Acuerdo FRI – Sol y cuentas con Tarija marcaron agenda
Se cierra una semana marcada por el regreso de las ánimas – esta vez literal – y por los tibios avances de la oposición en su intento de desbancar a Evo Morales del poder, tímidamente fortalecido por las últimas encuestas que sin ser buenas para él, han descontado el efecto del...



Se cierra una semana marcada por el regreso de las ánimas – esta vez literal – y por los tibios avances de la oposición en su intento de desbancar a Evo Morales del poder, tímidamente fortalecido por las últimas encuestas que sin ser buenas para él, han descontado el efecto del desembarco de la candidatura de Carlos Mesa y lo mantienen como principal opción. En el departamento, además de continuar el pulso con el Gobierno Nacional a cuenta de los recursos, siguen las dudas dentro de la estrategia chaqueña. Por partes.
El tablero – decían los opositores – se tenía que ordenar a partir del primer paso de Carlos Mesa. Lo dio hace ya tres semanas y hasta el momento, apenas ha logrado atraer a sus filas a la estructura de Sol.bo (o viceversa) del alcalde paceño Luis Revilla. Revilla había amagado varias veces e incluso trató de conseguir sigla nacional para amenazar con saltar en solitario, pero finalmente se lo pensó mejor y siguió el consejo de Juan del Granado, que en este periódico recordaba cómo le había ido a él en 2014 en solitario, que acabó defenestrando las siglas del Movimiento Sin Miedo.
Los cercanos señalaban que la foto de la alianza se iba a dar a tres, Mesa – Costas – Revilla; pero finalmente no se concretó. Por un lado, el equipo cercano de Mesa exige una condena tajante y la exclusión de José María leyes, apartado de la alcaldía de Cochabamba por el escándalo de las mochilas; por el otro, Unidad Nacional ha desplegado toda la artillería para convencer al gobernador cruceño de que otra alternativa a Mesa sí es posible.
Y es que ni las encuestas de los últimos días, ni los gestos de la alianza de los “ciudadanos” están dando demasiada luz ni esperanza. El pretendido factor sorpresa de la confirmación de la candidatura apenas ha subido unos puntos a Mesa, que sigue por detrás de Evo Morales, pero la preocupación general es por la puesta en escena, demasiado “antigua” según los expertos. La fotografía de presentación del equipo en Santa Cruz – todos blancos y de blanco – y el paseíllo en Facebook live por La Paz con el alcalde Revilla sin que nadie se acercara realmente de forma espontánea no ha sumado puntos.
En esas, Morales se ha dado cuenta de las debilidades y ya empieza a descargar sus flechas sobre Mesa, elegido candidato por el MAS. Morales conoce bien los problemas de Carlos Mesa y ya en su momento se hizo con la Presidencia apuntalando su liderazgo entre 2003 y 2005. Existe el temor en el equipo de que la guerra sucia pueda intensificarse también aceleradamente y no se llegue siquiera a constituir una unidad.
En esas, Doria Medina va acomodando su propuesta, que viene a coincidir con la que ya hizo Tuto Quiroga, y que básicamente prevé Primarias individuales de cada partido y finalmente en junio decidir quién es el candidato opositor mejor colocado. Varios analistas advierten de la dificultad de esa estrategia no tanto por las siglas sino por lo difícil que resultará bajar a los candidatos a diputados, senadores, etc.
En el capítulo de anécdotas, siguen surgiendo algunos nombres con las siglas disponibles, por ejemplo la diputada Norma Piérola, que dijo buscará la nominación en la Primaria con el PDC – frente a Jaime Paz – y que tiene definido su discurso: Bolsonaro.
Tarija a su aire
Mientras tanto las fuerzas en Tarija toman cierta distancia mientras se acomodan los partidos nacionales. La Gobernación, en la órbita de Mesa desde la prudencia, ha recuperado algunos caballos de batalla, como el tema de la conciliación de las deudas históricas con el Gobierno Nacional, que encajan en el tiempo electoral; ya que Morales debería buscar alguna otra fórmula de congraciarse con Tarija una vez que se ha evidenciado el fracaso del “plan Chaco”.
