Ser mamá en tiempos de pandemia, “se vale llorar”
Ser madre nunca fue tarea fácil, se dice que este papel no es para todas por lo que tampoco es obligatorio. Sin embargo, las que tienen esta experiencia la califican de maravillosa, pero también dolorosa, por todo lo que significa el cuidado de las hijas e hijos, sumado a las preocupaciones...



Ser madre nunca fue tarea fácil, se dice que este papel no es para todas por lo que tampoco es obligatorio. Sin embargo, las que tienen esta experiencia la califican de maravillosa, pero también dolorosa, por todo lo que significa el cuidado de las hijas e hijos, sumado a las preocupaciones constantes, y ahora la pandemia por el Covid19.
“La guerra llegó de sorpresa y estamos yendo a ella con lo que tenemos y no con lo que necesitamos” dice la psicóloga María Amelia Aguilar, quien también es madre y “celebra” este día entre gran miedo e incertidumbre.
Agrega que muchas mamás desde diferentes roles y edades están atravesando un duro momento en Tarija y el mundo entero. Así lo constatan las siguientes experiencias.
Claudia Castillo de 32 años, tienes tres hijos y hace menos de dos semanas dio a luz a una niña a la que no dudó en llamar Esperanza. Internada en un centro de salud local, los tres días de internación los paso nerviosa, en segundo plano quedó la emoción, el trajecito rojo para la suerte y los aritos de oro enchapados que había preparado.
Lo que a ella ahora la preocupaba era dar a luz en tiempos de Covid, en los que estar en los hospitales es un gran riesgo. “A cada instante rogué a Dios que mi niña no se contagiara del virus, lloré una decena de noches al pie de mi cama y no pude estar tranquila durante mi embarazo”, dice aún conmovida.
Más aún, del primer momento en el que vio a su hija ya pasaron 20 días y hoy se siente un poco aliviada, aunque vuelve su estrés cada vez que debe llevar a su niña al colocado de sus vacunas o al pediatra. “Siento que no estamos libres, que cualquier momento podemos caer con esto”, dice, pero no es la única en situación similar.
María Ruiz tiene 25 años y recién hace cinco días el ginecólogo le confirmó que está embarazada, su alegría no sobrepasó la sonrisa, pues de inmediato le asaltó la pregunta. ¿Cómo pasar el embarazo en estos tiempos?
Así, lo primero que hizo fue llorar en el regazo de su madre, preguntándose una y otra vez cómo lo logrará.
Su esposo es taxista, otro motivo de gran preocupación, debido que no puede desarrollar su labor de manera normal. Esto les ha generado una gran reducción de ingresos.
Pero ahí está Margarita Téllez de 70 años, su madre. Una mujer tan fuerte como un roble que con el ceño fruncido y el abrazo amnésico de una madre le dice “con la ayuda de Dios todo saldrá bien”. “De plata no te preocupes hijita tengo mis ahorritos”.
Madres todólogas y al mando
Pero en medio de la pandemia están también las madres, aquellas que tomaron el mando del hogar y se convirtieron en todo. En la profesora de sus hijos, en la enfermera, en la cocinera y en el remedio mismo.
Lucinda Montaño tiene un hijo de 1 año y una hija de cinco. Dice que esta época es la más dura para una madre, pues el sentimiento de cuidarlos “siempre y de todo” se ha quintuplicado. “Ando estresada, cuidando a mis niños al máximo, no quiero que se enfermen, no quiero que pisen la calle. Tengo miedo”, cuenta a través de una vídeo llamada con El País.
Sumado a ello asegura que sus labores en casa se han redoblado con el cuidado de los niños, pues su hija ya no va a la escuela y pasa a diario clases virtuales. De tal manera que ella hace de cocinera, maestra, enfermera y todo lo que se pueda.
“Al mal tiempo buena cara decía mi madre, el consejo es bueno, pero hay momentos en los que me entra una gran tristeza y no aguanto las lágrimas. Pero no debemos llorar delante de los niños y entonces me las seco y sonrío”, dice.
Agrega que su esposo es quien sale a hacer las compras y aunque toma todas las medidas necesarias, el miedo persiste.
Como esta madre hay muchas otras, al borde del llanto, reinventándose y sacando fuerzas.
Madres forzadas a salir y la crisis económica
[caption id="attachment_555317" align="alignnone" width="770"] Muchas mamás se ven forzadas a salir[/caption]
Al margen de las labores diarias la crisis se ha instaurado en todos los hogares, por lo que las madres también deben lidiar con este panorama. Unas más que otras.
Son muchas las mamás, que a pesar de la pandemia y la cuarentena, se ven forzadas a salir, pues deben trabajar para ganar el dinero que permita comer a diario a ellas y a sus hijos.
Éste es el caso de Olinfa Reyes, quien cada día acoplado en mano sale cargada de sus verduras a las diferentes ferias que se han instaurado en los barrios de Cercado, en coordinación con la Alcaldía y las juntas vecinales.
