En 2010 la Asamblea estaba conformada por 11 asambleístas de Camino al Cambio (que era el oficialismo), 11 del MAS, cinco del PAN – el partido autonomista chaqueño -, y tres indígenas, y la mayoría acabó por desahuciar a Mario Cossío de su cargo.
En 2015 el MAS sumó una mayoría mucho más cualificada, al sumar 16 curules por 9 de Unidad Departamental Autonomista, que no tardó en fraccionarse, además de dos de ISA en Villa Montes y tres indígenas.
El 7 de marzo, la Asamblea quedó configurada con 13 asambleístas del MAS, 12 de Unidos, dos de Todos y tres indígenas, lo que da diferentes alternativas para confirmar mayorías.
Uno de los factores que generó más problemas de gobernabilidad fueron los subgobernadores, que, imbuidos del poder otorgado por el voto popular, se consolidaron como contrapeso a la Gobernación de turno. En esta ocasión, una vez retirada la condición de electos como instruyó el veredicto constitucional sobre el Estatuto Autonómico, tendrá que ser Montes - que siempre fue crítico con estas figuras - quien nombre a las diferentes autoridades.
En cuanto a las alcaldías, que en la última legislatura han sido el principal quebradero de cabeza con la Ley del 8% y los diferentes débitos automáticos, siguen en su mayoría bajo el control del Movimiento Al Socialismo: Yacuiba, Bermejo, El Puente, Yunchará, San Lorenzo, Padcaya, Caraparí y Villa Montes, mientras que Unidos controla Entre Ríos, Uriondo y Cercado