Restricciones y medidas de bioseguridad
Clases: Hogares de niños en Tarija tienen un dispositivo por cada 6 escolares
Solo en la ciudad de Tarija son 120 los niños de hogares que están en edad escolar en diferentes centros, desde kínder hasta el nivel secundario. Éstos tienen dificultades para las clases virtuales



Los escolares de los hogares de niños de Tarija deben compartir, entre seis, una computadora o un celular para pasar las clases virtuales que dispusieron las autoridades educativas frente a la pandemia de la Covid-19. Esta situación dificulta el aprendizaje de este sector estudiantil.
Por ejemplo, en el Hogar de Niñas Moisés Navajas hay 43 escolares, tanto del nivel primario, secundario y en Centros de Educación Básica Alternativa (CEBA), pero solo tienen cinco dispositivos para conectarse a sus clases. Así lo confirmó el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges).
En total, solo en la ciudad de Tarija suman 120 los niños de hogares que están en edad escolar en diferentes centros, desde kínder hasta el nivel secundario. Ellos viven una realidad parecida a las niñas del Moisés Navajas.
La directora del Sedeges, Mery Acuña, explicó que crearon salas para que varios niños pasen clases en un solo dispositivo, de manera que accedan a la educación. Instalaron Internet mediante sistema WI-FI, pero la cantidad de equipos para ingresar a las clases son insuficientes. Por eso llama a las empresas como Tigo, Entel y Viva, bajo responsabilidad social, que puedan hacer donaciones para facilitar el derecho a la educación.
La funcionaria dice que, por temas administrativos y legales, no pueden comprar celulares bajo ninguna partida presupuestaria. Es así que las educadoras dispusieron sus equipos para que los niños se conecten a sus clases.
Donación Desde el Sedeges piden a Tigo, Entel y Viva, que bajo responsabilidad social, donen dispositivos a los hogares de niños
Una de las alternativas aplicadas fue coordinar con directores de unidades educativas para que pongan a los escolares en un solo curso, que no estén dispersos en aulas paralelas. También ayuda que un grupo está en el turno de la mañana y otro en la tarde, pero igual resultan insuficientes los medios tecnológicos con los que cuentan.
El director departamental de Educación de Tarija, Eudal Tejerina, dice que la responsabilidad de dar las condiciones para las clases bajo modalidad a distancia corresponde a los gobiernos municipales. El Gobierno nacional se encargó de las plataformas.
Hace unas semanas el alcalde de Tarija, Alfonso Lema, entregó 18 mil computadoras Kuaa en calidad de comodato para facilitar las clases virtuales, pero también era consciente que no alcanzaba ni para la mitad de la población estudiantil que tiene su municipio. La directriz era que los directores de colegios puedan priorizar a qué estudiantes entregar los procesadores, que a la fecha no llegaron a los estudiantes que están en los hogares de niños.
El secretario de Desarrollo Humano, Rodrigo Fuenzalida, explicó que una de las propuestas para comprar más computadoras fue plantear a la Asociación de Municipalidades de Bolivia (AMB) que gestione ante el gobierno nacional paralizar el descuento de las regalías petroleras, para que ese recurso pueda ser usado para cuestiones de la pandemia, como por ejemplo más dispositivos para las clases virtuales.
Acuña dice que de momento no se puede mostrar las condiciones en las que pasan clases los niños de los hogares, debido a las restricciones y medidas de bioseguridad para evitar contagios dentro de esos centros, pero asegura que en un futuro lo harán, a manera de remarcar que los estudiantes acceden a educación, aunque con limitaciones.
Solo el 15% de jóvenes usó Internet para estudiar
Según un estudio de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información (Agetic), publicado el año 2019, el 94 por ciento de los jóvenes entre 15 y 24 años de edad usa el celular para acceder a Internet, pero solo el 15 por ciento lo usa para fines académicos. Un 4 por ciento afirmó haber realizado algún curso bajo esa herramienta tecnológica en el área urbana, mientras que en la rural solo un dos por ciento.