Los tropiezos que evitan la lactancia materna en Tarija
Un bebé acaba de nacer, se lo dan a su madre, quien se lo pone al pecho y siente la primera succión. Con una sonrisa la enfermera le dice “agarra bien”. Ese momento es único e inolvidable para la madre, pero también marcará la vida del bebé. En otra habitación Guadalupe Torres acaba...



Un bebé acaba de nacer, se lo dan a su madre, quien se lo pone al pecho y siente la primera succión. Con una sonrisa la enfermera le dice “agarra bien”. Ese momento es único e inolvidable para la madre, pero también marcará la vida del bebé.
En otra habitación Guadalupe Torres acaba de tener a su niña por cesárea, la creencia de que tras la operación no tendrá leche la llevó a comprar leche de fórmula, por lo que le pide a su esposo que prepare la primera maderita para su nena y así proceden.
¿Cuál será el efecto de estas acciones? “Los niños que no toman leche materna en la primera hora de vida tienen más peligro de contraer enfermedades e incluso de morir”, asegura un nuevo estudio de UNICEF y de la Organización Mundial de la Salud.
Pero aunque es sabido que la leche materna tiene un gran poder en la salud de nuestros hijos, la práctica de amamantar se reduce cada vez más en nuestro departamento, donde menos de la mitad de madres dan leche materna a sus pequeños. Este dato fue revelado por el Programa de Alimentación y Nutrición del Servicio Departamental de Salud (Sedes). “El 42 por ciento, menos de la mitad, reciben leche materna en Tarija”.
Entre los factores que influyen en la reducción se encuentran principalmente la inmersión de la mujer en el campo laboral y de los estudios, la vergüenza de amamantar en público por el morbo que supuestamente provoca, las cuestiones estéticas como la forma que toman los senos después de dar pecho y la falta de asesoramiento. Estos factores fueron confirmados por el Ministerio de Salud de nuestro país.
El trabajo y la lactancia
María Elena tiene una bebé de un año, en la actualidad está sin trabajo, pues fue obligada a renunciar hace dos meses. Los argumentos fueron los de siempre “la maternidad ha provocado que reduzcas tu rendimiento”, “no podemos permitir que traigas a tu hija aquí, distraes al personal”, entre otros. Finalmente dejó de trabajar. Pero, ¿es esto correcto?
Son muchos los empleadores en general que desconocen la norma y terminan cometiendo estas injusticias.
De acuerdo a la Ley 3460, de Fomento a la Lactancia Materna, se garantizan las horas de lactancia. En su artículo 15 señala que las Instituciones Públicas y Privadas, tienen las siguientes obligaciones: “Permitir a las madres en periodo de lactancia, llevar a sus bebés a sus fuentes de trabajo y de estudio, para que proporcionen lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida”.
En su sección b) continúa “Se debe otorgar a las madres en periodo de lactancia, el descanso establecido en la Ley General del Trabajo, en caso de que éstas no lleven a sus bebés a sus centros de trabajo”.
En su aparatado c) añade “Adecuar ambientes en los lugares de trabajo y de estudio, para que las madres con niños lactantes menores de seis meses puedan amamantar en condiciones óptimas”. ¿Cuántos empleadores cumplen esto?
La estética y la lactancia
Hay otro factor que se suma en contra y que va tomando más fuerza en Tarija. Algunas mujeres deciden no dar el pecho a sus hijos por miedo a que se les caigan los senos, se les estropeen o se les queden más grandes después de la lactancia. Más aún, los expertos aseguran que amamantar no hace que se caiga el pecho.
Se trata de un falso mito que algunas mujeres por desinformación y otras para justificar el no querer dar el pecho, utilizan de forma incorrecta. Según este estudio de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, es el paso de los años, el número de embarazos, el peso ganado en el embarazo y por ejemplo fumar, lo que está relacionado con el aumento y la caída de los senos a lo largo de la vida.
