Barriga: Las limitaciones provocan formas más poderosas de expresión
El proyecto “Laboratorio de Cine Sin Presupuesto” es la iniciativa que permitió al cineasta y ensayista Pablo Barriga Dávila mostrar el abanico de posibilidades para hacer cine y fortalecer la formación de los cinéfilos en Bolivia. Aunque el término presupuesto generalmente está...



El proyecto “Laboratorio de Cine Sin Presupuesto” es la iniciativa que permitió al cineasta y ensayista Pablo Barriga Dávila mostrar el abanico de posibilidades para hacer cine y fortalecer la formación de los cinéfilos en Bolivia.
Aunque el término presupuesto generalmente está vinculado arecursos económicos, Barriga afirma que la limitación de recursos, permite explorar otras alternativas para expresar y mostrar el cine nacional, dejando de lado las ideas preconcebidas que se tienen del cine.
El cineasta, que visita Tarija en el marco del taller de Laboratorio Cine, describe que este espacio de formación tiene como objetivo una capacitación horizontal, colectiva y en contraposición a los espacios técnicos que ofrecen en las escuelas tradicionales de cine.
Al mismo tiempo, Barriga se refiere al cine etnográfico como una reflexión en un país como Bolivia, donde la tradición más visible del cine tiene que ver con mirarnos a nosotros, por ejemplo, filmar a indígenas o campesinos. Empero, cuestiona las pocas iniciativas que se desarrollaron hasta ahora para proyectar la producción nacional.
De estos y otros aspectos del cine en Boliviahabla Barriga en esta entrevista que dio a El País.
El País (EP): ¿Cómo incursionó en el cine?
Pablo Barriga (PB): Estudié Ciencias Sociales, en algún momento me di cuenta que me gustaba mucho las ciencias sociales, especialmente la antropología y seguí las carreras que sigue un académico. Sin embargo, llegó un momento en que comencé a sentir que el lenguaje de las ciencias sociales, no era un lenguaje en el que yo podía expresar lo que quería hacer.
Descubrí el cine por casualidad y me impresionó el poder emocional que tenía, muchos realizadores siempre han notado que el cine como otras artes tiene esa capacidad de entrar directo a tus sentimientos. Creo que ese descubrimiento de formas de expresarse no necesariamente racionales, formas de comunicarse emocionalmente con otros seres humanos me llevaron a hacer cine y forjar esas nuevas formas de hacer cine.
EP: El proyecto de Cine Sin Presupuestoganó un fondo concursable ¿En qué consiste esta iniciativa?
PB: El Laboratorio de Cine es un proyecto que comenzamos en2018 con una amiga que es realizadora y archivista, María Domínguez en La Paz. El proyecto comenzó con algo que es un poco obvio que, en Bolivia no hay apoyo para hacer cine. Ahora si bien hay algún apoyo no sabemos por cuánto tiempo, pero cuando comenzamos este laboratorio no había ese respaldo.
La idea del cine sin presupuesto, en términos de material, creo que tiene una ventaja. Cuando se suele decir sin presupuesto, lo primero que pensamos es que es una limitación negativa, pero nos damos cuenta que cuando comenzamos a ver películas y comenzamos a revisar la tradición de películas que se han hecho con muy poco dinero, encontramos que las limitaciones nos dan un panorama muy amplio de invención y de búsqueda.
Es un poco contra intuitivo eso porque al tener limitaciones te permite buscar formas. Tal vez cuando uno no tiene limitaciones se reduce las opciones, pero al tener limitaciones económicas, al contrario de lo que uno puede pensar es el punto de partida para encontrar formas muy poderosas de expresarse, cómo expreso, cómo comparto lo que quiero decir cuando tengo ciertas limitaciones.
Muchos de los mejores descubrimientos de la historia del cine, provienen de alguien que quiso expresar algo y encontró una limitación. Ahí se da cuenta por ejemplo de que es más poderoso, que, en lugar de mostrar una persona abatida por una bala, mostrar solamente el sonido de una bala y el sonido de una persona que cae.
