El 30% de las atenciones del Intraid son por alcoholismo
La cantidad de pacientes que van a consulta al Instituto Nacional de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Drogodependencias y Salud Mental (Intraid) de manera anual alcanza a unas 7.000 personas y los que se internan llegan a 300, de los cuales un 30 por ciento son por alcoholismo, un...
La cantidad de pacientes que van a consulta al Instituto Nacional de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Drogodependencias y Salud Mental (Intraid) de manera anual alcanza a unas 7.000 personas y los que se internan llegan a 300, de los cuales un 30 por ciento son por alcoholismo, un cinco por ciento por adicción a diferentes estupefacientes y el restante porcentaje a diversas afecciones mentales, trastornos psicóticos y otro tipo de patologías.
Prevalencia
Según la directora de la entidad, Raquel Caero Rodríguez, la dependencia al alcohol es uno de los más prevalentes diagnósticos que se tienen en la institución y muy por debajo se encuentran las adicciones a otras sustancias como la marihuana y la cocaína, todas en principio son atendidas en consulta externa.
Pero, si la evolución no es adecuada y el caso lo amerita, la opción es la internación y debe ser voluntaria. La psicoterapia aplicada es en base a la palabra, pero si la persona no cree tener ningún problema, es más, cree ser víctima del abuso de los familiares, entonces no se puede “llegar a buen puerto”.
Si accede a recibir un tratamiento, se somete a un programa de rehabilitación que dura seis semanas en el que se le dan ciertos lineamientos y mecanismos para luchar contra la enfermedad, “que al final será de por vida”.
Caero detalló que la recaída es una situación probable, pero son muy pocos los casos ante una primera intervención tenga un resultado adecuado, esto significa que la persona cumplió con las consignas del tratamiento que en la mayoría de los casos es la abstinencia total o la reducción de daños, que es considerado un resultado satisfactorio.
Sin embargo, no se puede determinar el porcentaje de los pacientes reincidentes porque la persona que asiste a recibir atención médica y se va, aún recibe atención ambulatoria de control, sin embargo muchos ya no vuelven y no se sabe qué pasó, “si reincidieron y por cansancio la familia ya no quiere llevarlo a consulta porque consideran que es una pérdida tiempo y de dinero”.
Por otra parte, existen algunos a los que los vuelven a llevar a consulta, existen casos dramáticos, en los que las recaídas son numerosas y por tanto sus internaciones también, a veces superan las 10 veces y muchos de ellos no cumplen el programa de seis semanas y no se puede obligarlos a permanecer más tiempo.
“De 10 pacientes atendidos, al año puede volver uno o dos, otros después de dos a tres años, se conocen casos que son dados de alta peor vuelven a consumir alcohol el mismo día que salieron, otros a la semana, al mes, a los cuatro meses, etc.”, detalló.
Otras veces empieza a consumir y al año recién lo trae la familia porque ha generado algún incidente conflictivo. También juega eso, si no genera problemas no lo llevan a consulta, solo los llevan cuando generan problemas.
Agregó que un buen porcentaje de los pacientes por consumo de drogas son adolescentes o adultos jóvenes, mientras que en el consumo de alcohol se tiene de muchas edades pero los más están entre los 25 y a 45 años.
La atención médica para la abstinencia
La medicación solo se la brinda cuando se presentan intoxicados para prever algunas complicaciones a causa de la abstinencia, literalmente se enferman cuando les falta el alcohol, sostuvo Raquel Caero y se trata de prevenir la sintomatología porque puede ser peligrosa para el paciente, pero no se puede remplazar unas drogas por otra.
Las señales de la abstinencia empiezan desde lo más simple, se presenta en principio como una ansiedad que muchos la califican como “desesperación” por seguir consumiendo alcohol, acompañado de temblores finos de las manos que se puede convertir en gruesos de todo el cuerpo.
Luego vienen las contracturas y espasmos musculares, que es interpretado por el afectado como si sus extremidades se encogieran, se empiezan a retorcer de alguna forma, además de sufrir calambres, dolor de cabeza, vómitos y malestar general.
En casos graves, lo esperable es que aumente su “desesperación”, aparecen las alucinaciones visuales, muchas de estas relacionadas por lo general con insectos y alimañas, empiezan a ver víboras, arañas, insectos que se les trepan, también sienten que las paredes se les vienen abajo, que le techo se les cae, etc., lo que les genera miedo, en menor grado pueden aparecer alucinaciones auditivas.
En situaciones más graves empiezan a perder la conciencia, muestran confusión, no reconocen a las personas, inquietud, agitación, insomnio, que son el preámbulo del delirium tremens, que ya es una urgencia médica porque está un paso del coma y presentan convulsiones.