No solo la lactancia no empeora la estética de los pechos de las mujeres, sino que además amamantar ayuda a adelgazar sobre todo si se alarga más de 6 meses (2 años). Esto es debido a que moviliza las grasas acumuladas en el abdomen y las caderas durante el embarazo y la retención hídrica ayudando a recuperar la silueta.
Todo ese aumento de peso del embarazo tiene un fin, alimentar al bebé, “la naturaleza nunca hace las cosas porque sí. Si el bebé no se lo lleva, luego te costará más deshacerte de ello. La lactancia materna adelgaza”, asegura la pediatra Patricia Molina.
La falta de asesoramiento
Daniela tuvo a su primera hija a sus 27 años. En cuanto nació el pediatra mandó a su esposo a comprar leche de fórmula, argumentando que la madre no tenía pezón y que el bebé se deshidrataría en pocas horas. Así su pequeña hija, Mariana, se inició en la fórmula. Una semana después continuó con este tipo de leche y sin intentar la lactancia materna.
Cuando Daniela creyó que era el momento para darle el pecho a su bebé, la pequeña ya no quiso tomarlo, finalmente ya estaba acostumbrada a la leche de fórmula. Empero, su historial de infecciones posteriores convenció a la madre de la importancia de la leche materna. Daniela piensa hoy que si el personal de salud le hubiera brindado un asesoramiento adecuado su historia hubiera sido diferente.
Hoy en día son muchos los hospitales en Tarija y en toda Bolivia que cometen este error y que han dejado de incentivar la lactancia materna. Más aún, la Ley 3460 establece que que el personal de salud tiene las siguientes obligaciones: A). Informar a las embarazadas que acuden al control prenatal en instituciones prestadoras del servicio de salud, sobre las ventajas de la lactancia materna y los peligros del biberón y la leche de fórmula en menores de seis (6) meses.
B). Informar a las embarazadas sobre los beneficios del contacto inmediato del recién nacido, piel a piel (apego precoz parcial o total), del alojamiento conjunto, así como las técnicas de amamantamiento, extracción de leche, con la finalidad de fortalecer la confianza en su capacidad de amamantar.
C). Implementar la lactancia inmediata dentro la primera hora de nacimiento en partos vaginales y cuando las condiciones de la madre lo permitan (recuperación de la anestesia) en partos por cesárea.
D). Promover y apoyar en lo que corresponda, para que toda gestante y su pareja, sean informados sobre los riesgos que se generan por no amamantar, para la madre, el niño/ niña, la familia, la sociedad, el medio ambiente, la productividad y economía del país.
E). Apoyar a la madre en la técnica adecuada para la iniciación y mantenimiento de la lactancia, en las primeras seis horas después del parto, fortaleciendo la confianza en su capacidad de lactar.
F). Garantizar el alojamiento conjunto de la madre y la niña o niño, inmediatamente después del parto y durante las veinticuatro (24) horas del día.
G). Promover la lactancia a libre demanda de acuerdo a normas (10 veces, durante el día y la noche).
¿Cuántos centros de salud y hospitales cumplen con esto?
Cautivadas por las fórmulas
Otro punto dentro de la problemática lo constituyen las fórmulas que se venden como mágicas y con propagandas que las colocan al nivel o por encima de la leche materna. Muchas madres se dejan cautivar por la magia de la publicidad y ahí tenemos a Andrea Durán escogiendo en la galería de una gran farmacia tarijeña, la que cree “la mejor fórmula” para su hijo. Lee y re lee la etiqueta y las propiedades, hasta que finalmente se convence de llevar la que cree más próxima a la leche materna.
La Ley 3460 también norma el etiquetado de estos productos para evitar justamente que las madres se dejen seducir por las fórmulas y desistan de amamantar. En su artículo 13 dice lo siguiente.
“En ningún caso la etiqueta de sucedáneos de la leche materna, fórmulas, infantiles, especiales o de seguimiento, alimentos complementarios, biberones, chupones o chupones de distracción, deberá contener: a. Información e imágenes de niños lactantes tendentes a desestimular la lactancia materna. B). Leyendas, dibujos o ilustraciones que directa o indirectamente tiendan a crear la convicción de que el producto es equivalente o superior a la leche materna. C). Términos como “maternizada”, “humanizada” u otros análogos. D). Declaraciones de asociaciones de profesionales u otros organismos que apoyen el con- sumo de los productos citados. E). Otra imagen que no sea la de su fuente, “origen vegetal o animal” el sucedáneo de la leche materna.
