Lactancia materna, una práctica que se redujo los últimos años
Un fluido dulzón compuesto de lactosa (que aporta energía), proteínas como la caseína y grasa “sana” para crecer y desarrollar la inteligencia. Así se podría describir la leche materna. Consumirla nada más nacer pueda aportar importantes beneficios para la salud no solo durante la...



Un fluido dulzón compuesto de lactosa (que aporta energía), proteínas como la caseína y grasa “sana” para crecer y desarrollar la inteligencia. Así se podría describir la leche materna. Consumirla nada más nacer pueda aportar importantes beneficios para la salud no solo durante la infancia, sino también al alcanzar la vida adulta, según revelan los últimos estudios médicos.
Sin embargo, en los últimos años, tabúes como amamantar en público por el morbo que supuestamente provoca, optar por leche de fórmula o cuestiones estéticas como la forma que toman los senos después de dar pecho o bien las estrías que pueden llegar a salir han provocado que menos mujeres del área urbana lleven a cabo la lactancia materna, según informó el Ministerio de Salud.
La autoridad reveló que los datos desprenden de la nueva Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDSA) que recoge cifras hasta 2016.
“El 60,4% de las madres de Bolivia da lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, según el ENDSA 2008. El próximo nos dará datos al 2016, pero vamos anticipando una preocupación que es la reducción de la lactancia en las zonas urbanas”, destacó la entonces ministra de salud Ariana Campero.
Según la ex autoridad esta situación se debe a que las mujeres en el área urbana están sujetas a una mala o escasa información sobre la lactancia materna y se dejan llevar por propagandas televisivas en las que ofrecen leche de fórmula o sucedáneos de la leche materna, estética y prejuicios.
“En la zona urbana, las madres están sujetas a informaciones de Marketing, porque ven por cable a niños hermosos (consumiendo sucedáneos), pero nada sustituye a la leche materna. Otras dicen que es por la estética porque los senos se ponen flácidos, sale estrías, eso es mentira (…). Justamente por la estética es que tenemos problemas en la zona urbana”, agregó.
La receta médica
En agosto de 2017 Campero exhortó a los Servicios departamentales de Salud (Sedes) a verificar que se cumplan la Ley de Protección Materna que regula la venta de sucedáneos de leche materna.
“Existe una ley y reglamento que debe ser aplicado en todos los puesto de venta para regular la comercialización de leche de fórmula. La mayoría es con receta médica (…). Exhortar a los Sedes que fortalezcan ese control”, dijo.
Entretanto, la representante de UNICEF en Bolivia, Sun-Ah Kim Suh, destacó la importancia de la lactancia materna y señaló que está asociada a la reducción de mortalidad infantil, obesidad y favoreciendo el desarrollo intelectual de los menores que fueron amamantados.
Además destacó que Bolivia es el segundo país en la región que lidera con el porcentaje más alto en lactancia materna con 60,4% (2008), luego esta Perú con 68.3% (2010)
“Bolivia es uno de los países que mantiene uno de los índices más altos de lactancia materna exclusiva hasta los seis meses. Es importante que mantengamos ese patrón de aumento, de mejoramiento. Y más aún en estos tiempo donde más mujeres incursionan en lo laboral y conozcan y se concienticen sobre los beneficios”, explicó.
También dijo que es importante trabajar propuestas para sancionar el uso de los sucedáneos de la leche materna.
Ventajas de la leche materna
De acuerdo a la revista Muy Interesante las siguientes son las cuatro ventajas más importantes de la lactancia materna:
Protección frente a invasores. La leche materna está repleta de oligosacáridos (HMO, por sus siglas en inglés), apodados como la “fibra” de la leche humana debido a que, al no existir de enzimas que permitan despedazarlos en el estómago, llegan intactos al intestino. De hecho, son los microbios intestinales los que rompen estas moléculas en pequeños fragmentos -ácidos grasos de cadena corta- que las bacterias “buenas” del digestivo utilizan para obtener energía.
En las tripas de los neonatos, este proceso mantiene activo a un ejército de microorganismos protectores que actúa como barrera ante patógenos invasores causantes de diarreas y enfermedades gastrointestinales más graves como el cólera, así como de infecciones respiratorias.
