Erich Conzelmann, pintar para mirarse por dentro
Pintor, fotógrafo y arquitecto, Erich Conzelmann volvió a exponer después de una pausa obligada por la pandemia. Sus nuevas obras vienen cargadas de reflexiones, a ratos involuntarias, sobre la existencia y el ser.
A mediados de septiembre, Erich Conzelmann inauguró “Blend”, una exposición con la que volvía a la escena del arte luego de los embates pandémicos. Según dijo, su exposición no tenía una idea fuerza detrás, “los cuadros no se relacionan unos con otros”, y las pinturas que presentó “simplemente reflejan estados de ánimo particulares”. Pero salta a la vista una operación espiritual, pues casi todas las obras de “Blend” se relacionan simbólicamente, y a veces descaradamente, con la muerte.
“Un cuadro sólo está terminado cuando lo puedes compartir”
En 20 años de trabajo artístico, Conzelmann calcula que ha producido más de 800 cuadros, incluyendo dibujos como los que presentó en su primera exposición allá en 2006. Su vasta obra se caracteriza por ser ecléctica. “La gente dice que no es una temática muy tarijeña. Lo tomo como un halago”, dijo, y es verdad que refresca mirar cosas nuevas, cosas de otras fronteras. “Mis cuadros son más introspectivos, cosas que tengo adentro y quiero sacar. La pintura me ayuda a expresar algunas cosas que no puedo decir de otras maneras. No es mirar afuera y copiar, es mirar adentro mío”.
“Blend” supone casi un ensayo filosófico que, de acuerdo al autor, permite “purgar los sentimientos que tuve durante el encierro y la incertidumbre que hemos tenido en ese entonces”. Pero Conzelmann no toma la muerte como algo negativo, no hay una fascinación mórbida en su trazo. Lo hace “para tenerla presente, para vivir más plenamente, con más intensidad. Sabiéndonos finitos, teniéndolo presente en un cuadro, dices, ‘tengo que animarme, perder el miedo, hacer cosas, tengo que vivir’. Hasta que te toque. Porque es inevitable para todos”.
En esa línea, Conzelmann recuerda el momento en que decidió mostrar su obra al público. “He sentido que un cuadro sólo está terminado cuando lo puedes compartir. Es diferente a una obra musical, que la interpretas e instantáneamente tienes la sensación en el aplauso. Puedes tardar mucho en hacer una pintura, y sólo cuando alguien la ve sientes eso”. Para el pintor, exponer una obra es exponerse a sí mismo, lo que hace de la pintura una actividad profundamente social. “Eso me motiva a hacer exposiciones”.
Su reflexión aborda también la percepción desde adentro. “Blend” incluye obras que retratan sentidos como la interocepción, la equilibriocepción o la cenestesia. “Me interesan porque son la forma que tenemos de conectarnos con el mundo. Si no podemos sentir, no podemos vivir”. Esta mirada se extiende al papel de las nuevas tecnologías: “Es muy fácil caer en el vicio audiovisual. La próxima generación tiene el reto de mantener la humanidad, y espero que en el futuro cercano las nuevas tecnologías no sean una cárcel, sino una herramienta para expandir nuestro espíritu”.