El 60% de las economías familiares tarijeñas dependen de la mujer
A causa de las necesidades económicas por las cuales atraviesan las familias, un 60 por ciento de los emprendimientos, sean informales o formales, se encuentran en manos femeninas, una gran mayoría con trabajos precarios y sin beneficios sociales, mientras que otro sector asume retos en el...



A causa de las necesidades económicas por las cuales atraviesan las familias, un 60 por ciento de los emprendimientos, sean informales o formales, se encuentran en manos femeninas, una gran mayoría con trabajos precarios y sin beneficios sociales, mientras que otro sector asume retos en el ámbito empresarial.
Informales
Según la responsable de comunicación de la organización Mujeres en Acción, Celina Tavera, más del 60 por ciento de la población que se dedica a actividades económicas informales son mujeres y con bajos ingresos, de esta cifra un 90 por ciento no cuenta con seguridad social y un 45 no gana ni siquiera 1000 bolivianos al mes.
Por otra parte, este segmento de la población también se ve imposibilitado para empezar un emprendimiento que necesita una base financiera, porque no pueden acceder a un crédito ya que su capacidad económica no les alcanza y no tienen un patrimonio para avalar el préstamo.
“Hay sectores como las trabajadoras del hogar que no tienen patrimonio, el Banco no les da, ninguna entidad financiera pueden brindarles un crédito si no tienen un lote o una casa, una automóvil, ellas viven en cuartos de alquiler, tienen pocas cosas que no les sirve como una cama un ropero, ni siquiera entidades como el Fondo de Promoción Económica Departamental de Tarija (Fopedt) o el Banco de Desarrollo Productivo”, explicó.
Además una gran mayoría, el 70 por ciento, son madres solas con dos o tres hijos, algunas con pareja pero que sostienen el hogar sin el apoyo de este.
“No se tiene una política pública que vaya específicamente dirigida a apoyar a las mujeres en el tema productivo, dijo, no hablo de acciones que pueden haber desde la Alcaldía, la Gobernación o el Estado, como cursos capacitaciones, etc., sino de acciones que les permita generar recursos de manera sostenible”.
Por otra parte, la responsable Comercial de la Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Tarija (Caincotar), Jaqueline Miranda, apuntó que hoy en día las mujeres asumen cada vez más la responsabilidad de llevar el sustento, se han visto forzadas a cargar con la responsabilidad de generar ingresos de manera paralela al esposo y sin descuidar las labores del hogar.
Sostuvo que el porcentaje de mujeres que lideran empresas y son cabeza de emprendimientos aumentó de manera importante, por ejemplo, del número de asociados a Caincotar más del 50 por ciento pertenecen al sexo femenino y tienen cargos administrativos, financieros y gerenciales.
Sin embargo, la formación no es una necesidad, es un imperativo –subrayó- porque se vieron forzadas a capacitarse, incluso otras que no han hecho estudios o solo llegaron al bachillerato, pero que pudieron iniciar un emprendimiento.
Entre los obstáculos a los que se enfrentan uno es el grado de responsabilidad que asumen en la familia, al iniciar un trabajo, al mismo tiempo deben llevar adelante un hogar, acomodar su itinerario para dirigir el negocio que tienen.
Otro problema con el que tropiezan es su capacidad de sostenibilidad, más del 70 por ciento de los emprendimientos que inician solo tiene una vida en el mercado de aproximadamente seis meses y desaparecen por distintos motivos, como una mala organización, no saber manejar el tema financiero y los recursos disponibles a la hora de encarar un negocio.
También se fueron diversificando de manera exponencial, ya no solo se dedican a rubros como textiles, moda, belleza, sino también incursionaron en la construcción, la información, mecánica, hay dueñas de líneas de taxis y que conducen, “han empezado a asumir otro rol dentro de la sociedad”.