Menos cáncer. Un trago diario de leche materna en los primeros meses de vida reduce el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer infantil, entre ellos la leucemia, la enfermedad de Hodgkin o el neuroblastoma, todos bastante agresivos. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Journal of Human Lactation, este efecto anticancerígeno se debe, por un lado, a la presencia de una sustancia llamada TRAIL o inductor de la apoptosis. Además, investigadores de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) han identificado una alfa-lactalbúmina apodada HAMLET que, cuando entra en contacto con ácido oleico -presente en el estómago de los recién nacidos-, se convierte en un veneno letal para las células tumorales y les obliga a suicidarse.
Salud mental. La leche humana es un antídoto contra la agresividad, la depresión, la ansiedad, la timidez extrema y las conductas delictivas. Al menos esa es la conclusión a la que ha llegado la investigadora australiana Wendy Oddy tras realizar un seguimiento a centenares de niños que consumieron leche materna durante los primeros meses de vida y a otros que nunca la habían probado. Por si fuera poco, otro estudio dado a conocer en Archives of Disease in Childhood sugiere que alimentarse a partir de leche materna durante 16 semanas reduce en un 30% el riesgo de tener problemas del comportamiento a partir de los cinco años, concretamente las dificultades para socializar, la hiperactividad, los problemas emocionales y la tendencia a contar mentiras.
Freno al virus del sida. Más del 15% de las nuevas infecciones anuales del virus del sida afectan a niños. Y se calcula que, sin tratamiento, solo un 65% de los bebés infectados sobrevive a su primer cumpleaños. Sin embargo, en los críos alimentados con leche materna estas estadísticas no se cumplen. Según acaba de demostrar un estudio de la Universidad de Carolina del Norte publicado en la revista PLoS Pathogens, se debe a que la leche materna humana aniquila sin piedad al VIH.
Mitos de la lactancia materna
El pecho sufre cambios importantes a los largo de toda la vida, el embarazo y la lactancia son una etapa más, donde el pecho aumentará de forma progresiva de tamaño. Durante el embarazo algunos cambios hormonales van a ser los responsables de la pérdida de tono de los tejidos y músculos que mantienen el pecho sujeto a la pared torácica.
La glándula mamaria se prepara para lactar, aumenta el tejido adiposo multiplicando su tamaño y peso, se desarrollan los conductos y ácimos mamarios responsables de producir la leche.
Estos cambios se producirán igualmente en las madres que lactarán que en las que no, de modo que, si la madre no lacta, el pecho que ha sufrido un agrandamiento, volverá tras el parto, en unos pocos días al tamaño anterior al embarazo. Su volumen se verá disminuido en tres o cuatro tallas, al igual que sucede cuando se adelgaza mucho, se pierde firmeza y los pechos se quedarán más flácidos y caídos.
Mientras que si decides dar lactancia, el pecho se va adaptado de forma natural gradualmente, los músculos y tejidos que sostienen la glándula no pasan de sustentar un volumen mayor a uno menor de forma tan súbita.
La mejor recomendación para evitar que el pecho se caiga en un futuro es amamantar y elegir un buen sostén que mantenga los senos firmes, con una buena copa y con tirantes anchos que sujeten correctamente el pecho sin comprimirlo evitando que se estiren los ligamentos que lo mantienen durante el embarazo y la lactancia, impidiendo así que se caiga en el futuro, porque la lactancia no es responsable de que los pechos se caigan.
Si hay que buscar culpables: los embarazos, el paso del tiempo, el aumento de peso y los cambios hormonales en las mujeres son la causa del declive de la glándula mamaria. Si la decisión de no amamantar es el falso mito de no estropear el pecho, podemos decir que la madre no está bien informada y con la falta de información priva del mejor regalo que le puede dar a su hijo.
Otro mito, “la lactancia engorda”, lo que robustece es lo que comemos, no la lactancia. Contrariamente, durante la lactancia el gasto de energía es mayor, unas 500 kilocalorías se queman diariamente durante el proceso de producción de la leche. No obstante, lactar no supone carta blanca a comer alimentos más calóricos (dulces, grasas...).
Durante el embarazo, el cuerpo se prepara para la lactancia, se almacena grasa a nivel de las caderas y muslos, los embarazos suponen un aumento de peso considerable que ronda entre los 10 y los 15 kilos, la lactancia es una de las mejores maneras de adelgazar después del parto. A más tiempo de lactancia mayor pérdida de peso, esta pérdida de peso es más evidente a partir del tercer mes postparto y mayor si se mantiene la lactancia exclusiva durante seis meses de vida del bebé.
