Nazario Rodríguez, aliviando las dolencias de chicos y grandes
El curandero cumplió 90 años de edad este año. Salió triunfante de un contagio de Covid-19, y sigue produciendo pomadas y otros remedios naturales.
Con lentes oscuros imprescindibles, un sombrero fino y traje, Nazario Rodríguez tomó la palabra en la Décima Olimpiada del Saber del Adulto Mayor, sucedida en el Auditorio de la Facultad de Enfermería de la UAJMS. “Buenos días autoridades, presentes, estudiantes, profesores, doy la bienvenida con respeto”, dice desde su sitio en la mesa donde 9 “abuelitos” han llegado a compartir sus saberes de vida, oficios y vivencias.
Alrededor de sus 57 años, Don Nazario Rodríguez comenzó a trabajar con medicina tradicional en la comunidad de San Telmo, río Bermejo, “hasta que me ha pillado la enfermedad. He quedado todo ya tumbado, y vuelta quiero alzar todo mi trabajo de preparación de pomadas”.
“Tengo 90 años de vida, todavía sigo trabajando por la gente, sigo salvando la vida al prójimo”
Rodríguez vive hoy en el Hogar Santa Teresa Jornet de Tarija, ubicado en la calle Delgadillo, entre Tomás Prieto y Felipe Echazú, pasando el Hospital Regional San Juan de Dios, de donde salió para asistir a la Olimpiada “con permiso de las hermanitas”. Ahí, sigue preparando pomadas, asistiendo a todos los residentes del hogar y a otras personas que lo buscan para conseguir alivio a distintas dolencias.
“El molle para todo”, dice Don Nazario, y añade romero, ruda y alcanfor para una pomada que desaparece “el dolor de huesos, rodillas, brazo, cintura, pulmones resfriados. Va a sacar todas las enfermedades”. Otra versión lleva eucalipto blanco, tabaco, matico, ruda, y coca. “Después, los vahos y vapores para sacar el resfrío de pies y rodillas. Siempre va el molle, sanjuanjora, garnica, salvia, maicha. También entra el cañazo para proteger. Para todo el cuerpo, es necesario la medicina”.
Según Rodríguez, para lograr una pomada efectiva, estos ingredientes se mezclan con manteca de armadillo, yacaré o víbora. También esperma de ballena para uso cosmético, y claro, el alcanfor. Si pareciera poco, Don Nazario también hace “composturas, llamada de asustaduras, limpias, soplasones de agua, eso hace bien a la mujer embarazada, haciendo pasar partos. También rajaduras y torceduras. He sido capacitado en Padcaya, en la provincia Arce”, dice.
Su intención es animar a toda la juventud, especialmente a quienes se dedican a las artes medicinales, a aprender cosas nuevas y recuperar saberes tradicionales. “Tengo 90 años de vida, todavía sigo trabajando por la gente, sigo salvando la vida al prójimo, jóvenes y adultos mayores también. Muchas gracias, eso sería para darles a conocer los yuyos que preparamos”, finaliza.