Mujeres guaraníes buscan apoyo en salud y justicia
El acceso a la justicia y a la salud son las preocupaciones que aquejan a las mujeres indígenas guaraníes, que si bien avanzaron en el tema organizativo y productivo, aún sufren de discriminación cuando necesitan visitar las instituciones judiciales o sanitarias, además que la violencia que...
El acceso a la justicia y a la salud son las preocupaciones que aquejan a las mujeres indígenas guaraníes, que si bien avanzaron en el tema organizativo y productivo, aún sufren de discriminación cuando necesitan visitar las instituciones judiciales o sanitarias, además que la violencia que sufren no es visibilizada.
En primer término, la responsable de asistencia legal del Centro de Estudios Regionales de Tarija (Cerdet), Mariel Paz, apuntó que la violencia que se ejerce contra las mujeres indígenas es muy similar al que viven las no indígenas, están igualmente expuestas y víctimas de la violencia psicológica, física y sexual, el problema es que la estadísticas oficiales, los reportes del Ministerio Público no desagregan los casos por la variable de origen étnico y cultural.
De esa manera, la estadísticas dejan en la invisibilidad la violencia hacia las mujeres indígenas, no solos a las mujeres indígenas guaraníes, sino a las indígenas de todo el país como todos sabemos son la mayoría de la población femenina de Bolivia, “no tenemos datos estadísticos que nos reflejen la magnitud del problema”, subrayó.
Agravantes
Además, esto conlleva varias agravantes, tienen un acceso a la justicia más difícil que las que no son indígenas, ellas los tienen más por cuestiones de distancia, y las instituciones judiciales no están presentes en las comunidades donde viven.
“Por cuestiones de desconocimiento de las características y la realidad propia de un pueblo indígena para el Ministerio Público, para los jueces, las comunidades guaraníes alejadas son algo que no comprenden, que no entienden y muchas veces que ni siquiera saben que existe y eso sin duda ocasiona dificultades y obstáculos para que ellas tengan una mejor justicia”.
Otro punto es que muchas veces ellas se acogen a una justicia comunitaria que, de acuerdo a la normativa boliviana, no tiene competencia para intervenir en casos de violencia, existe la obligación de ponerlo a conocimiento de la justicia ordinaria.
Por otra parte, las indígenas víctimas de violencia que viven en comunidades alejadas, la autoridad que más a mano tienen, a la que conocen y en la que confían es el dirigente, el capitán de su comunidad, el problema es que en varios casos, esta persona piensa que la mejor manera de solucionar el conflicto es la conciliación y eso no erradica el problema.
Paz reiteró que ellas tienen mucha dificultad para disponer y acceder a la justicia ordinaria, tiene mayor facilidad para acceder la justicia indígena pero ésta muchas veces no responde a sus necesidades, hay mucho por trabajar para lograr una efectiva protección de las mujeres y niñas indígenas contra la violencia.
APOYO
La discriminación, base de todos los males
Por su parte, el técnico de Cerdet Neyver Espíndola Mogro, recordó que en 2016 realizaron un diagnóstico que reflejaba la situación de la mujer indígena guaraní de Yacuiba, y que actualmente se debe tomar en cuenta que se debe mejorar en muchos aspectos, por ejemplo, son discriminadas por el hecho de ser mujer, ser indígena y por esta razón generalmente no les atienden en diferentes instancias públicas.
Especialmente las indígenas en las comunidades no han progresado en varios aspectos de sus vidas, no se reconocen sus derechos, el agua es una preocupación primordial para ellas, no encuentran trabajo, se dedican al comercio informal; mientras el hombre va a buscar trabajo o se ausenta por este motivo, ella se queda al cuidado de los hijos.
“La mujer guaraní es la base de la economía en el ámbito familiar porque el hombre sale a trabajar y ella se encarga de la chacra, del huerto familiar, de los hijos, sobre todo en las comunidades alejadas”, sostuvo.
En esos lugares el acceso a la salud es complicado, deben caminar hasta Yacuiba para ser atendidas, en pocas de ellas hay postas de salud, además estas están atendidas por una enfermera y en otros casos es el profesor el que se dedica también a las curaciones.
Generalmente ellas se curan a través de la medicina tradicional que conocen, hay muy poco acceso a la salud pública por las distancias, las mujeres se quejan mucho de que son discriminadas cuando van a los servicios de salud. “En ese sentido hay mucho por hacer. Se han superado muchas cosas, pero creo que se necesita hacer más todavía”.