La lactancia ayuda a eliminar los depósitos grasos acumulados en el embarazo en las caderas y muslos, los más difíciles de quitar.
Por supuesto nada es milagroso para recuperar el peso. No basta con dar el pecho, es necesario realizar una alimentación saludable que abarque todos los nutrientes, hacer cinco comidas al día y no picar entre horas, además de añadir una actividad física adecuada, por ejemplo, vale dar paseos con el bebé una hora al día.
Dando el pecho se puede perder fácilmente el peso ganado durante el embarazo, la leche de fórmula no produce ningún gasto energético en la madre, que también subió de peso durante el embarazo. Con la lactancia, como ves, todo son ventajas.
El bebé ha nacido, ¿cómo iniciar la lactancia materna?
Después de esperarlo tanto, finalmente el bebé ha nacido. Le miras a los ojos, rebozas de felicidad y te preguntas ¿y ahora? Si has elegido alimentar a tu bebé con tu leche, la mejor opción desde el punto de vista nutricional y emocional, te contamos cómo iniciar la lactancia materna.
Es probable que en ese momento cuentes con la ayuda de la matrona o de otro profesional especializado en lactancia materna que te explicará los primeros pasos, pero cuanto más preparada estés mejor, así que te adelantamos todo lo que debes saber para comenzar con buen pie vuestra lactancia.
La primera hora después del parto, fundamental
La primera hora después del parto es fundamental para establecer las bases de una lactancia materna feliz. Tras el parto, el bebé está sumamente receptivo a tu piel, a tu olor, por tanto se recomienda colocarlo al pecho inmediatamente después de nacer, incluso antes de la expulsión de la placenta. Esto contribuirá a que la lactancia pueda instaurarse sin problemas y a favorecer la interacción afectiva con tu bebé.
Su instinto en este momento es tan fuerte que si se coloca al bebé sobre el vientre de la madre, este guiado por el olor repta hasta el pecho para comenzar a succionar. Este fenómeno se conoce como Breast Crawl.
Hay madres que no tiene la posibilidad de darle el pecho tras que nacen, sobre todo si han tenido una cesárea. En algunos centros permiten el contacto piel con piel incluso tras una cesárea, siguiendo las recomendaciones de no separar a la madre y al bebé, pero no es lo más habitual. En caso de no poder la madre, se recomienda hacer piel con piel padre-bebé puesto que el contacto precoz tiene grandes beneficios para el desarrollo del bebé.
La primera toma
Ya sea durante el parto (mejor) o en cuanto la madre se sienta en condiciones será el momento de la primera toma. Ya estarás tranquila en la habitación y toca poner el bebé al pecho. ¿Dolerá? ¿Cómo será la sensación? ¿Tendré suficiente leche? son algunas de las preocupaciones más habituales.
Para empezar, tienes que adoptar una postura cómoda para ambos. Al principio opta por la postura tradicional ya luego irás buscando nuevas posiciones. La madre tiene que estar sentada, o si sientes dolor después del parto semitumbada, con la espalda bien apoyada y sujetando al bebé con el antebrazo. Si lo prefieres, puedes colocar debajo del brazo una almohada, un cojín o un cojín de lactancia.
No debe haber prendas que interfieran entre el pecho y la boca del bebé. Cuanto más contacto piel con piel haya, mejor. Una vez conseguida la postura que te resulte más cómoda viene algo sumamente importante: el agarre del bebé al pecho. Un mal agarre puede acarrear problemas como dolor, grietas, que el bebé reciba poca leche, etc...
¿Cómo debe agarrarse el bebé al pecho?
La boca del bebé debe cubrir toda o casi toda la areola mamaria y el pezón debe estar completamente dentro de su boca, sobre el paladar blando en la parte superior de la boca. Para dejarlo más claro, el pezón no debe quedar en los labios del bebé sino todo dentro de la boca. La leche sale por el pezón pero gracias a la succión que hace el bebé del pecho.
El reflejo de succión del bebé enviará al cerebro de la madre la orden para producir prolactina, hormona responsable de la producción de leche.
Si el bebé no se coge al pecho enseguida, no te agobies, sigue intentándolo. Algunos lo hacen enseguida y otros tardan un poco más. Para ayudarle, déjale en contacto con tu pecho desnudo la mayor parte del tiempo, cerca de tu olor y tu calor. La mayoría de los bebés realizan la primera toma dentro de las dos horas siguientes al parto.
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Sin embargo, en los últimos años, tabúes como amamantar en público por el morbo que supuestamente provoca, optar por leche de fórmula o cuestiones estéticas como la forma que toman los senos después de dar pecho o bien las estrías que pueden llegar a salir han provocado que menos mujeres del área urbana lleven a cabo la lactancia materna, según informó el Ministerio de Salud.
La autoridad reveló que los datos desprenden de la nueva Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDSA) que recoge cifras hasta 2016.
“El 60,4% de las madres de Bolivia da lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, según el ENDSA 2008. El próximo nos dará datos al 2016, pero vamos anticipando una preocupación que es la reducción de la lactancia en las zonas urbanas”, destacó la entonces ministra de salud Ariana Campero.
Según la ex autoridad esta situación se debe a que las mujeres en el área urbana están sujetas a una mala o escasa información sobre la lactancia materna y se dejan llevar por propagandas televisivas en las que ofrecen leche de fórmula o sucedáneos de la leche materna, estética y prejuicios.
“En la zona urbana, las madres están sujetas a informaciones de Marketing, porque ven por cable a niños hermosos (consumiendo sucedáneos), pero nada sustituye a la leche materna. Otras dicen que es por la estética porque los senos se ponen flácidos, sale estrías, eso es mentira (…). Justamente por la estética es que tenemos problemas en la zona urbana”, agregó.
La receta médica
En agosto de 2017 Campero exhortó a los Servicios departamentales de Salud (Sedes) a verificar que se cumplan la Ley de Protección Materna que regula la venta de sucedáneos de leche materna.
“Existe una ley y reglamento que debe ser aplicado en todos los puesto de venta para regular la comercialización de leche de fórmula. La mayoría es con receta médica (…). Exhortar a los Sedes que fortalezcan ese control”, dijo.
Entretanto, la representante de UNICEF en Bolivia, Sun-Ah Kim Suh, destacó la importancia de la lactancia materna y señaló que está asociada a la reducción de mortalidad infantil, obesidad y favoreciendo el desarrollo intelectual de los menores que fueron amamantados.
Además destacó que Bolivia es el segundo país en la región que lidera con el porcentaje más alto en lactancia materna con 60,4% (2008), luego esta Perú con 68.3% (2010)
“Bolivia es uno de los países que mantiene uno de los índices más altos de lactancia materna exclusiva hasta los seis meses. Es importante que mantengamos ese patrón de aumento, de mejoramiento. Y más aún en estos tiempo donde más mujeres incursionan en lo laboral y conozcan y se concienticen sobre los beneficios”, explicó.
También dijo que es importante trabajar propuestas para sancionar el uso de los sucedáneos de la leche materna.
Ventajas de la leche materna
De acuerdo a la revista Muy Interesante las siguientes son las cuatro ventajas más importantes de la lactancia materna:
Protección frente a invasores. La leche materna está repleta de oligosacáridos (HMO, por sus siglas en inglés), apodados como la “fibra” de la leche humana debido a que, al no existir de enzimas que permitan despedazarlos en el estómago, llegan intactos al intestino. De hecho, son los microbios intestinales los que rompen estas moléculas en pequeños fragmentos -ácidos grasos de cadena corta- que las bacterias “buenas” del digestivo utilizan para obtener energía.
En las tripas de los neonatos, este proceso mantiene activo a un ejército de microorganismos protectores que actúa como barrera ante patógenos invasores causantes de diarreas y enfermedades gastrointestinales más graves como el cólera, así como de infecciones respiratorias.
Menos cáncer. Un trago diario de leche materna en los primeros meses de vida reduce el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer infantil, entre ellos la leucemia, la enfermedad de Hodgkin o el neuroblastoma, todos bastante agresivos. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Journal of Human Lactation, este efecto anticancerígeno se debe, por un lado, a la presencia de una sustancia llamada TRAIL o inductor de la apoptosis. Además, investigadores de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) han identificado una alfa-lactalbúmina apodada HAMLET que, cuando entra en contacto con ácido oleico -presente en el estómago de los recién nacidos-, se convierte en un veneno letal para las células tumorales y les obliga a suicidarse.