Sumado a esto en el artículo 14 se instruye que “la etiqueta de los productos lácteos, además de cumplir con las normas bolivianas de etiquetado, (leche condensada, evaporada, entera, descremada, en polvo, o en forma fluida), deberá contener una advertencia clara y visible, referida a que estos productos no deben ser utilizados en reemplazo de la leche materna”.
Sin embargo, a pesar de que la mayoría de las leches de fórmula cumplen con esto, sus características y las promesas que también incluyen en las etiquetas terminan por convencer a muchas madres.
Beneficios de la leche materna y consejos para amamantar
Según la pediatra Molina la leche materna contiene el equilibrio adecuado de nutrientes para el bebé, es más fácil de digerir que la leche de fórmula y los anticuerpos que posee refuerzan el sistema inmunitario del bebé.
Sin embargo, amamantar puede ser un desafío. La experta recomienda que si eres madre primeriza debes pedir ayuda de inmediato. “Leer acerca del amamantamiento es una cosa. Hacerlo por tu cuenta es algo diferente. La primera vez que amamantes a tu bebé —preferiblemente, dentro de la primera hora después del parto—, pide ayuda”, aconseja.
El personal de enfermería de maternidad o un médico especialista en lactancia del hospital puede darte consejos para amamantar, desde cómo ubicar al bebé y asegurarte de que se prenda correctamente. Tu médico o el médico del bebé también pueden darte consejos para dar el pecho.
A continuación Molina brinda algunas pautas: “Comienza sintiéndote cómoda. Si es necesario, usa almohadas a modo de apoyo. A continuación, sostén al bebé cerca de tu pecho en lugar de inclinarte hacia adelante para llevar el pecho hacia el bebé. Sujeta la cabeza del bebé con una mano y sostén tu pecho con la otra”.
“Haz cosquillas en el labio inferior del bebé con el pezón para motivar que la boca del bebé se abra lo suficiente. El bebé succionará parte de la zona más oscura que rodea el pezón (areola). El pezón estará bien adentro de la boca del bebé, y la lengua del bebé estará ubicada debajo del pecho. Mantente atenta y escucha un patrón rítmico de succión y deglución”, detalla.
Continúa, si necesitas separar al bebé del pecho, primero interrumpe la succión insertando el dedo en la comisura de la boca del bebé. Por las primeras semanas, la mayoría de los recién nacidos toman el pecho cada dos a tres horas las 24 horas del día. Observa si hay signos tempranos de hambre, como algo de agitación, inquietud, movimientos de los labios y como de chupar.
“Deja que el bebé se amamante completamente con el primer pecho, hasta que tu pecho se sienta blando — típicamente cerca de 15 a 20 minutos. Pero ten en mente que no hay un momento fijo. Luego trata de hacer que el bebé eructe. Después, ofrécele el segundo pecho”.
“Si tu bebé aún tiene hambre, se va a prender del pecho. Si no, simplemente comienza la próxima sesión de amamantamiento con el segundo pecho. Si tu bebé consistentemente se alimenta sólo de un pecho por amamantamiento durante las primeras semanas, usa la bomba de extracción en el otro pecho para aliviar la presión y proteger tu cantidad de leche”.
Finalmente aconseja acostar al bebé para que duerma en la habitación de la madre. “Lo ideal es que el bebé duerma en la misma habitación que los padres durante el primer año de vida, o, al menos, durante los primeros seis meses, para disminuir el riesgo de que padezca el síndrome de muerte infantil súbita. Esto también puede facilitar la alimentación”, aconseja Molina.
Sin embargo, añade que el bebé debe dormir solo en su propia cuna, en su moisés o sobre otra superficie diseñada para bebés. Las camas de los adultos no son seguras para los lactantes.