A veces las limitaciones provocan formas más poderosas de expresión, ésa es una de las ideas del cine sin presupuesto. Sin embargo, la otra idea es que sin presupuesto, también significa sin presuposiciones a cerca de lo que debe ser el cine, sin ideas preconcebidas, porque ahorapensamos que una película tiene que tener un personaje que tiene un conflicto y que resuelve ese conflicto, pero si abrimos la comprensión de lo que puede ser el cine, quizá encontramos que hay otras formas de películas que no tienen que ver necesariamente con estas formas a las que estamos acostumbrados y por las que casi estamos condicionados.
Podemos pensar que hay películas en las que los personajes no sean humanos, películas que en lugar de contar una historia nos trasmitan ideas, nos cuenten nuestras limitaciones, películas que nos llamen a la acción política, en fin, creo que hay un panorama muy amplio cuando uno se lidera de la suposición de hacer cine.
Si uno se pone a ver la historia del cine en este país, se da cuenta que la regla era que no haya apoyo estatal, ni apoyo empresarial; entonces nosotros nos preguntábamos porqué en lugar de lamentarnos por la falta de apoyo, no partimos de lo que hay. Como se sabe en los últimos años, la captura de imágenes, el registro digital, junto a las nuevas formas de ver cine y el arte audiovisual han facilitado mucho hacer cine por ese lado. Así económicamente ya no es tan costoso hacer películas.
Nos parecía que había que poner todo el esfuerzo en pensar cosas más importantes que la tecnología solamente, y si uno revisaba la historia y ciertas tradiciones, se podía encontrar formas de hacer películas que implicaban el menor dinero posible. Y nos parecía que se debía radicalizar esta idea, radicalizar en el sentido de llevarlas hasta las últimas consecuencias.
EP: En Bolivia en los últimos años tuvo un repunte el desarrollo del cine…
PB: Hay mucha gente que habla de cine sin presupuesto, pero están pensando en un presupuesto alto para un país como Bolivia, entonces nosotros queríamos saber cuál es la máxima independencia de dinero posible que podemos alcanzar y cómo con esto podemos lograr películas significativas. Eso era como un lema del laboratorio: películas potentes y significativas con quienes tenemos cerca y con lo que tenemos a mano.
Ésa era la idea, un cine independiente. Nos parecía que teníamos que radicalizar esa idea porque incluso a veces lo que se suele entender por “cine de guerrilla”, es el cine prohibitivo para un país como Bolivia, porque no siempre se tiene el dinero para mantener un equipo, porque así sea un equipo de seis personas puede resultar prohibitivo en un país como éste.
Nosotros nos podíamos encontrar con que había formas de cine que eran mucho menos costosas y que eran expresivamente muy poderosas, por eso había que ir un poco más lejos.
La idea del cine como una burocracia, aunque sea pequeña y que controla, y que está vinculada a la toma del poder, nos parecía muy problemática, al igual que el término “guerrilla” por la connotación política, ideológica y económica, por eso nos parecía importante pensar en un laboratorio, que hay situaciones y que cada quien tiene que buscar cómo adaptarse a distintas situaciones y en el laboratorio buscamos una aproximación plural al cine.
EP: ¿Qué logros destaca con el Laboratorio de Cine Sin Presupuesto?
PB: Lo que logramos en experiencias previas y se tiene hasta ahora son sobre todo ejercicios y la formación de realizadores que en este momento están trabajando en proyectos personales. También, la formación de un núcleo de cinéfilos que está abierto a las historias del cine y que les interesa las historias del cine.
Aunque estaba entre nuestros objetivos como laboratorio producir películas, nos interesaba más el proceso que el resultado. Creo que, si logramos que este laboratorio se convierta en algo estable con el tiempo, eso será una consecuencia del proceso, pero por el momento nos interesa mucho el proceso mismo y la formación.
EP: En el marco del proceso de formación ¿Qué actividades se desarrollan en Tarija?
PB: En Tarija tenemos un curso de laboratorio de cine, un espacio de formación horizontal, colectivo, en contraposición a los espacios más jerárquicos y técnicos que ofrecen en las escuelas de cine. Esto es organizado por Esteban Prudencio, realizador tarijeño y mi persona tiene a cargo un módulo. A este laboratorio en Tarija, aún le quedan dos semanas. Hay otros realizadores que también participarán en el laboratorio como Gilmar Gonzales de la Paz y Natalia Barrientos de Tarija.
Comenzamos la formación en La Paz, ahora estamos trabajando en Tarija con el apoyo del programa Intervenciones Urbanas, de momento no estamos trabajando en otras ciudades de Bolivia, pero nos gustaría mucho llegar a más lugares y lograr que sean laboratorios estables.
Este laboratorio queremos que privilegie las tradiciones de cine menores no hegemónicas, menos visibles a la tradición dominante, que básicamente es lo que vemos en los cines comerciales
EP: ¿Cuál debería ser el enfoque para fortalecer el proceso de formación en cine a las nuevas generaciones?
PB: Creo que es fundamental que haya formación, sobre todo que esa formación no sea tecnófila, es decir que no esté emocionada por la última cámara o drone, sino que sea una formación a la que le interese el cine, la tradición del cine, la historia del cine, las películas que se han hecho antes, que sea una formación que construya una idea del presente o en qué presente cinematográfico nos encontramos, que sea una formación que nos permita preguntarnos, cómo hacer cine contemporáneo en Boliviao si tiene sentido hacer cine contemporáneo en Bolivia, que sea una formación que nos permita hacernos preguntas.
Por formación, no entendería la transmisión de unos cuantos conocimientos técnicos y fórmulas, o que aprendan a usar las cámaras de tal manera, editar y aprendan las fórmulas y las repitan porque tengo la impresión que mucho de lo que ocurre en espacios formativos es enseñar a repetir, una enseñanza replicante.
Tenemos la impresión que hacer películas buenas es replicar formas, fotos, nosotros como decía, tenemos la idea de que la formación implique pensar en un diálogo con la historia del cine. Un diálogo con lo que se ha hecho antes y con lo que podemos hacer a partir de ahora.
EP: Usted es autor de la publicación Cine Etnográfico ¿Cómo explica esta ponencia en el cine de Bolivia?
PB: En realidad es una publicación corta (especie de cuadernito) en la que se revisa las diferentes formas de encarar el cine etnográfico y nos parece importante esa reflexión en un país como el nuestro donde la tradición más visible tiene que ver con mirarnos a nosotros, por ejemplo, filmar a indígenas, tiene que ver con la relación problemática que ha tenido históricamente este país con lo indígena.
Aunque en Bolivia no se suele pensar como cine etnográfico, a nosotros nos parecía que este texto establecía mucho y nos llevaba a pensar eso. Cuando uno hace cine en Bolivia, surge la pregunta ¿Basta con ir a filmar a los otros?, ¿Es suficiente filmarlos?, creo que hay que reflexionar sobre la relación que tiene el que filma con esos otros que están frente a la cámara o bien, hay que darles la cámara a los otros para que puedan filmar las películas que quieran hacer.
Por otro lado, hablar de las experiencias que ocurren, hay varias opciones de trabajo y nos parecía interesante pensarlo, tal vez esa sería una de las característicasdel laboratorio, disfrutamos mucho pensar el cine, jugar con las posibilidades formales de hacer cine, que siempre son posibilidades éticas.
Por otro lado, nos gusta reflexionar sobre las implicaciones estéticas y políticas de las imágenes, que por cierto es algo fundamental hoy. Hablar del cine, es sobre imágenes audiovisuales y creo que es imposible no referirse a la crisis política que estamos viviendo en Bolivia y el rol que tienen las imágenes en esta difícil coyuntura.
