Pedro Castre y los secretos de la libertad financiera (II)
Aprende de una vez por todas como administrar tus finanzas personales y lograr la libertad financiera que tanto anhelas.



El secreto para comenzar a pagarte a ti mismo es manejar tres cuentas bancarias. “Vas a llamar a la primera la cuenta de los costos fijos, y aquí vas a incluir dar, educación y juego. Esta es la cuenta para tus gastos recurrentes mensuales”, comenta Castre. La segunda cuenta es la de libertad financiera, “que es solamente para invertir”, dice. La tercera es una cuenta de ahorro a largo plazo para gastos.
Para que este sistema funcione, hay que crear el hábito de pagarse a sí mismo durante al menos 6 meses. “Hasta que no esté instalado en tu ADN, no te recomiendo abrir la cuenta de ahorro a largo plazo”, dicta el asesor, quien además define la importancia de pagarse a sí mismo. “El concepto es sencillo, pero muy poderoso. Cuando te ingresa un dinero, y antes de hacer cualquier gasto, vas a transferir un porcentaje a la cuenta de libertad financiera”.
“Si no puedes el 10%, hazlo con el 1%. No importa el monto, solo hazlo”
Pedro Castre recomienda un mínimo del 10%. Pero, sobre todo, lo más importante es crear el hábito. “Como yo tenía más de 100 mil dólares en deuda y no me alcanzaba, empecé a pagarme el 1%”. Cuando aprendió a administrar mejor el dinero, pudo aumentar el porcentaje hasta llegar al 90%. “Si no hubiese empezado con 1%, nunca hubiese podido llegar a pagarme el 90% de mis ingresos. Si no puedes el 10%, hazlo con el 1%. No importa el monto, solo hazlo”, ordena el inversionista.
La contundencia viene acompañada de una advertencia clara: “Si no te empiezas a pagar a ti mismo primero, vas a terminar trabajando toda tu vida para otros o para ti mismo, porque como nunca tuviste excedentes para invertir, siempre vas a depender de tu propio ingreso o del ingreso de otros”. Después de entenderlo, solo queda revelar el tercer secreto, que se relaciona con las tarjetas que los bancos otorgan al abrir una cuenta.
Castre recomienda mantener lejos la tarjeta de la cuenta de libertad financiera. “Nunca, nunca, nunca la debes tener contigo en tu billetera. Y la razón es sencilla. Es probable que, cuando empieces a aplicar esta metodología y te quedes sin dinero, te quitarás dinero prestado de tu cuenta de libertad financiera y no lo devolverás”. Es un recurso al que solo se debe acudir una vez que se esté listo para realizar una inversión. Nunca para gastar.
El coach financiero concluye la lección acotando que “una persona que no tiene educación financiera solo tendrá una cuenta de costos fijos, que es la cuenta para sus gastos recurrentes mensuales”. Sin importar cuánto dinero ganes, lo más importante es aprender a administrarlo bien, para lo cual estos tres secretos resultan un sistema efectivo y suficiente.