Las consecuencias de la contaminación difusa en el agua en Tarija
La contaminación difusa es una de las más graves formas de contaminación de las principales fuentes de agua y es también una de las menos difundidas, por lo tanto, es de las que menos información se tiene, lo que impide evaluar con exactitud el nivel de contaminación que genera actualmente...



La contaminación difusa es una de las más graves formas de contaminación de las principales fuentes de agua y es también una de las menos difundidas, por lo tanto, es de las que menos información se tiene, lo que impide evaluar con exactitud el nivel de contaminación que genera actualmente en el departamento de Tarija.
Este tipo de contaminación que afecta a las distintas fuentes de agua es producida por la actividad agrícola en la que se usan distintos tipos de abonos químicos, plaguicidas y herbicidas, entre otros.
Esta contaminación se da cuando los contaminantes de procedencia no localizada, cualquiera que sea la fuente, se desplazan por la superficie terrestre o penetran en el suelo, arrastrados por el agua de lluvia. Estos contaminantes consiguen abrirse paso hasta las aguas subterráneas, tierras húmedas, ríos y lagos y, finalmente, hasta los océanos en forma de sedimentos y cargas químicas transportadas por los ríos. La repercusión ecológica de estos contaminantes puede ir desde pequeños trastornos hasta graves catástrofes ecológicas, con repercusiones en los peces, las aves y mamíferos y sobre la salud humana.
“Técnicamente en Tarija no existe un estudio que se haya hecho con un equipo de investigación, con un equipo multidisciplinario de médicos, e ingenieros químicos, pero obviamente los agrotóxicos lo que hacen es matar la microbiología de los suelos para que el ciclo de dependencia de los venenos continúe” nos explica el ingeniero agrónomo Horacio Molina.
“Los agrotóxicos lo que hacen es matar la microbiología de los suelos para que el ciclo de dependencia de los venenos continúe”
Molina explica que los agroquímicos al matar la microbiología de los suelos hacen que los cultivos comiencen a llenarse de plagas, por lo que el agricultor se hace dependiente del uso de agroquímicos, cada vez más fuertes para garantizar sus cosechas.
“Del 100 por ciento de químicos que uno hace a una plantación el 99,5% va al suelo y el 0,5% queda en las hojas, por lo que se contaminan los suelos y por escorrentía, por las lluvias, por lixiviación todo ese veneno llega a fuentes acuíferas”, indicó el profesional.
Los datos sobre el uso de diversos plaguicidas y fertilizantes, las prácticas de manejo del agua de riego, el agua de retorno agrícola y la ausencia de leyes al respecto hacen que en Bolivia no haya ningún tipo de prevención de este tipo de contaminación.
El vicedecano de la facultad de Ciencias Agrícolas y Forestales de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, Freddy Castro, explicó que hay doce productos agroquímicos prohibidos para su uso en el cultivo de productos para el consumo humano.
Y explicó que uno de los mayores contaminantes del medio ambiente se halla en los agroquímicos que contaminan el suelo, el agua y la tierra con la que entran en contacto, en ese sentido expresó que lamentablemente el trabajo de los agrónomos coadyuva en esa contaminación.
“El ingeniero agrónomo es el principal contaminador utilizando plaguicidas, y los residuos que quedan van al río o al suelo, y ¿Qué se está haciendo? Se está contaminado el aire, el agua y el suelo”, dijo y agregó que por ello se ha introducido la materia de Agroquímica en el pensum de Agronomía para tratar de que se usen menos químicos en la producción, pero que en la realidad es muy difícil de lograr.
Sin embargo, argumentó que sin el uso de agroquímicos no se podría abastecer la demanda de los mercados debido al crecimiento exponencial de la población y que lamentablemente obliga al uso de agroquímicos y en futuro quizás de transgénicos.
No existe un control adecuado en la venta de agroquímicos
Teresa que tiene su tienda de venta de productos para la agricultura cerca del mercado campesino, explica que si bien el Senasag efectúa controles periódicos a las tiendas que expenden agroquímicos hay algunos que ingresan de contrabando (los prohibidos) y son llevados directamente a las comunidades, sin ningún control por parte del Senasag.
“Senasag debería estar al pie de la gente en el campo, yendo a ver qué productos se están aplicando”, opinó y explicó que cuando se hace un uso correcto de los agroquímicos no hay el riesgo de que haya un alto nivel de toxicidad, lo que reduciría la contaminación del medio ambiente y de los mismos productos agrícolas que consume la población.
Teresa cree que otro motivo que hace difícil el uso de agroquímicos inofensivos para la salud humana es el costo de los productos pues mientras más inocuo es para la salud humana, es también más caro.
Producción ecológica como alternativa a la contaminación
El retorno a la agricultura orgánica viene siendo, al momento, la única alternativa viable que puede dar solución a esta catástrofe ambiental y humana que estamos viviendo en la actualidad.
