Concluyó el Mundial con victoria para Carlsen
Cómo Gambito de Dama y la pandemia revivieron al ajedrez
El contexto mundial y la serie fueron claves para reinstalar al juego de mesa, algo que es celebrado por los jugadores. El juego online es el más avanzado entre los e-Sports. Magnus Carles es el nuevo ídolo de masas



La final del Campeonato del Mundo de la Federación Internacional de Ajedrez que ha vuelto a coronar al noruego Magnus Carlsen se ha convertido en uno de los fenómenos virales de los últimos días.
“La pandemia fue lo mejor que le pudo pasar al ajedrez”. La frase es repetida –con cierta timidez– por quienes laten al ritmo de este deporte milenario y mental. Hay una foto que bien la representa: gente alrededor de todo el planeta, encerrada en su casa, realizando nuevas actividades. Entre ellas, jugar al ajedrez.
En este escenario impensado, la serie “Gambito de Dama” potenció en 2020 el fenómeno, haciendo de esta disciplina un boom mundial que crece a pasos agigantados con una nueva modalidad: el juego online.
En más de 62 millones de pantallas se vio al menos por dos minutos esta ficción que protagoniza la actriz argentina Anya Taylor, y que cuenta las idas y vueltas de Elizabeth Harmon, una joven ajedrecista que se hace lugar en un mundo dominado por los hombres.
En 2021 el tirón no ha pasado y más bien el interés se ha asentado. Se estima un número similar de visionados entre todas las plataformas por las que se han difundido los momentos de la gran final que, con un marcador de 4 victorias, 7 tablas y un puntaje de 7 ½ vs 3 ½ a favor, se ha llevado el gran maestro noruego, que se impuso sobre el retador, también gran maestro, el ruso Ian Nepomniachtchi. El resultado ha sido alcanzado después de 11 partidas jugadas en Dubai, de las cuales la primera fue jugada el 26 de noviembre y la última concluyó cerca del medio día de La Paz este 10 de diciembre.
Hace dos años este campeonato era prácticamente inexistente para el gran público. Hoy Carlsen tiene 29,8 millones de entradas en Google y su página de Facebook tiene más de 700.000 seguidores; un tercio de los que tiene una superestrella como Manu Ginobili de un deporte popular como el baloncesto.
Un deporte en auge
Según fuentes del sector consultadas por NOTICIAS, la ecuación pandemia más serie generó un incremento en más de 200 por ciento de las ventas de juegos, tableros, aplicaciones y clases online en distintos círculos y clubes de Argentina.
“Hay pocas actividades que puedan adaptarse tan bien a lo online. La pandemia fue un detonante de una estructura que ya estaba muy instalada”, explica Diego Flores, maestro de ajedrez, actual campeón argentino y uno de los directores del sitio Ajedrez Latino.
Desde allí brinda cursos vía web a alumnos de todo el mundo donde el fenómeno también crece. David Llada, director de Mercadotecnia y Comunicación de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), sostiene que este boom no surgió de la noche a la mañana. “El ajedrez ya estaba creciendo en los últimos años, sobre todo en la plataforma de streaming Twitch. Íbamos con brisa favorable, pero de repente se desató la tormenta perfecta. La cuarentena mantuvo a millones de personas encerradas en casa por varias semanas. Así que la popularidad del ajedrez se disparó”, reflexiona Llada.
“Gambito de Dama” se estrenó el viernes 24 de octubre. En la mañana del lunes, cuenta Llada, encontró su casilla inundada de emails. “Seguimos recibiendo peticiones de información a diario. No hemos tenido ni un descanso. El punto culminante fue el estreno de la serie, que acercó el ajedrez a muchísima gente que aun no conocía el juego. Millones de personas se dieron cuenta de repente de que el ajedrez era algo 'cool', cargado de tensión, con personajes interesantes”, explica el español.
“Desde noviembre del año pasado la cantidad de consultas fue impresionante”, coincide Leandro Plotinsky, presidente del círculo de ajedrez Torre Blanca y dueño de ventajedrez.com. “Las consultas fueron tanto para aprender como para comprar los propios libros que Elizabeth Harmon consulta en la serie. Hay una masa crítica que aumentó un 50 por ciento”, agrega.
Boom del ajedrez
En Chess.com, el sitio más importante del mundo, hay un grupo de la Federación Argentina de Ajedrez que, antes de la pandemia, contaba con casi 3.000 miembros. “Luego de la pandemia subió a 3500 y después de Gambito de Dama, a 4600 jugadores. Hay un 30 por ciento más”, detalla Héctor Fiori, secretario de la Federación Argentina, dando cuenta de otros de los indicadores. “Además se multiplicó la actividad de forma remota. Los torneros de elite mundial en línea vieron en un 200 por ciento incrementada la cantidad de personas que lo veían”, agrega Fiori sobre estas competiciones que tiene apetecibles bolsas de premios que llegan al millón de dólares.