Tal vez un resultado colateral de nuestro laboratorio, por otro lado, es que formamos también espectadores, me gustaría pensar que formamos espectadores capaces de desconfiar de las imágenes, como decía un cineasta alemán, de no tomar las imágenes inocentemente, porque las imágenes como hemos podido ver en estos días, pueden incitar a la violencia, a la intolerancia, se puede manipular, entonces es importante recibirlas con cierto escepticismo y más que todo tener la capacidad de desmontarlas.
“Descubrí el cine por casualidad y me impresionó el poder emocional que tenía, muchos realizadores siempre han notado que el cine comootras artes tiene esa capacidad de entrar directo a tus sentimientos”
“Hay mucha gente que habla de cine sin presupuesto, pero están pensando en un presupuesto alto para un país como Bolivia, entonces nosotros queríamos saber cuál es la máxima independencia de dinero posible que podemos alcanzar y cómo con esto podemos lograr películas significativas”
“Tal vez un resultado colateral de nuestro laboratorio, es que formamos también espectadores, me gustaría pensar que formamos espectadores capaces de desconfiar de las imágenes, como decía un cineasta alemán, de no tomar las imágenes inocentemente (…)”
PERFIL
Nombre
Pablo Barriga Dávalos
Nacimiento
Sucre 1985
Profesión
Cineasta y ensayista
Ocupación
Realizador de cine
Estudió Ciencias Sociales en la Universidad Privada de Yaleen New Haven, Connecticut (Estados Unidos). Escribió el libro “Nos reservamos el derecho de admisión”- Jerarquía y Estatus en la Clase Alta de Sucre” (2016), Vida de Provincia (2018), su etnografía sobre la clase alta sucrense, con el cual recibió el premio Azurduy y Padilla de Ensayo en 2014.
Entre otros textos sobre cine, ha escrito De Native son a Viejo Calavera (2017) junto a Javier Rodríguez, y Antagonismos en el cine etnográfico (2018). Ayudó a montar Fuera de Campo (de M. Guzmán y M. Durán, 2017) y produjo y filmó Mar Negro (de Omar Alarcón, 2018), que fueron exhibidos en el Festival Radical y en varios festivales internacionales. En 2018, junto a María Domínguez ganaron el Fondo Municipal de las Artes de la ciudad de La Paz, para realizar el Laboratorio de Cine sin Presupuesto.
Aunque el término presupuesto generalmente está vinculado arecursos económicos, Barriga afirma que la limitación de recursos, permite explorar otras alternativas para expresar y mostrar el cine nacional, dejando de lado las ideas preconcebidas que se tienen del cine.
El cineasta, que visita Tarija en el marco del taller de Laboratorio Cine, describe que este espacio de formación tiene como objetivo una capacitación horizontal, colectiva y en contraposición a los espacios técnicos que ofrecen en las escuelas tradicionales de cine.
Al mismo tiempo, Barriga se refiere al cine etnográfico como una reflexión en un país como Bolivia, donde la tradición más visible del cine tiene que ver con mirarnos a nosotros, por ejemplo, filmar a indígenas o campesinos. Empero, cuestiona las pocas iniciativas que se desarrollaron hasta ahora para proyectar la producción nacional.
De estos y otros aspectos del cine en Boliviahabla Barriga en esta entrevista que dio a El País.
El País (EP): ¿Cómo incursionó en el cine?
Pablo Barriga (PB): Estudié Ciencias Sociales, en algún momento me di cuenta que me gustaba mucho las ciencias sociales, especialmente la antropología y seguí las carreras que sigue un académico. Sin embargo, llegó un momento en que comencé a sentir que el lenguaje de las ciencias sociales, no era un lenguaje en el que yo podía expresar lo que quería hacer.
Descubrí el cine por casualidad y me impresionó el poder emocional que tenía, muchos realizadores siempre han notado que el cine como otras artes tiene esa capacidad de entrar directo a tus sentimientos. Creo que ese descubrimiento de formas de expresarse no necesariamente racionales, formas de comunicarse emocionalmente con otros seres humanos me llevaron a hacer cine y forjar esas nuevas formas de hacer cine.