Salud mental. La leche humana es un antídoto contra la agresividad, la depresión, la ansiedad, la timidez extrema y las conductas delictivas. Al menos esa es la conclusión a la que ha llegado la investigadora australiana Wendy Oddy tras realizar un seguimiento a centenares de niños que consumieron leche materna durante los primeros meses de vida y a otros que nunca la habían probado. Por si fuera poco, otro estudio dado a conocer en Archives of Disease in Childhood sugiere que alimentarse a partir de leche materna durante 16 semanas reduce en un 30% el riesgo de tener problemas del comportamiento a partir de los cinco años, concretamente las dificultades para socializar, la hiperactividad, los problemas emocionales y la tendencia a contar mentiras.
Freno al virus del sida. Más del 15% de las nuevas infecciones anuales del virus del sida afectan a niños. Y se calcula que, sin tratamiento, solo un 65% de los bebés infectados sobrevive a su primer cumpleaños. Sin embargo, en los críos alimentados con leche materna estas estadísticas no se cumplen. Según acaba de demostrar un estudio de la Universidad de Carolina del Norte publicado en la revista PLoS Pathogens, se debe a que la leche materna humana aniquila sin piedad al VIH.
Mitos de la lactancia materna
El pecho sufre cambios importantes a los largo de toda la vida, el embarazo y la lactancia son una etapa más, donde el pecho aumentará de forma progresiva de tamaño. Durante el embarazo algunos cambios hormonales van a ser los responsables de la pérdida de tono de los tejidos y músculos que mantienen el pecho sujeto a la pared torácica.
La glándula mamaria se prepara para lactar, aumenta el tejido adiposo multiplicando su tamaño y peso, se desarrollan los conductos y ácimos mamarios responsables de producir la leche.
Estos cambios se producirán igualmente en las madres que lactarán que en las que no, de modo que, si la madre no lacta, el pecho que ha sufrido un agrandamiento, volverá tras el parto, en unos pocos días al tamaño anterior al embarazo. Su volumen se verá disminuido en tres o cuatro tallas, al igual que sucede cuando se adelgaza mucho, se pierde firmeza y los pechos se quedarán más flácidos y caídos.
Mientras que si decides dar lactancia, el pecho se va adaptado de forma natural gradualmente, los músculos y tejidos que sostienen la glándula no pasan de sustentar un volumen mayor a uno menor de forma tan súbita.
La mejor recomendación para evitar que el pecho se caiga en un futuro es amamantar y elegir un buen sostén que mantenga los senos firmes, con una buena copa y con tirantes anchos que sujeten correctamente el pecho sin comprimirlo evitando que se estiren los ligamentos que lo mantienen durante el embarazo y la lactancia, impidiendo así que se caiga en el futuro, porque la lactancia no es responsable de que los pechos se caigan.
Si hay que buscar culpables: los embarazos, el paso del tiempo, el aumento de peso y los cambios hormonales en las mujeres son la causa del declive de la glándula mamaria. Si la decisión de no amamantar es el falso mito de no estropear el pecho, podemos decir que la madre no está bien informada y con la falta de información priva del mejor regalo que le puede dar a su hijo.
Otro mito, “la lactancia engorda”, lo que robustece es lo que comemos, no la lactancia. Contrariamente, durante la lactancia el gasto de energía es mayor, unas 500 kilocalorías se queman diariamente durante el proceso de producción de la leche. No obstante, lactar no supone carta blanca a comer alimentos más calóricos (dulces, grasas...).
Durante el embarazo, el cuerpo se prepara para la lactancia, se almacena grasa a nivel de las caderas y muslos, los embarazos suponen un aumento de peso considerable que ronda entre los 10 y los 15 kilos, la lactancia es una de las mejores maneras de adelgazar después del parto. A más tiempo de lactancia mayor pérdida de peso, esta pérdida de peso es más evidente a partir del tercer mes postparto y mayor si se mantiene la lactancia exclusiva durante seis meses de vida del bebé.
La lactancia ayuda a eliminar los depósitos grasos acumulados en el embarazo en las caderas y muslos, los más difíciles de quitar.
