Vida en familia
Los niños pueden acabar sufriendo el síndrome del niño hiperregalado, que a la postre acaba por dar poco o ningún valor a las cosas, o pensar que todo es fácil de conseguir, y que
Los niños pueden acabar sufriendo el síndrome del niño hiperregalado, que a la postre acaba por dar poco o ningún valor a las cosas, o pensar que todo es fácil de conseguir, y que no necesitan esforzarse para obtener lo que desean. Reducir el número de regalos y que sean de calidad es el primer paso



Redacción Central/El País
La Navidad se asocia irremediablemente con un árbol adornado y repleto de regalos en su base. Probablemente, porque es lo que se ve en películas y en publicidad, es lo que los niños esperan con la llegada de Papá Noel (o los Reyes Magos en Argentina y España). Sin embargo, muchos progenitores tienen cada vez más claro que el abuso de sorpresas y juguetes sin control se aleja bastante de lo que se presupone como una buena crianza y más aún de lo que se considera consumo responsable.
Los expertos están de acuerdo con esa intuición paterna. Ghada Aboud, profesora de Magisterio de Infantil y Primaria en la Universidad Europea y tutora de Universidad de Padres, Up!family, afirma que recibir muchos regalos puede ser contraproducente para el pequeño: “Pueden perder la ilusión, la creatividad y la imaginación e incluso reducir su nivel de tolerancia a la frustración. Fomentaremos en ellos, además, un consumismo exagerado. No por recibir una mayor cantidad de juguetes van a ser más felices”. Porque “los niños pierden la capacidad de centrarse en un único regalo y de disfrutarlo plenamente, provocando que la emoción se disperse hasta llegar a desaparecer cuando reciben una gran cantidad de regalos”. En efecto, es habitual que, al encontrarse de golpe con demasiados regalos les provoque confusión y dificultad para escoger uno con el que pasar un buen rato.
La regla de los cuatro regalos
Para educar en valores como el consumismo responsable también en Navidad, en la Universidad de Padres proponen seguir la regla de los cuatro regalos. El primero, que le sirva para poder llevar (calzado, ropa, complementos…); el segundo sería un libro (“uno de los mejores regalos que les podemos ofrecer”) sobre alguna temática que le interese, desde dinosaurios a su deporte favorito; el tercer regalo sería eso que el niño desea con más ilusión; y el cuarto, algo que necesite, por ejemplo la equipación del deporte que practica, el material para manualidades que le gusta, etc. Estos cuatro regalos deben ser el total de los que reciban, incluyendo a los abuelos y los tíos. Conseguir que los demás miembros de la familia participen de esta regla no será tarea fácil, pero conviene intentarlo haciéndoles partícipes de la idea de que es importante para su crianza.
Aboud afirma que de esta manera, “nuestros hijos e hijas serán capaces de valorar cada uno de los regalos, les estaremos ayudando en valores como el consumo responsable, haciéndoles reflexionar si realmente es necesario aquello que nos están pidiendo”. Porque la tutora de Up!Family sabe que a menudo lo de llenar el árbol de regalos es una imposición que nos hacemos los propios padres: “Los niños a menudo terminan pidiendo por pedir y, probablemente, alguno de esos regalos será abierto ese día y arrinconado durante el resto del año”. Por eso, Paloma Díez, directora de Psicología Europa y psicóloga experta en infantojuvenil considera que es una buena idea, si tienen regalos de más, “guárdalos y repartirlos a lo largo del año”. Y, la Navidad siguiente, hacer limpia para que los reyes lleven los juguetes que ya no usan a otros niños para que los aprovechen.
Lucha de titanes
Seamos sinceros, luchar contra los elementos consumistas en estas fechas es lo contrario a sencillo, pero, como dice Aboud, “son valores muy importantes que debemos inculcar en la familia y ser nosotros como padres y madres, su ejemplo a seguir enseñándoles el valor que tienen las cosas”. En ese sentido, la psicóloga infantojuvenil afirma que es interesante que “los regalos estén asociados a algún esfuerzo que hayan realizado”, por pequeño que sea y según su edad. “No olvidemos que los Reyes vienen si eres bueno”, recuerda.