EP: El proyecto de Cine Sin Presupuestoganó un fondo concursable ¿En qué consiste esta iniciativa?
PB: El Laboratorio de Cine es un proyecto que comenzamos en2018 con una amiga que es realizadora y archivista, María Domínguez en La Paz. El proyecto comenzó con algo que es un poco obvio que, en Bolivia no hay apoyo para hacer cine. Ahora si bien hay algún apoyo no sabemos por cuánto tiempo, pero cuando comenzamos este laboratorio no había ese respaldo.
La idea del cine sin presupuesto, en términos de material, creo que tiene una ventaja. Cuando se suele decir sin presupuesto, lo primero que pensamos es que es una limitación negativa, pero nos damos cuenta que cuando comenzamos a ver películas y comenzamos a revisar la tradición de películas que se han hecho con muy poco dinero, encontramos que las limitaciones nos dan un panorama muy amplio de invención y de búsqueda.
Es un poco contra intuitivo eso porque al tener limitaciones te permite buscar formas. Tal vez cuando uno no tiene limitaciones se reduce las opciones, pero al tener limitaciones económicas, al contrario de lo que uno puede pensar es el punto de partida para encontrar formas muy poderosas de expresarse, cómo expreso, cómo comparto lo que quiero decir cuando tengo ciertas limitaciones.
Muchos de los mejores descubrimientos de la historia del cine, provienen de alguien que quiso expresar algo y encontró una limitación. Ahí se da cuenta por ejemplo de que es más poderoso, que, en lugar de mostrar una persona abatida por una bala, mostrar solamente el sonido de una bala y el sonido de una persona que cae.
A veces las limitaciones provocan formas más poderosas de expresión, ésa es una de las ideas del cine sin presupuesto. Sin embargo, la otra idea es que sin presupuesto, también significa sin presuposiciones a cerca de lo que debe ser el cine, sin ideas preconcebidas, porque ahorapensamos que una película tiene que tener un personaje que tiene un conflicto y que resuelve ese conflicto, pero si abrimos la comprensión de lo que puede ser el cine, quizá encontramos que hay otras formas de películas que no tienen que ver necesariamente con estas formas a las que estamos acostumbrados y por las que casi estamos condicionados.
Podemos pensar que hay películas en las que los personajes no sean humanos, películas que en lugar de contar una historia nos trasmitan ideas, nos cuenten nuestras limitaciones, películas que nos llamen a la acción política, en fin, creo que hay un panorama muy amplio cuando uno se lidera de la suposición de hacer cine.
Si uno se pone a ver la historia del cine en este país, se da cuenta que la regla era que no haya apoyo estatal, ni apoyo empresarial; entonces nosotros nos preguntábamos porqué en lugar de lamentarnos por la falta de apoyo, no partimos de lo que hay. Como se sabe en los últimos años, la captura de imágenes, el registro digital, junto a las nuevas formas de ver cine y el arte audiovisual han facilitado mucho hacer cine por ese lado. Así económicamente ya no es tan costoso hacer películas.
Nos parecía que había que poner todo el esfuerzo en pensar cosas más importantes que la tecnología solamente, y si uno revisaba la historia y ciertas tradiciones, se podía encontrar formas de hacer películas que implicaban el menor dinero posible. Y nos parecía que se debía radicalizar esta idea, radicalizar en el sentido de llevarlas hasta las últimas consecuencias.
EP: En Bolivia en los últimos años tuvo un repunte el desarrollo del cine…
PB: Hay mucha gente que habla de cine sin presupuesto, pero están pensando en un presupuesto alto para un país como Bolivia, entonces nosotros queríamos saber cuál es la máxima independencia de dinero posible que podemos alcanzar y cómo con esto podemos lograr películas significativas. Eso era como un lema del laboratorio: películas potentes y significativas con quienes tenemos cerca y con lo que tenemos a mano.