Toda esta patología, tiene que ser manejados por una unidad de terapia intermedia y en el peor de los casos intensiva porque ya presenta problemas a nivel del cerebro y depresión del centro respiratorio, al margen de las complicaciones crónicas como ser la cirrosis.
Prevalencia
Según la directora de la entidad, Raquel Caero Rodríguez, la dependencia al alcohol es uno de los más prevalentes diagnósticos que se tienen en la institución y muy por debajo se encuentran las adicciones a otras sustancias como la marihuana y la cocaína, todas en principio son atendidas en consulta externa.
Pero, si la evolución no es adecuada y el caso lo amerita, la opción es la internación y debe ser voluntaria. La psicoterapia aplicada es en base a la palabra, pero si la persona no cree tener ningún problema, es más, cree ser víctima del abuso de los familiares, entonces no se puede “llegar a buen puerto”.
Si accede a recibir un tratamiento, se somete a un programa de rehabilitación que dura seis semanas en el que se le dan ciertos lineamientos y mecanismos para luchar contra la enfermedad, “que al final será de por vida”.
Caero detalló que la recaída es una situación probable, pero son muy pocos los casos ante una primera intervención tenga un resultado adecuado, esto significa que la persona cumplió con las consignas del tratamiento que en la mayoría de los casos es la abstinencia total o la reducción de daños, que es considerado un resultado satisfactorio.
Sin embargo, no se puede determinar el porcentaje de los pacientes reincidentes porque la persona que asiste a recibir atención médica y se va, aún recibe atención ambulatoria de control, sin embargo muchos ya no vuelven y no se sabe qué pasó, “si reincidieron y por cansancio la familia ya no quiere llevarlo a consulta porque consideran que es una pérdida tiempo y de dinero”.
Por otra parte, existen algunos a los que los vuelven a llevar a consulta, existen casos dramáticos, en los que las recaídas son numerosas y por tanto sus internaciones también, a veces superan las 10 veces y muchos de ellos no cumplen el programa de seis semanas y no se puede obligarlos a permanecer más tiempo.
“De 10 pacientes atendidos, al año puede volver uno o dos, otros después de dos a tres años, se conocen casos que son dados de alta peor vuelven a consumir alcohol el mismo día que salieron, otros a la semana, al mes, a los cuatro meses, etc.”, detalló.
Otras veces empieza a consumir y al año recién lo trae la familia porque ha generado algún incidente conflictivo. También juega eso, si no genera problemas no lo llevan a consulta, solo los llevan cuando generan problemas.
Agregó que un buen porcentaje de los pacientes por consumo de drogas son adolescentes o adultos jóvenes, mientras que en el consumo de alcohol se tiene de muchas edades pero los más están entre los 25 y a 45 años.
La atención médica para la abstinencia
La medicación solo se la brinda cuando se presentan intoxicados para prever algunas complicaciones a causa de la abstinencia, literalmente se enferman cuando les falta el alcohol, sostuvo Raquel Caero y se trata de prevenir la sintomatología porque puede ser peligrosa para el paciente, pero no se puede remplazar unas drogas por otra.
Las señales de la abstinencia empiezan desde lo más simple, se presenta en principio como una ansiedad que muchos la califican como “desesperación” por seguir consumiendo alcohol, acompañado de temblores finos de las manos que se puede convertir en gruesos de todo el cuerpo.
Luego vienen las contracturas y espasmos musculares, que es interpretado por el afectado como si sus extremidades se encogieran, se empiezan a retorcer de alguna forma, además de sufrir calambres, dolor de cabeza, vómitos y malestar general.
En casos graves, lo esperable es que aumente su “desesperación”, aparecen las alucinaciones visuales, muchas de estas relacionadas por lo general con insectos y alimañas, empiezan a ver víboras, arañas, insectos que se les trepan, también sienten que las paredes se les vienen abajo, que le techo se les cae, etc., lo que les genera miedo, en menor grado pueden aparecer alucinaciones auditivas.
En situaciones más graves empiezan a perder la conciencia, muestran confusión, no reconocen a las personas, inquietud, agitación, insomnio, que son el preámbulo del delirium tremens, que ya es una urgencia médica porque está un paso del coma y presentan convulsiones.
Toda esta patología, tiene que ser manejados por una unidad de terapia intermedia y en el peor de los casos intensiva porque ya presenta problemas a nivel del cerebro y depresión del centro respiratorio, al margen de las complicaciones crónicas como ser la cirrosis.