EL DATO
“La mujer guaraní es la base de la economía en el ámbito familiar porque el hombre sale a trabajar y ella se encarga de la chacra, del huerto familiar, de los hijos”
En primer término, la responsable de asistencia legal del Centro de Estudios Regionales de Tarija (Cerdet), Mariel Paz, apuntó que la violencia que se ejerce contra las mujeres indígenas es muy similar al que viven las no indígenas, están igualmente expuestas y víctimas de la violencia psicológica, física y sexual, el problema es que la estadísticas oficiales, los reportes del Ministerio Público no desagregan los casos por la variable de origen étnico y cultural.
De esa manera, la estadísticas dejan en la invisibilidad la violencia hacia las mujeres indígenas, no solos a las mujeres indígenas guaraníes, sino a las indígenas de todo el país como todos sabemos son la mayoría de la población femenina de Bolivia, “no tenemos datos estadísticos que nos reflejen la magnitud del problema”, subrayó.
Agravantes
Además, esto conlleva varias agravantes, tienen un acceso a la justicia más difícil que las que no son indígenas, ellas los tienen más por cuestiones de distancia, y las instituciones judiciales no están presentes en las comunidades donde viven.
“Por cuestiones de desconocimiento de las características y la realidad propia de un pueblo indígena para el Ministerio Público, para los jueces, las comunidades guaraníes alejadas son algo que no comprenden, que no entienden y muchas veces que ni siquiera saben que existe y eso sin duda ocasiona dificultades y obstáculos para que ellas tengan una mejor justicia”.
Otro punto es que muchas veces ellas se acogen a una justicia comunitaria que, de acuerdo a la normativa boliviana, no tiene competencia para intervenir en casos de violencia, existe la obligación de ponerlo a conocimiento de la justicia ordinaria.
Por otra parte, las indígenas víctimas de violencia que viven en comunidades alejadas, la autoridad que más a mano tienen, a la que conocen y en la que confían es el dirigente, el capitán de su comunidad, el problema es que en varios casos, esta persona piensa que la mejor manera de solucionar el conflicto es la conciliación y eso no erradica el problema.
Paz reiteró que ellas tienen mucha dificultad para disponer y acceder a la justicia ordinaria, tiene mayor facilidad para acceder la justicia indígena pero ésta muchas veces no responde a sus necesidades, hay mucho por trabajar para lograr una efectiva protección de las mujeres y niñas indígenas contra la violencia.
APOYO
La discriminación, base de todos los males
Por su parte, el técnico de Cerdet Neyver Espíndola Mogro, recordó que en 2016 realizaron un diagnóstico que reflejaba la situación de la mujer indígena guaraní de Yacuiba, y que actualmente se debe tomar en cuenta que se debe mejorar en muchos aspectos, por ejemplo, son discriminadas por el hecho de ser mujer, ser indígena y por esta razón generalmente no les atienden en diferentes instancias públicas.
Especialmente las indígenas en las comunidades no han progresado en varios aspectos de sus vidas, no se reconocen sus derechos, el agua es una preocupación primordial para ellas, no encuentran trabajo, se dedican al comercio informal; mientras el hombre va a buscar trabajo o se ausenta por este motivo, ella se queda al cuidado de los hijos.
“La mujer guaraní es la base de la economía en el ámbito familiar porque el hombre sale a trabajar y ella se encarga de la chacra, del huerto familiar, de los hijos, sobre todo en las comunidades alejadas”, sostuvo.
En esos lugares el acceso a la salud es complicado, deben caminar hasta Yacuiba para ser atendidas, en pocas de ellas hay postas de salud, además estas están atendidas por una enfermera y en otros casos es el profesor el que se dedica también a las curaciones.
Generalmente ellas se curan a través de la medicina tradicional que conocen, hay muy poco acceso a la salud pública por las distancias, las mujeres se quejan mucho de que son discriminadas cuando van a los servicios de salud. “En ese sentido hay mucho por hacer. Se han superado muchas cosas, pero creo que se necesita hacer más todavía”.
EL DATO
“La mujer guaraní es la base de la economía en el ámbito familiar porque el hombre sale a trabajar y ella se encarga de la chacra, del huerto familiar, de los hijos”