El grupo de trabajo volvió a emitir su informe anual
IPCC: Impactos concretos del cambio climático en Sudamérica
Las sequías persistentes junto con la deforestación han afectado prácticamente a todos los ecosistemas terrestres y acuáticos de la región. El aumento de las temperaturas también ha generado cambios en la distribución de especies animales y vegetales, pero también en los vectores de enfermedades



América Central y del Sur ya está sufriendo un aumento de sus temperaturas por encima del promedio global, sequías, una mayor presencia de eventos extremos como inundaciones, un aumento en el nivel del mar y una mayor presencia de olas de calor.
Bolivia no está exenta de esta pesadilla, de hecho es considerado por Naciones Unidas como uno de los países más vulnerables por la pérdida de biodiversidad que va a suponer. El efecto en los glaciares ya se ha dejado sentir y la modificación de los ciclos hídricos y pluviales está multiplicando las sequías y las inundaciones.
Estas amenazas, junto con la alta vulnerabilidad de la región, han generado importantes impactos y nuevos riesgos en todos los ecosistemas terrestres y marinos, las ciudades y sus infraestructuras, la seguridad alimentaria e hídrica, así como en la salud y bienestar de la región.
Así lo deja claro el informe de evaluación del Grupo II del Grupo Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad, publicado el lunes 28 de febrero.
Riesgos climáticos
La evidencia determina que los impactos del cambio climático en América Central y del Sur ya son visibles. Además, son amplificados por los altos niveles de desigualdad, pobreza y crecimiento poblacional; la deforestación y la pérdida de biodiversidad y la alta dependencia económica de la explotación de recursos naturales.
Las consecuencias del cambio climático en este territorio son además desiguales entre grupos sociales. De hecho, el calentamiento global afecta más fuertemente a las mujeres que a los hombres de la región debido a normas de género socialmente construidas.
Las sequías persistentes junto con la deforestación han afectado prácticamente a todos los ecosistemas terrestres y acuáticos de la región. Las sequías ocurridas en la Amazonia han producido muertes masivas de árboles y han convertido al bosque amazónico, uno de los mayores reservorios de carbono del planeta, en un emisor de gases de efecto invernadero en momentos específicos.
El aumento de las temperaturas también ha generado cambios en la distribución de especies animales y vegetales, pero también en los vectores de enfermedades. El cambio climático ha favorecido la idoneidad de la transmisión de enfermedades como el dengue o el zika en la región.
Deshielo e inundaciones
Los Andes, en los últimos 40 años, han perdido entre el 30-50 % del área de sus glaciares generando desastres por deslizamientos de tierra e inundaciones. Esto ha afectado a múltiples ecosistemas, a la seguridad hídrica y al sustento de la región, así como a la vida de las personas y a las infraestructuras.
El incremento de 1,5 ℃ podría aumentar la población afectada frente a inundaciones entre 100 % y 400 % en países como Colombia, Brasil, Argentina, Ecuador, Uruguay y Perú. Además, las poblaciones humanas de los Andes, el noreste de Brasil y Centroamérica son especialmente vulnerables a sufrir migraciones y desplazamientos, principalmente debido a las sequías, inundaciones, huracanes.
Cambios en los patrones de precipitación, así como temperaturas extremas están impactando en la producción agrícola de la región, y afectarán de manera importante a agricultores medianos y comunidades indígenas.
Para el año 2050 se pronostica una disminución importante en la producción de arroz y maíz en América Central poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de múltiples países y sus habitantes.
Los ecosistemas marinos y costeros siguen la misma suerte. Los arrecifes de coral de la región experimentarán, al menos una vez por año, severos eventos de blanqueamiento. Se espera que los corales pierdan su hábitat, y cambien su distribución.
Estrategias de adaptación
Las estrategias de adaptación al cambio climático en América Central y del Sur se están incrementando.
En los ecosistemas terrestres, acuáticos y marinos las medidas de adaptación han estado principalmente focalizadas en la protección, restauración y conservación de los ecosistemas. Salvaguardar y fortalecer la naturaleza es clave para asegurar el futuro del planeta debido a que los ecosistemas sanos son más resilientes al cambio climático.
Por otro lado, hay un avance importante en la adaptación del sector del agua, las ciudades, la agricultura y la salud. Muchas de estas estrategias están focalizadas en la diversificación, la generación de sistemas de alertas, entre otros.
