¿Son buenos los antigripales?
Elías Vidaurre Médico Esta es la temporada de la gripe por excelencia, y en toda casa es habitual encontrar diversos tipos de antigripales que acumulamos con la esperanza de que nos ayuden a superar la enfermedad, si es que caemos en ella. Sin embargo, existen verdaderas dudas acerca de la...
Elías Vidaurre Médico
Esta es la temporada de la gripe por excelencia, y en toda casa es habitual encontrar diversos tipos de antigripales que acumulamos con la esperanza de que nos ayuden a superar la enfermedad, si es que caemos en ella. Sin embargo, existen verdaderas dudas acerca de la fiabilidad de estos medicamentos y de su verdadera eficacia para curarnos.
Conociendo más
En primer lugar no curan la gripe, aunque sí pueden aliviar los síntomas que vienen asociados a ella y que tanto malestar nos provocan. Pueden mitigar el dolor de garganta, de cabeza, los estornudos y/o bajar la fiebre. Sin embargo, el virus de la gripe muta cada cierto tiempo, por lo que es imposible tener los medicamentos adecuados para cada mutación.
De este modo podemos ver que los antigripales tienen aspectos positivos, pues alivian el malestar del paciente, pero tampoco son medicamentos 100% eficaces porque no consiguen eliminar el virus que provoca la gripe.
La principal función de los antigripales, como ya comentamos, es aliviar alguno de los síntomas que vienen asociados con la gripe. Los más comunes son los dolores de cabeza, los estornudos y la congestión nasal. Es por ello que los compuestos que encontramos en la mayor parte de los antigripales atacan directamente a estas dolencias.
Hay veces ni bien hemos estornudado un par de veces nos tiramos al botiquín a buscar medicamentos que “lo corten” y evitar tener la gripe. Pero hay que fijarse en qué elegir en función de los síntomas que se tengan. No es recomendable -porque no resulta útil- consumir antigripales cuando lo que se tiene es un resfriado.
En ocasiones el problema parte de que no sabemos distinguir una gripe de un resfriado, ya que ambas dolencias comparten síntomas y vienen provocadas por un virus. La fiebre suele ser lo que nos ayuda a discernir una enfermedad de otra, puesto que no aparece cuando lo que tenemos es un simple resfriado.
Los antigripales suelen ser medicamentos compuestos en los que encontramos tres principios
En el prospecto encontramos suficiente información respecto a la composición y uso de los medicamentos
Otro aspecto a tener en cuenta y que puede dar lugar a confusiones son los antigripales forte
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Esta es la temporada de la gripe por excelencia, y en toda casa es habitual encontrar diversos tipos de antigripales que acumulamos con la esperanza de que nos ayuden a superar la enfermedad, si es que caemos en ella. Sin embargo, existen verdaderas dudas acerca de la fiabilidad de estos medicamentos y de su verdadera eficacia para curarnos.
Conociendo más
En primer lugar no curan la gripe, aunque sí pueden aliviar los síntomas que vienen asociados a ella y que tanto malestar nos provocan. Pueden mitigar el dolor de garganta, de cabeza, los estornudos y/o bajar la fiebre. Sin embargo, el virus de la gripe muta cada cierto tiempo, por lo que es imposible tener los medicamentos adecuados para cada mutación.
De este modo podemos ver que los antigripales tienen aspectos positivos, pues alivian el malestar del paciente, pero tampoco son medicamentos 100% eficaces porque no consiguen eliminar el virus que provoca la gripe.
La principal función de los antigripales, como ya comentamos, es aliviar alguno de los síntomas que vienen asociados con la gripe. Los más comunes son los dolores de cabeza, los estornudos y la congestión nasal. Es por ello que los compuestos que encontramos en la mayor parte de los antigripales atacan directamente a estas dolencias.
Hay veces ni bien hemos estornudado un par de veces nos tiramos al botiquín a buscar medicamentos que “lo corten” y evitar tener la gripe. Pero hay que fijarse en qué elegir en función de los síntomas que se tengan. No es recomendable -porque no resulta útil- consumir antigripales cuando lo que se tiene es un resfriado.
En ocasiones el problema parte de que no sabemos distinguir una gripe de un resfriado, ya que ambas dolencias comparten síntomas y vienen provocadas por un virus. La fiebre suele ser lo que nos ayuda a discernir una enfermedad de otra, puesto que no aparece cuando lo que tenemos es un simple resfriado.
Los antigripales suelen ser medicamentos compuestos en los que encontramos tres principios
En el prospecto encontramos suficiente información respecto a la composición y uso de los medicamentos
Otro aspecto a tener en cuenta y que puede dar lugar a confusiones son los antigripales forte
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