Explica que el bebé puede quedar atrapado y sofocarse entre los listones de la cabecera, en el espacio entre el colchón y la estructura de la cama o en el espacio entre el colchón y la pared. Un bebé también puede sofocarse si uno de los padres dormido se mueve por accidente y cubre la nariz y la boca del bebé.
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En otra habitación Guadalupe Torres acaba de tener a su niña por cesárea, la creencia de que tras la operación no tendrá leche la llevó a comprar leche de fórmula, por lo que le pide a su esposo que prepare la primera maderita para su nena y así proceden.
¿Cuál será el efecto de estas acciones? “Los niños que no toman leche materna en la primera hora de vida tienen más peligro de contraer enfermedades e incluso de morir”, asegura un nuevo estudio de UNICEF y de la Organización Mundial de la Salud.
Pero aunque es sabido que la leche materna tiene un gran poder en la salud de nuestros hijos, la práctica de amamantar se reduce cada vez más en nuestro departamento, donde menos de la mitad de madres dan leche materna a sus pequeños. Este dato fue revelado por el Programa de Alimentación y Nutrición del Servicio Departamental de Salud (Sedes). “El 42 por ciento, menos de la mitad, reciben leche materna en Tarija”.
Entre los factores que influyen en la reducción se encuentran principalmente la inmersión de la mujer en el campo laboral y de los estudios, la vergüenza de amamantar en público por el morbo que supuestamente provoca, las cuestiones estéticas como la forma que toman los senos después de dar pecho y la falta de asesoramiento. Estos factores fueron confirmados por el Ministerio de Salud de nuestro país.
El trabajo y la lactancia
María Elena tiene una bebé de un año, en la actualidad está sin trabajo, pues fue obligada a renunciar hace dos meses. Los argumentos fueron los de siempre “la maternidad ha provocado que reduzcas tu rendimiento”, “no podemos permitir que traigas a tu hija aquí, distraes al personal”, entre otros. Finalmente dejó de trabajar. Pero, ¿es esto correcto?
Son muchos los empleadores en general que desconocen la norma y terminan cometiendo estas injusticias.
De acuerdo a la Ley 3460, de Fomento a la Lactancia Materna, se garantizan las horas de lactancia. En su artículo 15 señala que las Instituciones Públicas y Privadas, tienen las siguientes obligaciones: “Permitir a las madres en periodo de lactancia, llevar a sus bebés a sus fuentes de trabajo y de estudio, para que proporcionen lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida”.
En su sección b) continúa “Se debe otorgar a las madres en periodo de lactancia, el descanso establecido en la Ley General del Trabajo, en caso de que éstas no lleven a sus bebés a sus centros de trabajo”.
En su aparatado c) añade “Adecuar ambientes en los lugares de trabajo y de estudio, para que las madres con niños lactantes menores de seis meses puedan amamantar en condiciones óptimas”. ¿Cuántos empleadores cumplen esto?
La estética y la lactancia
Hay otro factor que se suma en contra y que va tomando más fuerza en Tarija. Algunas mujeres deciden no dar el pecho a sus hijos por miedo a que se les caigan los senos, se les estropeen o se les queden más grandes después de la lactancia. Más aún, los expertos aseguran que amamantar no hace que se caiga el pecho.
Se trata de un falso mito que algunas mujeres por desinformación y otras para justificar el no querer dar el pecho, utilizan de forma incorrecta. Según este estudio de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, es el paso de los años, el número de embarazos, el peso ganado en el embarazo y por ejemplo fumar, lo que está relacionado con el aumento y la caída de los senos a lo largo de la vida.
No solo la lactancia no empeora la estética de los pechos de las mujeres, sino que además amamantar ayuda a adelgazar sobre todo si se alarga más de 6 meses (2 años). Esto es debido a que moviliza las grasas acumuladas en el abdomen y las caderas durante el embarazo y la retención hídrica ayudando a recuperar la silueta.
