El suicidio y mensajes de alerta
“Pasaron 22 años y está viva”: depresión sin tragedia en Tarija
En las calles de Tarija se observan cientos de rostros, entre ellos los ojos verdes de Sol y la sonrisa de Lidia, dos sobrevivientes que le dijeron sí a la vida con la ayuda de especialistas, amigos y familia



Las calles de Tarija albergan diariamente a miles de personas y cientos de rostros. Una adolescente hace 22 años llegó al consultorio de un psicólogo que iniciaba su carrera en la salud mental. Fue su primera paciente y había intentado quitarse la vida, más los recuerdos de aquella consulta se contraponen a una mujer que ahora camina por el centro de la ciudad, está viva y es mamá.
Fernando Gonzalez ahora es jefe del Departamento de Prevencion de Uso Indebido de Drogas y Promoción de la Salud Mental del Intraid Tarija y desde allí le hace frente a la acción de la que nadie quiere hablar, el suicidio.
Sol es otra sobreviviente de la depresión, misma que en muchos casos termina en tragedia. Pasó de tomar cuatro pastillas de forma diaria a una pastilla día por medio. Con un tono de voz “agauchado” relata que todo había empezado cuando era pequeña, las peleas en su casa no paraban, sus padres se separaban y un abuso de por medio desencadenó una inestabilidad emocional que fue creciendo con los años.
Creaba lazos de dependencia que no eran sanos con su pareja y amigos, se autolesionaba e incluso llegó a padecer un transtorno de personalidad. “Creía que todos me querían hacer daño, por eso yo actuaba agresivamente, como si todo el tiempo me estuviera defendiendo de algo que no existía, pero que yo sentía” cuenta.
Debemos normalizar la atención psicológica y psiquiátrica, sin minimizar los casos, sin juzgar, señala Sol
Gonzalez sostiene que la depresión en niños y adolescentes en su mayoría es ocasionada por el dolor emocional que generan circunstancias específicas que se dan en el núcleo familiar: problemas, violencia y el consumo excesivo de alcohol u otras drogas.
Por ello, es que la prevención del suicidio debe involucrar en primera instancia a la madre y al padre, a los maestros que comparten horas y horas de enseñanzas con sus estudiantes y finalmente a los mismos jóvenes y adolescentes, pues según el Ministerio de Salud el grupo etario entre los 5 y 18 años es el más afectado.
“Tenía miedo de que te quitaras la vida y ella terminó haciéndolo”. La familia de Sol sabía que existía la posiblidad de que tarde o temprano ella podría atentar contra su vida, sin embargo, jamás esperaron que su hija menor, quien aparentemente llevaba una existencia más tranquila lo hiciera. Las redes sociales de Paola se encontraban llenas de mensajes de advertencia, pero sus padres y hermanos nunca lo vieron venir.
El tiempo en este tipo de casos juega un papel fundamental. “La moneda del éxito es el tiempo, un jugador es exitoso porque pasa mucho tiempo entrenando, un escritor, porque pasa varias horas de su vida leyendo” señala Gonzalez, quien le pide a “los padres” ser realmente padres y dar tiempo a sus hijos.
Bajo la explicación de este especialista, es que existen tres tipos de acciones para evitar que más personas se quiten la vida: La prevención universal está enfocada en fortalecer la expresión de sentimientos y pensamientos en todos los niños y adolescentes, un factor de riesgo es que sean “muy tímidos o callados”.

Enseñar resiliencia y fortalecer el autoestima es fundamental, pues alguien que se quiere y valora pensará en otras formas de aliviar el dolor que siente antes que quitarse la vida. Promover las cualidades y el talento e incluso incentivar un proyecto de vida, sueños y metas es parte de esta primera acción.
La prevención selectiva es una segunda acción que está orientada a adolescentes que por alguna razón tienen pensamientos suicidas o ya atentaron contra su vida. Es aquí donde se debe impulsar con mayor intensidad la expresión de sentimientos, pero también se debe aprender a escuchar e identificar patrones de conducta como el bajo rendimiento, aislamiento, falta de apetito, insomnio. En estos casos ya se debe buscar la ayuda de un profesional, indica Raquel Cavero, directora del Intraid.
El tiempo que los padres pasan con los hijos puede ser determinante en este tipo de casos.
Y finalmente la última sería la prevención indicada para personas sobrevivientes a un suicidio fallido, donde también se incluye a la familia. Especialistas del área deberán evaluar la situación y con la ayuda de un tratamiento ayudar a estas personas a sanarse.
Fue en mayo del 2020 cuando Sol intentó quitarse la vida, hoy a casi un año del suceso su mejoría es progresiva, cuida de su hijo pequeño e impulsa un grupo de apoyo para las personas que atravesaron una situación parecida. Sus amigos y su familia son su mejor medicina.
Gonzalez señala que: “Estar ahí para alguien, hablar cuando se identifica un peligro y actuar en busca de ayuda” sería la forma más resumida de prevenir suicidios. Las calles de Tarija albergan diariamente a miles de personas y cientos de rostros, entre ellos están los ojos verdes de Sol y la sonrisa de Lidia, dos sobrevivientes que le dijeron si a la vida.
Tarija tiene lugares donde puedes recibir ayuda
La Defensoría de la Niñez y Adolescencia, el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), el Hospital Obrero y San Juan de Dios cuentan con un personal capacitado para brindar apoyo a personas que padecen algún tipo de transtorno, depresión o patología mental.
Si una persona necesita una atención especializada se puede realizar la derivación directa al Instituto Nacional en Prevención, Tratamiento, Rehabilitación e Investigación en Drogodependencias y Salud Mental – INTRAID Tarija