"La crisis que estamos viviendo es grave, estamos haciendo de todo para sostener a nuestra casa. Hay mamás como yo que son padre y madre", dice y de inmediato agrega que a diario debe lidiar con el miedo de llevar el virus a casa. "No me lo perdonaría, pero hoy está es mi manera de luchar por mis hijos", concluye.
Sin embargo, la crisis que deberán enfrentar las madres y familias, según la proyección, será peor. De acuerdo al informe “La economía en los tiempos del Covid-19” del Banco Mundial, a raíz de la caída en el precio de los hidrocarburos y el impacto que genera la pandemia, la economía boliviana sufrirá una contracción de 3,4% para este 2020. Esta realidad pondrá en aprietos a todos los hogares bolivianos.
“Se vale llorar”
La psicóloga María Amelia Aguilar explica que las madres durante esta época están siendo observadas por sus hijos, por lo que se han convertido en un espejo de la realidad. “Los niños o jóvenes no son los que deben ver cómo reaccionar ante la realidad y la pandemia, son los padres. Es el momento del adulto y de ser adulto realmente”, asegura.
A la vez agrega que como madres se debe tener en cuenta que la vida les cambió a todos, a la pareja, a los hijos, a los hermanos, por lo que aconseja a las mamás no descargar el enojo en nadie. Pues cada quien está tratando de sobrellevar la situación como mejor puede.
“Sacar lo mejor de nosotros será importante, no nos bajemos a la edad de los niños que lo único que está pasando es que están desesperados y tristes” asegura.
A la vez, como madre de una niña, reconoce que la tristeza es inevitable como también el miedo, sin embargo termina la entrevista llamando a la fortaleza de las mamás, les pide seguir adelante con fuerza y asegura que en esta guerra “se vale llorar”, pero para tomar la siguiente batalla con más fuerza.
“Me quedo con esta frase: El dolor es inevitable y el sufrimiento opcional”, concluye.
APUNTES
Consecuencias de la cuarentena para las mujeres
Mucho se ha escuchado sobre las consecuencias negativas del encierro para las mujeres y sus hijos. La realidad incluye mayores índices de violencia doméstica, más sobrecarga de trabajo doméstico y más responsabilidades al tener que balancear el trabajo remunerado remoto con las actividades en el hogar.
Si bien sabemos que en América Latina y el Caribe el 80% del trabajo doméstico es femenino, más de la mitad de las madres se sienten más sobrecargadas por las tareas del hogar con la llegada de esta pandemia sin precedentes.
Por otro lado, las consecuencias económicas son alarmantes. El 59% de los hogares perciben menos ingresos y las poblaciones que viven en situación de pobreza enfrentan privaciones nutricionales que afectan a 5 de cada 10 hogares.
“La guerra llegó de sorpresa y estamos yendo a ella con lo que tenemos y no con lo que necesitamos” dice la psicóloga María Amelia Aguilar, quien también es madre y “celebra” este día entre gran miedo e incertidumbre.
Agrega que muchas mamás desde diferentes roles y edades están atravesando un duro momento en Tarija y el mundo entero. Así lo constatan las siguientes experiencias.
Claudia Castillo de 32 años, tienes tres hijos y hace menos de dos semanas dio a luz a una niña a la que no dudó en llamar Esperanza. Internada en un centro de salud local, los tres días de internación los paso nerviosa, en segundo plano quedó la emoción, el trajecito rojo para la suerte y los aritos de oro enchapados que había preparado.
Lo que a ella ahora la preocupaba era dar a luz en tiempos de Covid, en los que estar en los hospitales es un gran riesgo. “A cada instante rogué a Dios que mi niña no se contagiara del virus, lloré una decena de noches al pie de mi cama y no pude estar tranquila durante mi embarazo”, dice aún conmovida.
Más aún, del primer momento en el que vio a su hija ya pasaron 20 días y hoy se siente un poco aliviada, aunque vuelve su estrés cada vez que debe llevar a su niña al colocado de sus vacunas o al pediatra. “Siento que no estamos libres, que cualquier momento podemos caer con esto”, dice, pero no es la única en situación similar.
María Ruiz tiene 25 años y recién hace cinco días el ginecólogo le confirmó que está embarazada, su alegría no sobrepasó la sonrisa, pues de inmediato le asaltó la pregunta. ¿Cómo pasar el embarazo en estos tiempos?
Así, lo primero que hizo fue llorar en el regazo de su madre, preguntándose una y otra vez cómo lo logrará.
Su esposo es taxista, otro motivo de gran preocupación, debido que no puede desarrollar su labor de manera normal. Esto les ha generado una gran reducción de ingresos.
Pero ahí está Margarita Téllez de 70 años, su madre. Una mujer tan fuerte como un roble que con el ceño fruncido y el abrazo amnésico de una madre le dice “con la ayuda de Dios todo saldrá bien”. “De plata no te preocupes hijita tengo mis ahorritos”.