Todo ese aumento de peso del embarazo tiene un fin, alimentar al bebé, “la naturaleza nunca hace las cosas porque sí. Si el bebé no se lo lleva, luego te costará más deshacerte de ello. La lactancia materna adelgaza”, asegura la pediatra Patricia Molina.
La falta de asesoramiento
Daniela tuvo a su primera hija a sus 27 años. En cuanto nació el pediatra mandó a su esposo a comprar leche de fórmula, argumentando que la madre no tenía pezón y que el bebé se deshidrataría en pocas horas. Así su pequeña hija, Mariana, se inició en la fórmula. Una semana después continuó con este tipo de leche y sin intentar la lactancia materna.
Cuando Daniela creyó que era el momento para darle el pecho a su bebé, la pequeña ya no quiso tomarlo, finalmente ya estaba acostumbrada a la leche de fórmula. Empero, su historial de infecciones posteriores convenció a la madre de la importancia de la leche materna. Daniela piensa hoy que si el personal de salud le hubiera brindado un asesoramiento adecuado su historia hubiera sido diferente.
Hoy en día son muchos los hospitales en Tarija y en toda Bolivia que cometen este error y que han dejado de incentivar la lactancia materna. Más aún, la Ley 3460 establece que que el personal de salud tiene las siguientes obligaciones: A). Informar a las embarazadas que acuden al control prenatal en instituciones prestadoras del servicio de salud, sobre las ventajas de la lactancia materna y los peligros del biberón y la leche de fórmula en menores de seis (6) meses.
B). Informar a las embarazadas sobre los beneficios del contacto inmediato del recién nacido, piel a piel (apego precoz parcial o total), del alojamiento conjunto, así como las técnicas de amamantamiento, extracción de leche, con la finalidad de fortalecer la confianza en su capacidad de amamantar.
C). Implementar la lactancia inmediata dentro la primera hora de nacimiento en partos vaginales y cuando las condiciones de la madre lo permitan (recuperación de la anestesia) en partos por cesárea.
D). Promover y apoyar en lo que corresponda, para que toda gestante y su pareja, sean informados sobre los riesgos que se generan por no amamantar, para la madre, el niño/ niña, la familia, la sociedad, el medio ambiente, la productividad y economía del país.
E). Apoyar a la madre en la técnica adecuada para la iniciación y mantenimiento de la lactancia, en las primeras seis horas después del parto, fortaleciendo la confianza en su capacidad de lactar.
F). Garantizar el alojamiento conjunto de la madre y la niña o niño, inmediatamente después del parto y durante las veinticuatro (24) horas del día.
G). Promover la lactancia a libre demanda de acuerdo a normas (10 veces, durante el día y la noche).
¿Cuántos centros de salud y hospitales cumplen con esto?
Cautivadas por las fórmulas
Otro punto dentro de la problemática lo constituyen las fórmulas que se venden como mágicas y con propagandas que las colocan al nivel o por encima de la leche materna. Muchas madres se dejan cautivar por la magia de la publicidad y ahí tenemos a Andrea Durán escogiendo en la galería de una gran farmacia tarijeña, la que cree “la mejor fórmula” para su hijo. Lee y re lee la etiqueta y las propiedades, hasta que finalmente se convence de llevar la que cree más próxima a la leche materna.
La Ley 3460 también norma el etiquetado de estos productos para evitar justamente que las madres se dejen seducir por las fórmulas y desistan de amamantar. En su artículo 13 dice lo siguiente.
“En ningún caso la etiqueta de sucedáneos de la leche materna, fórmulas, infantiles, especiales o de seguimiento, alimentos complementarios, biberones, chupones o chupones de distracción, deberá contener: a. Información e imágenes de niños lactantes tendentes a desestimular la lactancia materna. B). Leyendas, dibujos o ilustraciones que directa o indirectamente tiendan a crear la convicción de que el producto es equivalente o superior a la leche materna. C). Términos como “maternizada”, “humanizada” u otros análogos. D). Declaraciones de asociaciones de profesionales u otros organismos que apoyen el con- sumo de los productos citados. E). Otra imagen que no sea la de su fuente, “origen vegetal o animal” el sucedáneo de la leche materna.
