Detectan 46 concesiones pesqueras en el Pilcomayo
La actividad pesquera en el río Pilcomayo, con fines comerciales, tiene 46 concesiones, según datos de la Oficina Técnica Nacional de los Ríos Pilcomayo y Bermejo (OTN-PB), que realizó una inspección a lo largo de ese afluente. Según esa institución, éstas son las encargadas directas...
La actividad pesquera en el río Pilcomayo, con fines comerciales, tiene 46 concesiones, según datos de la Oficina Técnica Nacional de los Ríos Pilcomayo y Bermejo (OTN-PB), que realizó una inspección a lo largo de ese afluente.
Según esa institución, éstas son las encargadas directas de la extracción de peces, pero cada una tiene a su cargo entre 30 a 40 personas que trabajan en ello. La pesquería en el río Pilcomayo principalmente del sábalo es de carácter complejo, si se considera la variedad de artes y modalidades de extracción empleada. Además, no solo es una actividad en la que participan los indígenas, sino también criollos.
El monitoreo del río Pilcomayo empezó en el punto fronterizo Pozo Hondo de Paraguay, seguido de los sectores de Esmeralda, Victoria y Cutaiqui ubicados en territorio boliviano, en el que se logró realizar el seguimiento del sábalo a través de la inspección de los puntos estratégicos de pesca en la zona baja del afluente.
En los primeros monitoreos de evaluación sobre las características externas e internas, peso y talla de los sábalos que migran por distintos sectores, se identificó un peso promedio de 350-520 gramos y el tamaño de 28 a 36 centímetro. Las características alimenticias que presentan internamente es sedimento barro fusionado con pequeñas micro algas.
En los otros dos, la migración más activa del sábalo es de talla crítica, con solo 15-22 centímetros y el peso de 120-250 gramos, que de igual forma fue extraído y comercializado sin ningún control.
Datos proporcionados por los pescadores de la zona sobre el arribo del sábalo, indican que la cuarta oleada de peces de tallas medianas empezó a llegar el 4 de junio del 2019, lo que dio lugar a una moderada cantidad de pescado por puesto pesquero. El 18 de junio ingresó a territorio boliviano el segundo cardumen que migró en bajas medidas de peso y talla denominadas juveniles, éstos son protegidos por normativas que prohíben su captura.
Según la OTN-PB, el cauce del río ha reducido su caudal, situación que favorece el trabajo pesquero.
Según esa institución, éstas son las encargadas directas de la extracción de peces, pero cada una tiene a su cargo entre 30 a 40 personas que trabajan en ello. La pesquería en el río Pilcomayo principalmente del sábalo es de carácter complejo, si se considera la variedad de artes y modalidades de extracción empleada. Además, no solo es una actividad en la que participan los indígenas, sino también criollos.
El monitoreo del río Pilcomayo empezó en el punto fronterizo Pozo Hondo de Paraguay, seguido de los sectores de Esmeralda, Victoria y Cutaiqui ubicados en territorio boliviano, en el que se logró realizar el seguimiento del sábalo a través de la inspección de los puntos estratégicos de pesca en la zona baja del afluente.
En los primeros monitoreos de evaluación sobre las características externas e internas, peso y talla de los sábalos que migran por distintos sectores, se identificó un peso promedio de 350-520 gramos y el tamaño de 28 a 36 centímetro. Las características alimenticias que presentan internamente es sedimento barro fusionado con pequeñas micro algas.
En los otros dos, la migración más activa del sábalo es de talla crítica, con solo 15-22 centímetros y el peso de 120-250 gramos, que de igual forma fue extraído y comercializado sin ningún control.
Datos proporcionados por los pescadores de la zona sobre el arribo del sábalo, indican que la cuarta oleada de peces de tallas medianas empezó a llegar el 4 de junio del 2019, lo que dio lugar a una moderada cantidad de pescado por puesto pesquero. El 18 de junio ingresó a territorio boliviano el segundo cardumen que migró en bajas medidas de peso y talla denominadas juveniles, éstos son protegidos por normativas que prohíben su captura.
Según la OTN-PB, el cauce del río ha reducido su caudal, situación que favorece el trabajo pesquero.