Madres todólogas y al mando
Pero en medio de la pandemia están también las madres, aquellas que tomaron el mando del hogar y se convirtieron en todo. En la profesora de sus hijos, en la enfermera, en la cocinera y en el remedio mismo.
Lucinda Montaño tiene un hijo de 1 año y una hija de cinco. Dice que esta época es la más dura para una madre, pues el sentimiento de cuidarlos “siempre y de todo” se ha quintuplicado. “Ando estresada, cuidando a mis niños al máximo, no quiero que se enfermen, no quiero que pisen la calle. Tengo miedo”, cuenta a través de una vídeo llamada con El País.
Sumado a ello asegura que sus labores en casa se han redoblado con el cuidado de los niños, pues su hija ya no va a la escuela y pasa a diario clases virtuales. De tal manera que ella hace de cocinera, maestra, enfermera y todo lo que se pueda.
“Al mal tiempo buena cara decía mi madre, el consejo es bueno, pero hay momentos en los que me entra una gran tristeza y no aguanto las lágrimas. Pero no debemos llorar delante de los niños y entonces me las seco y sonrío”, dice.
Agrega que su esposo es quien sale a hacer las compras y aunque toma todas las medidas necesarias, el miedo persiste.
Como esta madre hay muchas otras, al borde del llanto, reinventándose y sacando fuerzas.
Madres forzadas a salir y la crisis económica
[caption id="attachment_555317" align="alignnone" width="770"] Muchas mamás se ven forzadas a salir[/caption]
Al margen de las labores diarias la crisis se ha instaurado en todos los hogares, por lo que las madres también deben lidiar con este panorama. Unas más que otras.
Son muchas las mamás, que a pesar de la pandemia y la cuarentena, se ven forzadas a salir, pues deben trabajar para ganar el dinero que permita comer a diario a ellas y a sus hijos.
Éste es el caso de Olinfa Reyes, quien cada día acoplado en mano sale cargada de sus verduras a las diferentes ferias que se han instaurado en los barrios de Cercado, en coordinación con la Alcaldía y las juntas vecinales.
"La crisis que estamos viviendo es grave, estamos haciendo de todo para sostener a nuestra casa. Hay mamás como yo que son padre y madre", dice y de inmediato agrega que a diario debe lidiar con el miedo de llevar el virus a casa. "No me lo perdonaría, pero hoy está es mi manera de luchar por mis hijos", concluye.
Sin embargo, la crisis que deberán enfrentar las madres y familias, según la proyección, será peor. De acuerdo al informe “La economía en los tiempos del Covid-19” del Banco Mundial, a raíz de la caída en el precio de los hidrocarburos y el impacto que genera la pandemia, la economía boliviana sufrirá una contracción de 3,4% para este 2020. Esta realidad pondrá en aprietos a todos los hogares bolivianos.
“Se vale llorar”
La psicóloga María Amelia Aguilar explica que las madres durante esta época están siendo observadas por sus hijos, por lo que se han convertido en un espejo de la realidad. “Los niños o jóvenes no son los que deben ver cómo reaccionar ante la realidad y la pandemia, son los padres. Es el momento del adulto y de ser adulto realmente”, asegura.
A la vez agrega que como madres se debe tener en cuenta que la vida les cambió a todos, a la pareja, a los hijos, a los hermanos, por lo que aconseja a las mamás no descargar el enojo en nadie. Pues cada quien está tratando de sobrellevar la situación como mejor puede.
“Sacar lo mejor de nosotros será importante, no nos bajemos a la edad de los niños que lo único que está pasando es que están desesperados y tristes” asegura.
A la vez, como madre de una niña, reconoce que la tristeza es inevitable como también el miedo, sin embargo termina la entrevista llamando a la fortaleza de las mamás, les pide seguir adelante con fuerza y asegura que en esta guerra “se vale llorar”, pero para tomar la siguiente batalla con más fuerza.
“Me quedo con esta frase: El dolor es inevitable y el sufrimiento opcional”, concluye.
APUNTES
Consecuencias de la cuarentena para las mujeres
Mucho se ha escuchado sobre las consecuencias negativas del encierro para las mujeres y sus hijos. La realidad incluye mayores índices de violencia doméstica, más sobrecarga de trabajo doméstico y más responsabilidades al tener que balancear el trabajo remunerado remoto con las actividades en el hogar.
Si bien sabemos que en América Latina y el Caribe el 80% del trabajo doméstico es femenino, más de la mitad de las madres se sienten más sobrecargadas por las tareas del hogar con la llegada de esta pandemia sin precedentes.
Por otro lado, las consecuencias económicas son alarmantes. El 59% de los hogares perciben menos ingresos y las poblaciones que viven en situación de pobreza enfrentan privaciones nutricionales que afectan a 5 de cada 10 hogares.