Sumado a esto en el artículo 14 se instruye que “la etiqueta de los productos lácteos, además de cumplir con las normas bolivianas de etiquetado, (leche condensada, evaporada, entera, descremada, en polvo, o en forma fluida), deberá contener una advertencia clara y visible, referida a que estos productos no deben ser utilizados en reemplazo de la leche materna”.
Sin embargo, a pesar de que la mayoría de las leches de fórmula cumplen con esto, sus características y las promesas que también incluyen en las etiquetas terminan por convencer a muchas madres.
Beneficios de la leche materna y consejos para amamantar
Según la pediatra Molina la leche materna contiene el equilibrio adecuado de nutrientes para el bebé, es más fácil de digerir que la leche de fórmula y los anticuerpos que posee refuerzan el sistema inmunitario del bebé.
Sin embargo, amamantar puede ser un desafío. La experta recomienda que si eres madre primeriza debes pedir ayuda de inmediato. “Leer acerca del amamantamiento es una cosa. Hacerlo por tu cuenta es algo diferente. La primera vez que amamantes a tu bebé —preferiblemente, dentro de la primera hora después del parto—, pide ayuda”, aconseja.
El personal de enfermería de maternidad o un médico especialista en lactancia del hospital puede darte consejos para amamantar, desde cómo ubicar al bebé y asegurarte de que se prenda correctamente. Tu médico o el médico del bebé también pueden darte consejos para dar el pecho.
A continuación Molina brinda algunas pautas: “Comienza sintiéndote cómoda. Si es necesario, usa almohadas a modo de apoyo. A continuación, sostén al bebé cerca de tu pecho en lugar de inclinarte hacia adelante para llevar el pecho hacia el bebé. Sujeta la cabeza del bebé con una mano y sostén tu pecho con la otra”.
“Haz cosquillas en el labio inferior del bebé con el pezón para motivar que la boca del bebé se abra lo suficiente. El bebé succionará parte de la zona más oscura que rodea el pezón (areola). El pezón estará bien adentro de la boca del bebé, y la lengua del bebé estará ubicada debajo del pecho. Mantente atenta y escucha un patrón rítmico de succión y deglución”, detalla.
Continúa, si necesitas separar al bebé del pecho, primero interrumpe la succión insertando el dedo en la comisura de la boca del bebé. Por las primeras semanas, la mayoría de los recién nacidos toman el pecho cada dos a tres horas las 24 horas del día. Observa si hay signos tempranos de hambre, como algo de agitación, inquietud, movimientos de los labios y como de chupar.
“Deja que el bebé se amamante completamente con el primer pecho, hasta que tu pecho se sienta blando — típicamente cerca de 15 a 20 minutos. Pero ten en mente que no hay un momento fijo. Luego trata de hacer que el bebé eructe. Después, ofrécele el segundo pecho”.
“Si tu bebé aún tiene hambre, se va a prender del pecho. Si no, simplemente comienza la próxima sesión de amamantamiento con el segundo pecho. Si tu bebé consistentemente se alimenta sólo de un pecho por amamantamiento durante las primeras semanas, usa la bomba de extracción en el otro pecho para aliviar la presión y proteger tu cantidad de leche”.
Finalmente aconseja acostar al bebé para que duerma en la habitación de la madre. “Lo ideal es que el bebé duerma en la misma habitación que los padres durante el primer año de vida, o, al menos, durante los primeros seis meses, para disminuir el riesgo de que padezca el síndrome de muerte infantil súbita. Esto también puede facilitar la alimentación”, aconseja Molina.
Sin embargo, añade que el bebé debe dormir solo en su propia cuna, en su moisés o sobre otra superficie diseñada para bebés. Las camas de los adultos no son seguras para los lactantes.
Explica que el bebé puede quedar atrapado y sofocarse entre los listones de la cabecera, en el espacio entre el colchón y la estructura de la cama o en el espacio entre el colchón y la pared. Un bebé también puede sofocarse si uno de los padres dormido se mueve por accidente y cubre la nariz y la boca del bebé.
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