Pues esta contaminación al afectar nuestras fuentes de agua, termina afectando la salud de las personas, animales y plantas que utilizan el agua contaminada para su consumo.
Es la opinión de la ingeniera agrónoma, Miriam Foronda, quien está convencida de que la producción orgánica de alimentos es la solución al problema de contaminación de los productos y del medioambiente, por el uso de agroquímicos.
“Los productores son conscientes del daño que están haciendo porque curan hoy y mañana ya lo cosechan y ellos mismos no consumen ese producto, en el tema de hortalizas ellos cultivan aparte para su consumo. Es decir, no hay consciencia ni en los productores ni en los consumidores”, aseveró Foronda.
Pese a ello en Tarija, son muy pocos los emprendimientos de cultivos orgánicos debido principalmente a la falta de apoyo por parte de las autoridades departamentales y nacionales en este tema.
Otro obstáculo es el tema de la transición de lo químico a lo orgánico, ya que la tierra demora unos 2 a 4 años en recuperarse de las agresiones de los productos químicos para volver a producir de manera natural.
Por ello la agricultura orgánica, no debería ser ya un tema de mejorar la calidad de los alimentos, sino una política de estado que apunte a transformar toda actividad agrícola en producción orgánica. Si bien el principal argumento para la utilización de agroquímicos es que la producción no abastecería para la población que crece de manera exponencial, si se realiza de manera orgánica, quienes han incursionado en la producción ecológica y orgánica aseguran que el suelo necesita un proceso de recuperación en que la producción es escasa, pero luego de este tiempo la producción es incluso mejor que la que se obtiene usando agroquímicos.
Contrariamente a la idea de que lo orgánico se produce en pequeños espacios ella pone como ejemplo el caso del agricultor Mario Tintilay, quien produce de manera orgánica en grandes extensiones de terreno, quien envía la totalidad de su producción a otros departamentos del país, donde es más valorada la producción orgánica.
Pero no sólo es una opinión personal de Foronda, sino que en otros países el ingreso a la agricultura orgánica ha tenido mucho éxito y en países como México este tipo de agricultura se efectúa en miles y miles de hectáreas. Donde destaca el gran tamaño de los productos agrícolas obtenidos mediante esta forma de cultivo y su alto valor nutricional.
México está posicionado entre los 20 principales países exportadores y en el 3er lugar como productor de alimentos orgánicos; países como Japón, EEUU, y la Unión Europea reciben alimentos orgánicos mexicanos.
En México se cultivan más de 45 productos orgánicos, de los cuales el café es el rey por superficie cultivada, en segundo lugar, están el maíz azul y blanco, en tercero el ajonjolí, y le siguen en importancia: hortalizas, agave, hierbas aromáticas, mango, naranja, frijol, manzana, papaya y el aguacate.
Este tipo de contaminación que afecta a las distintas fuentes de agua es producida por la actividad agrícola en la que se usan distintos tipos de abonos químicos, plaguicidas y herbicidas, entre otros.
Esta contaminación se da cuando los contaminantes de procedencia no localizada, cualquiera que sea la fuente, se desplazan por la superficie terrestre o penetran en el suelo, arrastrados por el agua de lluvia. Estos contaminantes consiguen abrirse paso hasta las aguas subterráneas, tierras húmedas, ríos y lagos y, finalmente, hasta los océanos en forma de sedimentos y cargas químicas transportadas por los ríos. La repercusión ecológica de estos contaminantes puede ir desde pequeños trastornos hasta graves catástrofes ecológicas, con repercusiones en los peces, las aves y mamíferos y sobre la salud humana.
“Técnicamente en Tarija no existe un estudio que se haya hecho con un equipo de investigación, con un equipo multidisciplinario de médicos, e ingenieros químicos, pero obviamente los agrotóxicos lo que hacen es matar la microbiología de los suelos para que el ciclo de dependencia de los venenos continúe” nos explica el ingeniero agrónomo Horacio Molina.
“Los agrotóxicos lo que hacen es matar la microbiología de los suelos para que el ciclo de dependencia de los venenos continúe”
Molina explica que los agroquímicos al matar la microbiología de los suelos hacen que los cultivos comiencen a llenarse de plagas, por lo que el agricultor se hace dependiente del uso de agroquímicos, cada vez más fuertes para garantizar sus cosechas.
“Del 100 por ciento de químicos que uno hace a una plantación el 99,5% va al suelo y el 0,5% queda en las hojas, por lo que se contaminan los suelos y por escorrentía, por las lluvias, por lixiviación todo ese veneno llega a fuentes acuíferas”, indicó el profesional.
Los datos sobre el uso de diversos plaguicidas y fertilizantes, las prácticas de manejo del agua de riego, el agua de retorno agrícola y la ausencia de leyes al respecto hacen que en Bolivia no haya ningún tipo de prevención de este tipo de contaminación.