Aparte de la regla de los cuatro regalos, está bien que tengamos en cuenta que el mejor obsequio es el tiempo. Paloma Díez: “Lo que más valoran los niños es recibir atención de sus padres, así que regalar juegos que podamos compartir con ellos también es una buena idea”. Aboud apostilla: “Aunque a veces creamos que la verdadera felicidad reside en aquello que queramos comprar, si nos damos cuenta, somos mucho más felices cuando hacemos planes en familia dedicando tiempo a aquellos que queremos. Es la mejor manera que tenemos los padres y madres de transmitir el amor a nuestros hijos e hijas y saber educarles desde pequeños en un consumo responsable, enseñándoles a crecer como ciudadanos en la sociedad en la que viven, sabiendo que tienen hoy en día muchas más cosas que las que realmente necesitan”. Para pasar tiempo de calidad en su compañía, Papá Nöel o los Reyes pueden traer entradas para el cine o un espectáculo, o, quienes no quieran gastar mucho, un día en el campo.
Usar catálogo, papel y lapicera
Escribir la carta para los Reyes no es un trabajo menor. Hay que tener claro qué es lo que al niño le hace tanta ilusión como para que sea su único regalo. “Es bueno hacerse con un catálogo, pero antes de comenzar, explicar la cantidad de regalos que puede escoger para así trabajar también el tema de las expectativas y la frustración. Una vez que lo seleccione, es conveniente elaborar la carta con ellos y así saber qué es lo que finalmente piden”, comenta la tutora de la Universidad de Padres. Y si eso que tanto desean no está al alcance de nuestro bolsillo, explicarles con cariño que son muchos niños del mundo a los que repartir juguetes y tiene que haber para todos. Sin embargo, sobre todo, “no debemos por ello sentirnos culpables. A veces es el adulto el que le da mayor importancia a esta cuestión”, concluye Aboud.
* Artículo extraído de la sección Mamás y Papás del diario El País
El dato
La carta
Para aquellos que hacen su carta de regalos, los expertos recomiendan limitar el número de elecciones y hacerle consciente de que no llegarán todos
Nota de apoyo
El síndrome del
niño hiperregalado
¿Nos estamos pasando con los regalos? ¿Somos capaces de controlar lo que les damos a nuestros pequeños en estas fiestas? A veces consentimos mucho. Muchas regalamos de más. Y hacemos que nuestro hijo padezca el síndrome del niño hiperregalado. El pequeño que lo padece "es aquel que sufre ante la avalancha de obsequios y regalos en un mismo día", explica la doctora y terapeuta Marisa Navarro. "Hay tantos focos en los que poner la atención que el niño es incapaz de concentrarse en ninguno. Esto provoca que se disperse y llegue incluso a perder la ilusión. Es por ello que al contrario de lo que se pretende, llegue a frustrarle y así se vuelva apático, se enfade y empiecen las quejas, con el típico “esto no es lo que quería” y otras cosas peores, que tan mal sientan a los padres", añade.
Cumpleaños o días de Navidad son los más propicios para que los niños lo sufran, ya que además de los regalos de los padres, están los de familiares y amigos. En algunos casos, especialmente en los niños que pasan menos tiempo con sus padres, este síndrome puede ser algo habitual, cuando se intenta suplir la falta de atención con regalos.
Consecuencias del síndrome del niño hiperregalado
Las consecuencias de hiperregalar a los niños son muy perjudiciales, ya que se les transmiten unos valores muy negativos, como dar poco o ningún valor a las cosas, o pensar que todo es fácil de conseguir, y que no necesitan esforzarse para obtener lo que desean. "De esta manera, estos niños se vuelven enormemente cómodos y, en consecuencia, tenemos pequeños frustrados y con falta de imaginación e ilusión por las cosas, o consumistas, caprichosos e indecisos, y que solo dan importancia a lo material", sugiere la doctora Navarro. "Además, les enseñamos a crearse necesidades que en realidad no tienen. Estas características les acompañarán cuando sean adultos, y se reflejarán en todas las facetas de su vida", incide.
¿Pautas a seguir?
Además de la norma de los cuatro regalos, si es posible una buena idea es recibir algo para otros niños, ya sea para algún familiar o para algún niño que pueda necesitarlo. Esta es una buena oportunidad para educarles en valores como saber compartir, o la amistad, la solidaridad, la bondad, generosidad, gratitud, empatía y muchas otras capacidades tan positivas, que les acompañarán en su vida adulta.