Por supuesto nada es milagroso para recuperar el peso. No basta con dar el pecho, es necesario realizar una alimentación saludable que abarque todos los nutrientes, hacer cinco comidas al día y no picar entre horas, además de añadir una actividad física adecuada, por ejemplo, vale dar paseos con el bebé una hora al día.
Dando el pecho se puede perder fácilmente el peso ganado durante el embarazo, la leche de fórmula no produce ningún gasto energético en la madre, que también subió de peso durante el embarazo. Con la lactancia, como ves, todo son ventajas.
El bebé ha nacido, ¿cómo iniciar la lactancia materna?
Después de esperarlo tanto, finalmente el bebé ha nacido. Le miras a los ojos, rebozas de felicidad y te preguntas ¿y ahora? Si has elegido alimentar a tu bebé con tu leche, la mejor opción desde el punto de vista nutricional y emocional, te contamos cómo iniciar la lactancia materna.
Es probable que en ese momento cuentes con la ayuda de la matrona o de otro profesional especializado en lactancia materna que te explicará los primeros pasos, pero cuanto más preparada estés mejor, así que te adelantamos todo lo que debes saber para comenzar con buen pie vuestra lactancia.
La primera hora después del parto, fundamental
La primera hora después del parto es fundamental para establecer las bases de una lactancia materna feliz. Tras el parto, el bebé está sumamente receptivo a tu piel, a tu olor, por tanto se recomienda colocarlo al pecho inmediatamente después de nacer, incluso antes de la expulsión de la placenta. Esto contribuirá a que la lactancia pueda instaurarse sin problemas y a favorecer la interacción afectiva con tu bebé.
Su instinto en este momento es tan fuerte que si se coloca al bebé sobre el vientre de la madre, este guiado por el olor repta hasta el pecho para comenzar a succionar. Este fenómeno se conoce como Breast Crawl.
Hay madres que no tiene la posibilidad de darle el pecho tras que nacen, sobre todo si han tenido una cesárea. En algunos centros permiten el contacto piel con piel incluso tras una cesárea, siguiendo las recomendaciones de no separar a la madre y al bebé, pero no es lo más habitual. En caso de no poder la madre, se recomienda hacer piel con piel padre-bebé puesto que el contacto precoz tiene grandes beneficios para el desarrollo del bebé.
La primera toma
Ya sea durante el parto (mejor) o en cuanto la madre se sienta en condiciones será el momento de la primera toma. Ya estarás tranquila en la habitación y toca poner el bebé al pecho. ¿Dolerá? ¿Cómo será la sensación? ¿Tendré suficiente leche? son algunas de las preocupaciones más habituales.
Para empezar, tienes que adoptar una postura cómoda para ambos. Al principio opta por la postura tradicional ya luego irás buscando nuevas posiciones. La madre tiene que estar sentada, o si sientes dolor después del parto semitumbada, con la espalda bien apoyada y sujetando al bebé con el antebrazo. Si lo prefieres, puedes colocar debajo del brazo una almohada, un cojín o un cojín de lactancia.
No debe haber prendas que interfieran entre el pecho y la boca del bebé. Cuanto más contacto piel con piel haya, mejor. Una vez conseguida la postura que te resulte más cómoda viene algo sumamente importante: el agarre del bebé al pecho. Un mal agarre puede acarrear problemas como dolor, grietas, que el bebé reciba poca leche, etc...
¿Cómo debe agarrarse el bebé al pecho?
La boca del bebé debe cubrir toda o casi toda la areola mamaria y el pezón debe estar completamente dentro de su boca, sobre el paladar blando en la parte superior de la boca. Para dejarlo más claro, el pezón no debe quedar en los labios del bebé sino todo dentro de la boca. La leche sale por el pezón pero gracias a la succión que hace el bebé del pecho.
El reflejo de succión del bebé enviará al cerebro de la madre la orden para producir prolactina, hormona responsable de la producción de leche.
Si el bebé no se coge al pecho enseguida, no te agobies, sigue intentándolo. Algunos lo hacen enseguida y otros tardan un poco más. Para ayudarle, déjale en contacto con tu pecho desnudo la mayor parte del tiempo, cerca de tu olor y tu calor. La mayoría de los bebés realizan la primera toma dentro de las dos horas siguientes al parto.
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