El vicedecano de la facultad de Ciencias Agrícolas y Forestales de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, Freddy Castro, explicó que hay doce productos agroquímicos prohibidos para su uso en el cultivo de productos para el consumo humano.
Y explicó que uno de los mayores contaminantes del medio ambiente se halla en los agroquímicos que contaminan el suelo, el agua y la tierra con la que entran en contacto, en ese sentido expresó que lamentablemente el trabajo de los agrónomos coadyuva en esa contaminación.
“El ingeniero agrónomo es el principal contaminador utilizando plaguicidas, y los residuos que quedan van al río o al suelo, y ¿Qué se está haciendo? Se está contaminado el aire, el agua y el suelo”, dijo y agregó que por ello se ha introducido la materia de Agroquímica en el pensum de Agronomía para tratar de que se usen menos químicos en la producción, pero que en la realidad es muy difícil de lograr.
Sin embargo, argumentó que sin el uso de agroquímicos no se podría abastecer la demanda de los mercados debido al crecimiento exponencial de la población y que lamentablemente obliga al uso de agroquímicos y en futuro quizás de transgénicos.
No existe un control adecuado en la venta de agroquímicos
Teresa que tiene su tienda de venta de productos para la agricultura cerca del mercado campesino, explica que si bien el Senasag efectúa controles periódicos a las tiendas que expenden agroquímicos hay algunos que ingresan de contrabando (los prohibidos) y son llevados directamente a las comunidades, sin ningún control por parte del Senasag.
“Senasag debería estar al pie de la gente en el campo, yendo a ver qué productos se están aplicando”, opinó y explicó que cuando se hace un uso correcto de los agroquímicos no hay el riesgo de que haya un alto nivel de toxicidad, lo que reduciría la contaminación del medio ambiente y de los mismos productos agrícolas que consume la población.
Teresa cree que otro motivo que hace difícil el uso de agroquímicos inofensivos para la salud humana es el costo de los productos pues mientras más inocuo es para la salud humana, es también más caro.
Producción ecológica como alternativa a la contaminación
El retorno a la agricultura orgánica viene siendo, al momento, la única alternativa viable que puede dar solución a esta catástrofe ambiental y humana que estamos viviendo en la actualidad.
Pues esta contaminación al afectar nuestras fuentes de agua, termina afectando la salud de las personas, animales y plantas que utilizan el agua contaminada para su consumo.
Es la opinión de la ingeniera agrónoma, Miriam Foronda, quien está convencida de que la producción orgánica de alimentos es la solución al problema de contaminación de los productos y del medioambiente, por el uso de agroquímicos.
“Los productores son conscientes del daño que están haciendo porque curan hoy y mañana ya lo cosechan y ellos mismos no consumen ese producto, en el tema de hortalizas ellos cultivan aparte para su consumo. Es decir, no hay consciencia ni en los productores ni en los consumidores”, aseveró Foronda.
Pese a ello en Tarija, son muy pocos los emprendimientos de cultivos orgánicos debido principalmente a la falta de apoyo por parte de las autoridades departamentales y nacionales en este tema.
Otro obstáculo es el tema de la transición de lo químico a lo orgánico, ya que la tierra demora unos 2 a 4 años en recuperarse de las agresiones de los productos químicos para volver a producir de manera natural.
Por ello la agricultura orgánica, no debería ser ya un tema de mejorar la calidad de los alimentos, sino una política de estado que apunte a transformar toda actividad agrícola en producción orgánica. Si bien el principal argumento para la utilización de agroquímicos es que la producción no abastecería para la población que crece de manera exponencial, si se realiza de manera orgánica, quienes han incursionado en la producción ecológica y orgánica aseguran que el suelo necesita un proceso de recuperación en que la producción es escasa, pero luego de este tiempo la producción es incluso mejor que la que se obtiene usando agroquímicos.
Contrariamente a la idea de que lo orgánico se produce en pequeños espacios ella pone como ejemplo el caso del agricultor Mario Tintilay, quien produce de manera orgánica en grandes extensiones de terreno, quien envía la totalidad de su producción a otros departamentos del país, donde es más valorada la producción orgánica.
Pero no sólo es una opinión personal de Foronda, sino que en otros países el ingreso a la agricultura orgánica ha tenido mucho éxito y en países como México este tipo de agricultura se efectúa en miles y miles de hectáreas. Donde destaca el gran tamaño de los productos agrícolas obtenidos mediante esta forma de cultivo y su alto valor nutricional.
México está posicionado entre los 20 principales países exportadores y en el 3er lugar como productor de alimentos orgánicos; países como Japón, EEUU, y la Unión Europea reciben alimentos orgánicos mexicanos.
En México se cultivan más de 45 productos orgánicos, de los cuales el café es el rey por superficie cultivada, en segundo lugar, están el maíz azul y blanco, en tercero el ajonjolí, y le siguen en importancia: hortalizas, agave, hierbas aromáticas, mango, naranja, frijol, manzana, papaya y el aguacate.