Sin embargo, existen importantes límites y brechas que disminuyen la efectividad de estas medidas por la falta de programas educacionales, la falta de financiamiento o la débil gobernanza, y la baja capacidad institucional para implementar las medidas.
El nuevo informe revela la necesidad de incorporar las visiones y los sistemas de conocimiento de los pueblos Indígenas. Sus conocimientos son únicos y cruciales para afrontar los impactos del cambio climático, sobre todo, donde existen importantes incertidumbres.
Para la región, la organización social, pero también la reorganización institucional, así como la participación, son esenciales para construir un futuro resiliente, donde el diálogo entre diferentes actores es un mecanismo clave.
La cooperación entre los gobiernos, las comunidades, la sociedad civil, los organismos, instituciones científicas, medios de comunicación, inversores y empresas, grupos tradicionalmente marginados, incluidas mujeres y niñas, jóvenes, pueblos indígenas, comunidades locales, y minorías étnicas es clave para conseguir un desarrollo climático resiliente.
El informe del Grupo II de trabajo del IPCC es una llamada de alerta sobre las consecuencias de la falta de acción. Urgencia inmediata y acciones más ambiciosas son necesarias para afrontar los efectos del cambio climático.
El cambio climático nos afecta más de lo que se suponía
El cambio climático causado por el ser humano provoca una disrupción peligrosa y generalizada en la naturaleza y afecta la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, alertó de nuevo este lunes 28 un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
En el informe “se demuestra que el cambio climático constituye una amenaza cada vez más grave. Las medidas que se adopten en el presente determinarán la forma en que las personas se adaptarán, y cómo la naturaleza responderá a los crecientes riesgos climáticos”, señalo el presidente del IPCC, Hoesung Lee.
En las próximas dos décadas, el planeta afrontará diversos peligros climáticos inevitables con un calentamiento global de 1,5 grados centígrados y “si se supera temporalmente este nivel de calentamiento, se generarán impactos graves adicionales, algunos de los cuales serán irreversibles”, apuntó el informe.
El Acuerdo de París, aprobado en 2015 por 195 países, estableció la meta de que para 2050 la temperatura media del planeta no exceda en 1,5 grados centígrados la existente en la era preindustrial (1850-1900), ni más de dos grados al final del siglo.
Pero el informe destaca que las consecuencias adversas del cambio climático no aguardarán por esa elevación de temperatura y ya están presentes, como el aumento de olas de calor, sequías e inundaciones que ya superaron los umbrales de tolerancia de plantas y animales, y provocado la mortandad en masa de diversas especies.
Los fenómenos meteorológicos extremos se producen de manera simultánea, lo cual genera impactos en cascada cada vez más difíciles de controlar, expuso el informe divulgado por el IPCC en esta capital.
“Debido a estos fenómenos, millones de personas han quedado expuestas a una situación de inseguridad alimentaria e hídrica aguda, especialmente en África, Asia, América Central y del Sur, así como en islas pequeñas y el Ártico”, dice el texto.
Por ejemplo, entre 3300 y 3600 millones de personas —cerca de la mitad de la población mundial— viven en contextos considerados “altamente vulnerables” al cambio climático, ya sea por su ubicación geográfica (por ejemplo, las pequeñas islas del Pacífico en riesgo de desaparecer) o por su mala situación socioeconómica.
Bolivia, tres impactos claros del cambio climático
El fin de los glaciares
El incremento de la temperatura media en el mundo está amenazando los ciclos hídricos. En Bolivia tiene un claro impacto en el mantenimiento de las nieves perpetuas y glaciares en las cumbres andinas, donde se viene registrando un retroceso sistemático en los últimos 40 años. En general, la desaparición de los glaciares es lo más visible de una modificación de acuíferos que está afectando a la provisión de agua potable.
Inundaciones
Una de las consecuencias más perceptibles del cambio de temperaturas es el del régimen de lluvias. En general las estaciones se han acortado y extremado en sus temperaturas promedio. Hay menos días de frío, pero más extremo, y al contrario. En esas, la temporada de lluvia se manifiesta en grandes tormentas en menos días, que normalmente saturan el territorio y provocan diferentes inundaciones de gravedad.
Incendios
El incremento de la temperatura junto a la modificación del régimen de pluviosidad está elevando el riesgo de incendios en prácticamente todo el territorio nacional, especialmente en los parques naturales más frecuentados por el ser humano. La sequía ha convertido a las masas boscosas en presa fácil de los incendios, que se desatan con mayor voracidad. Bolivia pierde entre 3 y 6 millones de hectáreas cada año en la última década.