Y es que en el Chaco se sigue disputando el liderazgo, con un José Quecaña mejor posicionado para llegar al oído del presidente, pero muy cuestionado por el sector converso del Movimiento Al Socialismo. El fracaso en la Carta Orgánica ha supuesto un amanecer tormentoso y la decisión de reverdecer una agenda regional de reivindicación ha topado con el divisionismo interno, y también con la necesidad de exigirle al Gobierno, algo a lo que casi nadie se atreve.
El tablero – decían los opositores – se tenía que ordenar a partir del primer paso de Carlos Mesa. Lo dio hace ya tres semanas y hasta el momento, apenas ha logrado atraer a sus filas a la estructura de Sol.bo (o viceversa) del alcalde paceño Luis Revilla. Revilla había amagado varias veces e incluso trató de conseguir sigla nacional para amenazar con saltar en solitario, pero finalmente se lo pensó mejor y siguió el consejo de Juan del Granado, que en este periódico recordaba cómo le había ido a él en 2014 en solitario, que acabó defenestrando las siglas del Movimiento Sin Miedo.
Los cercanos señalaban que la foto de la alianza se iba a dar a tres, Mesa – Costas – Revilla; pero finalmente no se concretó. Por un lado, el equipo cercano de Mesa exige una condena tajante y la exclusión de José María leyes, apartado de la alcaldía de Cochabamba por el escándalo de las mochilas; por el otro, Unidad Nacional ha desplegado toda la artillería para convencer al gobernador cruceño de que otra alternativa a Mesa sí es posible.
Y es que ni las encuestas de los últimos días, ni los gestos de la alianza de los “ciudadanos” están dando demasiada luz ni esperanza. El pretendido factor sorpresa de la confirmación de la candidatura apenas ha subido unos puntos a Mesa, que sigue por detrás de Evo Morales, pero la preocupación general es por la puesta en escena, demasiado “antigua” según los expertos. La fotografía de presentación del equipo en Santa Cruz – todos blancos y de blanco – y el paseíllo en Facebook live por La Paz con el alcalde Revilla sin que nadie se acercara realmente de forma espontánea no ha sumado puntos.
En esas, Morales se ha dado cuenta de las debilidades y ya empieza a descargar sus flechas sobre Mesa, elegido candidato por el MAS. Morales conoce bien los problemas de Carlos Mesa y ya en su momento se hizo con la Presidencia apuntalando su liderazgo entre 2003 y 2005. Existe el temor en el equipo de que la guerra sucia pueda intensificarse también aceleradamente y no se llegue siquiera a constituir una unidad.
En esas, Doria Medina va acomodando su propuesta, que viene a coincidir con la que ya hizo Tuto Quiroga, y que básicamente prevé Primarias individuales de cada partido y finalmente en junio decidir quién es el candidato opositor mejor colocado. Varios analistas advierten de la dificultad de esa estrategia no tanto por las siglas sino por lo difícil que resultará bajar a los candidatos a diputados, senadores, etc.
En el capítulo de anécdotas, siguen surgiendo algunos nombres con las siglas disponibles, por ejemplo la diputada Norma Piérola, que dijo buscará la nominación en la Primaria con el PDC – frente a Jaime Paz – y que tiene definido su discurso: Bolsonaro.
Tarija a su aire
Mientras tanto las fuerzas en Tarija toman cierta distancia mientras se acomodan los partidos nacionales. La Gobernación, en la órbita de Mesa desde la prudencia, ha recuperado algunos caballos de batalla, como el tema de la conciliación de las deudas históricas con el Gobierno Nacional, que encajan en el tiempo electoral; ya que Morales debería buscar alguna otra fórmula de congraciarse con Tarija una vez que se ha evidenciado el fracaso del “plan Chaco”.
Y es que en el Chaco se sigue disputando el liderazgo, con un José Quecaña mejor posicionado para llegar al oído del presidente, pero muy cuestionado por el sector converso del Movimiento Al Socialismo. El fracaso en la Carta Orgánica ha supuesto un amanecer tormentoso y la decisión de reverdecer una agenda regional de reivindicación ha topado con el divisionismo interno, y también con la necesidad de exigirle al Gobierno, algo a lo que casi nadie se atreve.