La animación boliviana
Cada 28 de octubre, se celebra el Día Internacional de la Animación, una forma de arte que nos ha regalado historias inolvidables y personajes que traspasan la pantalla.



Desde sus primeros experimentos, la animación ha evolucionado de un conjunto de dibujos en movimiento a un despliegue de creatividad que mezcla arte, tecnología y emoción en cada fotograma. Bolivia también está haciendo su camino en el mundo de la animación, y uno de los trabajos colaborativos que más se ha destacado es, sin duda, La abuela Grillo, una hermosa animación inspirada en la mitología del pueblo ayoreo boliviano, dirigida por Denis Chapon junto al Taller de Animación Boliviano y el grupo danés The Animation Workshop, que nos ofrece una historia de respeto por la naturaleza y los derechos humanos.
Yendo atrás, se pueden rescatar piezas como Emeterio, una caricatura de 1961 que fue rescatada del archivo de la Cinemateca Boliviana, y representa quizá el primer dibujo animado boliviano, aunque muchos de sus elementos indiquen la posibilidad de que haya sido realizado fuera del país. También son muy destacables las obras del animador Jesús Pérez, de la animadora Marisol Barragán y su trabajo rasgado con La muñeca de maíz, y el catálogo de Nicobis, a cargo de Alfredo Obando y Liliana de la Quintana, quienes se dedicaron a producir para la niñez y emplearon a grandes animadores como, Reynaldo Lima Sandalio.
En la actualidad, una instancia importante para el desarrollo de la animación boliviana es Viñetas con Altura, donde han despertado los talentos de animadoras como Alexandra Ramírez, María José Rivera, Estefanía Rocha Balboa, y Matisse González. Hay creadores y producciones que marcan la diferencia en la escena nacional e internacional, como Cristopher Rojas, Ingrid Schulze, Lev Mendoza, o Miguel Mealla.
Finalmente, la Red de Animadores Bolivianos se constituye en 2020 como una organización civil que agrupa a una diversidad de profesionales y estudiantes cuyo interés es impulsar el arte de la animación en Bolivia. La red lleva adelante el festival Animateur, que tiene el objetivo de impulsar el talento emergente boliviano, y cuya programación incluye actividades en las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra.