Alejandro Moreno, cocina y pizza desde los cimientos
Alejandro no descuida ningún proceso en las preparaciones, siente que el respeto a la cocina es esencial.



“De niño me quedaba con mi madrina todas las tardes. Ella cocinaba, y yo siempre veía”, recuerda Alejandro Moreno Caso. Entre los 13 y 14 años fue que confirmó su gusto por el arte culinario, cuando veía programas de cocina y sentía atracción por el contacto con los ingredientes, con una masa cruda, por ejemplo.
Así, por la curiosidad, empezó a experimentar solo: “Pero no salía nada bueno ni bonito”, dice entre risas.
La intención de profundizar en los conocimientos gastronómicos ya estaba presente.

De esa manera, y en el momento en el que debía decidir qué hacer con su vida, le explicó a sus padres esa determinación, mas ellos, aún reacios a la idea, le sugirieron que valore otras opciones. “No se consideraba a la gastronomía como una carrera convencional, por eso les propuse estudiar algo relacionado, al menos”.
Alejandro se fue a Córdoba, Argentina para estudiar Ingeniería Química. No guarda recuerdos muy gratos de ese tiempo. “Me di cuenta de que esa carrera tenía un enfoque muy distinto al que buscaba. Además, sufrí unos problemas que no me dejaban estar cómodo allá”.
La cocina todavía era parte de su vida, allá se formó en algunos cursos, como uno de maestro pizzero.
“Para cocinar hay que tener un respeto máximo por los ingredientes”.
Con todo ello, decidió regresar a Tarija y, finalmente, estudiar gastronomía. Así lo hizo, y esta vez con el visto bueno de sus padres.
Fue durante el tercer año de su carrera que se le ocurrió la idea de abrir una pizzería: “Mi padre ya no trabajaba, y le propuse la idea para generar algo de ingresos”.
Abrieron la pizzería Anacleto -nombre derivado de un apodo de su adolescencia- en el garaje de la casa de su abuela. “Teníamos que preparar todo en mi casa, porque no teníamos espacio en el local”. Alejandro hace énfasis en el apoyo que recibió de sus padres y de sus hermanos: “Son responsables del 80% del éxito de Anacleto”.
“Desde niño me fascinaba la pizza, pero, más allá de eso, aprendí que la cocina italiana tiene una filosofía muy especial, y que comparto. Esta se basa en parte en respetar los procesos, lo tiempos y los ingredientes, con la premisa de que los ingredientes locales y de temporada son los mejores, son más frescos, por ejemplo”. Esa es también la filosofía de Anacleto, y no es algo que le fuese fácil de inculcar a los clientes, pues él cree que en Tarija se toma a la pizza a “la ligera”, pues la preparación y lo ingredientes no tienen la coherencia bajo la que nacieron originalmente.