Ésa era la idea, un cine independiente. Nos parecía que teníamos que radicalizar esa idea porque incluso a veces lo que se suele entender por “cine de guerrilla”, es el cine prohibitivo para un país como Bolivia, porque no siempre se tiene el dinero para mantener un equipo, porque así sea un equipo de seis personas puede resultar prohibitivo en un país como éste.
Nosotros nos podíamos encontrar con que había formas de cine que eran mucho menos costosas y que eran expresivamente muy poderosas, por eso había que ir un poco más lejos.
La idea del cine como una burocracia, aunque sea pequeña y que controla, y que está vinculada a la toma del poder, nos parecía muy problemática, al igual que el término “guerrilla” por la connotación política, ideológica y económica, por eso nos parecía importante pensar en un laboratorio, que hay situaciones y que cada quien tiene que buscar cómo adaptarse a distintas situaciones y en el laboratorio buscamos una aproximación plural al cine.
EP: ¿Qué logros destaca con el Laboratorio de Cine Sin Presupuesto?
PB: Lo que logramos en experiencias previas y se tiene hasta ahora son sobre todo ejercicios y la formación de realizadores que en este momento están trabajando en proyectos personales. También, la formación de un núcleo de cinéfilos que está abierto a las historias del cine y que les interesa las historias del cine.
Aunque estaba entre nuestros objetivos como laboratorio producir películas, nos interesaba más el proceso que el resultado. Creo que, si logramos que este laboratorio se convierta en algo estable con el tiempo, eso será una consecuencia del proceso, pero por el momento nos interesa mucho el proceso mismo y la formación.
EP: En el marco del proceso de formación ¿Qué actividades se desarrollan en Tarija?
PB: En Tarija tenemos un curso de laboratorio de cine, un espacio de formación horizontal, colectivo, en contraposición a los espacios más jerárquicos y técnicos que ofrecen en las escuelas de cine. Esto es organizado por Esteban Prudencio, realizador tarijeño y mi persona tiene a cargo un módulo. A este laboratorio en Tarija, aún le quedan dos semanas. Hay otros realizadores que también participarán en el laboratorio como Gilmar Gonzales de la Paz y Natalia Barrientos de Tarija.
Comenzamos la formación en La Paz, ahora estamos trabajando en Tarija con el apoyo del programa Intervenciones Urbanas, de momento no estamos trabajando en otras ciudades de Bolivia, pero nos gustaría mucho llegar a más lugares y lograr que sean laboratorios estables.
Este laboratorio queremos que privilegie las tradiciones de cine menores no hegemónicas, menos visibles a la tradición dominante, que básicamente es lo que vemos en los cines comerciales
EP: ¿Cuál debería ser el enfoque para fortalecer el proceso de formación en cine a las nuevas generaciones?
PB: Creo que es fundamental que haya formación, sobre todo que esa formación no sea tecnófila, es decir que no esté emocionada por la última cámara o drone, sino que sea una formación a la que le interese el cine, la tradición del cine, la historia del cine, las películas que se han hecho antes, que sea una formación que construya una idea del presente o en qué presente cinematográfico nos encontramos, que sea una formación que nos permita preguntarnos, cómo hacer cine contemporáneo en Boliviao si tiene sentido hacer cine contemporáneo en Bolivia, que sea una formación que nos permita hacernos preguntas.
Por formación, no entendería la transmisión de unos cuantos conocimientos técnicos y fórmulas, o que aprendan a usar las cámaras de tal manera, editar y aprendan las fórmulas y las repitan porque tengo la impresión que mucho de lo que ocurre en espacios formativos es enseñar a repetir, una enseñanza replicante.
Tenemos la impresión que hacer películas buenas es replicar formas, fotos, nosotros como decía, tenemos la idea de que la formación implique pensar en un diálogo con la historia del cine. Un diálogo con lo que se ha hecho antes y con lo que podemos hacer a partir de ahora.