No existe una política sostenible
“Pueden existir 10 mil mujeres capacitadas en el emprendimiento que iniciaron, pero no tienen mercado, no tienen donde vender o generar más recursos, no hay un política sostenible seria en la que se pueda trabajar y ver qué mejorar o qué política implementar, pero, como ejemplo, hemos verificado que en el POA aprobado por el Gobierno Departamental no existe”, sostuvo, Celina Tavera.
Informales
Según la responsable de comunicación de la organización Mujeres en Acción, Celina Tavera, más del 60 por ciento de la población que se dedica a actividades económicas informales son mujeres y con bajos ingresos, de esta cifra un 90 por ciento no cuenta con seguridad social y un 45 no gana ni siquiera 1000 bolivianos al mes.
Por otra parte, este segmento de la población también se ve imposibilitado para empezar un emprendimiento que necesita una base financiera, porque no pueden acceder a un crédito ya que su capacidad económica no les alcanza y no tienen un patrimonio para avalar el préstamo.
“Hay sectores como las trabajadoras del hogar que no tienen patrimonio, el Banco no les da, ninguna entidad financiera pueden brindarles un crédito si no tienen un lote o una casa, una automóvil, ellas viven en cuartos de alquiler, tienen pocas cosas que no les sirve como una cama un ropero, ni siquiera entidades como el Fondo de Promoción Económica Departamental de Tarija (Fopedt) o el Banco de Desarrollo Productivo”, explicó.
Además una gran mayoría, el 70 por ciento, son madres solas con dos o tres hijos, algunas con pareja pero que sostienen el hogar sin el apoyo de este.
“No se tiene una política pública que vaya específicamente dirigida a apoyar a las mujeres en el tema productivo, dijo, no hablo de acciones que pueden haber desde la Alcaldía, la Gobernación o el Estado, como cursos capacitaciones, etc., sino de acciones que les permita generar recursos de manera sostenible”.
Por otra parte, la responsable Comercial de la Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Tarija (Caincotar), Jaqueline Miranda, apuntó que hoy en día las mujeres asumen cada vez más la responsabilidad de llevar el sustento, se han visto forzadas a cargar con la responsabilidad de generar ingresos de manera paralela al esposo y sin descuidar las labores del hogar.
Sostuvo que el porcentaje de mujeres que lideran empresas y son cabeza de emprendimientos aumentó de manera importante, por ejemplo, del número de asociados a Caincotar más del 50 por ciento pertenecen al sexo femenino y tienen cargos administrativos, financieros y gerenciales.
Sin embargo, la formación no es una necesidad, es un imperativo –subrayó- porque se vieron forzadas a capacitarse, incluso otras que no han hecho estudios o solo llegaron al bachillerato, pero que pudieron iniciar un emprendimiento.
Entre los obstáculos a los que se enfrentan uno es el grado de responsabilidad que asumen en la familia, al iniciar un trabajo, al mismo tiempo deben llevar adelante un hogar, acomodar su itinerario para dirigir el negocio que tienen.
Otro problema con el que tropiezan es su capacidad de sostenibilidad, más del 70 por ciento de los emprendimientos que inician solo tiene una vida en el mercado de aproximadamente seis meses y desaparecen por distintos motivos, como una mala organización, no saber manejar el tema financiero y los recursos disponibles a la hora de encarar un negocio.
También se fueron diversificando de manera exponencial, ya no solo se dedican a rubros como textiles, moda, belleza, sino también incursionaron en la construcción, la información, mecánica, hay dueñas de líneas de taxis y que conducen, “han empezado a asumir otro rol dentro de la sociedad”.
No existe una política sostenible
“Pueden existir 10 mil mujeres capacitadas en el emprendimiento que iniciaron, pero no tienen mercado, no tienen donde vender o generar más recursos, no hay un política sostenible seria en la que se pueda trabajar y ver qué mejorar o qué política implementar, pero, como ejemplo, hemos verificado que en el POA aprobado por el Gobierno Departamental no existe”, sostuvo, Celina Tavera.