EP: Usted es autor de la publicación Cine Etnográfico ¿Cómo explica esta ponencia en el cine de Bolivia?
PB: En realidad es una publicación corta (especie de cuadernito) en la que se revisa las diferentes formas de encarar el cine etnográfico y nos parece importante esa reflexión en un país como el nuestro donde la tradición más visible tiene que ver con mirarnos a nosotros, por ejemplo, filmar a indígenas, tiene que ver con la relación problemática que ha tenido históricamente este país con lo indígena.
Aunque en Bolivia no se suele pensar como cine etnográfico, a nosotros nos parecía que este texto establecía mucho y nos llevaba a pensar eso. Cuando uno hace cine en Bolivia, surge la pregunta ¿Basta con ir a filmar a los otros?, ¿Es suficiente filmarlos?, creo que hay que reflexionar sobre la relación que tiene el que filma con esos otros que están frente a la cámara o bien, hay que darles la cámara a los otros para que puedan filmar las películas que quieran hacer.
Por otro lado, hablar de las experiencias que ocurren, hay varias opciones de trabajo y nos parecía interesante pensarlo, tal vez esa sería una de las característicasdel laboratorio, disfrutamos mucho pensar el cine, jugar con las posibilidades formales de hacer cine, que siempre son posibilidades éticas.
Por otro lado, nos gusta reflexionar sobre las implicaciones estéticas y políticas de las imágenes, que por cierto es algo fundamental hoy. Hablar del cine, es sobre imágenes audiovisuales y creo que es imposible no referirse a la crisis política que estamos viviendo en Bolivia y el rol que tienen las imágenes en esta difícil coyuntura.
Tal vez un resultado colateral de nuestro laboratorio, por otro lado, es que formamos también espectadores, me gustaría pensar que formamos espectadores capaces de desconfiar de las imágenes, como decía un cineasta alemán, de no tomar las imágenes inocentemente, porque las imágenes como hemos podido ver en estos días, pueden incitar a la violencia, a la intolerancia, se puede manipular, entonces es importante recibirlas con cierto escepticismo y más que todo tener la capacidad de desmontarlas.
“Descubrí el cine por casualidad y me impresionó el poder emocional que tenía, muchos realizadores siempre han notado que el cine comootras artes tiene esa capacidad de entrar directo a tus sentimientos”
“Hay mucha gente que habla de cine sin presupuesto, pero están pensando en un presupuesto alto para un país como Bolivia, entonces nosotros queríamos saber cuál es la máxima independencia de dinero posible que podemos alcanzar y cómo con esto podemos lograr películas significativas”
“Tal vez un resultado colateral de nuestro laboratorio, es que formamos también espectadores, me gustaría pensar que formamos espectadores capaces de desconfiar de las imágenes, como decía un cineasta alemán, de no tomar las imágenes inocentemente (…)”
PERFIL
Nombre
Pablo Barriga Dávalos
Nacimiento
Sucre 1985
Profesión
Cineasta y ensayista
Ocupación
Realizador de cine
Estudió Ciencias Sociales en la Universidad Privada de Yaleen New Haven, Connecticut (Estados Unidos). Escribió el libro “Nos reservamos el derecho de admisión”- Jerarquía y Estatus en la Clase Alta de Sucre” (2016), Vida de Provincia (2018), su etnografía sobre la clase alta sucrense, con el cual recibió el premio Azurduy y Padilla de Ensayo en 2014.
Entre otros textos sobre cine, ha escrito De Native son a Viejo Calavera (2017) junto a Javier Rodríguez, y Antagonismos en el cine etnográfico (2018). Ayudó a montar Fuera de Campo (de M. Guzmán y M. Durán, 2017) y produjo y filmó Mar Negro (de Omar Alarcón, 2018), que fueron exhibidos en el Festival Radical y en varios festivales internacionales. En 2018, junto a María Domínguez ganaron el Fondo Municipal de las Artes de la ciudad de La Paz, para realizar el Laboratorio de Cine sin Presupuesto.