Un dato no menor que pinta este escenario virtual con jugosos premios: Magnus Carlsen, el actual número uno del mundo, fue en 2020 la persona que más dinero ganó en deportes electrónicos o eSports. En 2021 va por el mismo camino.
Las ventas de productos también se dispararon. “El ajedrez es el deporte que pudo seguir jugándose en pandemia. Fuimos grandes beneficiados. Y una semana después del lanzamiento de la serie, las ventas subieron el 100 por ciento”, dice Plotinsky. “Tanto los libros que la protagonista nombra, como los de iniciación, ¡están agotados! En España las ventas en noviembre y diciembre subieron un 100 por ciento también”, remarca el dueño de ventajedrez.com.
“Ahora mismo, en toda Europa y Norteamérica, es imposible encontrar un tablero de ajedrez. ¡Se han agotado por completo! Las ventas de libros, cursos, y otros materiales relacionados con el juego también se han vendido en cantidades inusitadas", agrega Llada desde España.
El ajedrez Futuro es on line
El mundo del ajedrez augura un gran 2021. Chess.com ya superó los 50 millones de usuarios y siguen creciendo: tan solo en la semana pasada registró 1 millón de nuevos usuarios. Para Llada, el éxito tiene que ver con que el ajedrez es un buen entretenimiento familiar y que a su vez también tiene un elemento competitivo. “Jugar partidas rápidas es algo electrizante, y mucha gente que estaba aburrida en su casa parece que buscó emoción en competir online. Por eso los clubes de juego online han crecido muchísimo”, explica el secretario de la FIDE, desde donde se estima que el número de 30 millones de niños inscriptos en los programas escolares de 195 países miembros podría elevarse a 50 millones el año próximo.
“Fuimos el deporte de la pandemia y este empujón que parecía que iba a terminar en el verano, va a seguir”, augura Plotinsky. Ahora, de hecho, la Federación Internacional cambió el reglamento para que los torneos se puedan jugar online. “El ajedrez por Internet y con esta magnitud llegó para quedarse. Y se potenció. El nuevo reglamento híbrido entre online y presencial es una de las pruebas de que hay ajedrez para rato”, concluye Flores.
La Guerra Fría en un tablero de ajedrez
El momento de popularidad del ajedrez actual solo tiene comparación con el que se vivió en los años de la guerra fría, aunque por razones muy distintas.
En julio de 1972 comenzaba la final del campeonato del mundo de ajedrez. Este evento, celebrado en Reikiavik, es conocido como el match del siglo. En aquel encuentro se enfrentaron el excéntrico ajedrecista estadounidense Bobby Fischer como aspirante y el soviético Boris Spassky como defensor del título. Nunca antes el mundo de las 64 casillas había generado tanta expectación. En el tablero no solo estaba en juego una corona o una pugna entre dos mentes brillantes, sino que cada uno de los contrincantes representaba la oposición de dos formas de ver el mundo. El bloque occidental liderado por Estados Unidos con una visión capitalista y por otro lado el bloque oriental capitaneado por la Unión Soviética con una perspectiva económica y social comunista se enfrentaban esta vez sobre el tablero.
El match del Siglo: Fischer-Spassky
El ajedrez, en plena Guerra Fría, se convirtió en una forma de descargar la tensión acumulada por ambas superpotencias. Una derrota por parte de cualquiera de los dos jugadores no sería bien recibida en su país de origen.
Desde que se reguló el título de campeón del mundo, a finales del siglo XIX, el vigente campeón era el que determinaba cómo, cuándo y con quién ponía el título en juego. Para arreglarlo, a partir de 1948 la FIDE establece un Torneo de Candidatos entre los mejores del Torneo Interzonal donde compiten los grandes maestros, del que sale el aspirante al título.
Bobby Fischer arrasó en el Torneo Interzonal ganando a la mayoría de los jugadores de la élite ajedrecística y gracias a esto consiguió su plaza en el Torneo de Candidatos. En ese último torneó ganó con facilidad a los otros aspirantes y obtuvo el derecho de retar al vigente campeón: el soviético Boris Spassky.
Tras unas tensas negociaciones por las condiciones del match, se eligió Reikiavik, un escenario neutral en la Guerra Fría, como sede para el encuentro.
Los protagonistas de esta partida resultan interesantes en sí mismos. El primero de ellos, el aspirante de 29 años Bobby Fischer, era conocido por su personalidad extravagante y un tanto infantil. Sin embargo, lo realmente excepcional de Fischer eran sus resultados. Por el otro lado, no solo estaba un rival temible como era Spassky sino un amplio equipo de analistas formado entre otros por el excampeón soviético Botvinnik y por todos los grandes maestros de primera línea rusos. Ganar esa final suponía vencer a toda la poderosa estructura de ajedrez de la Unión Soviética organizada por el Comité de Educación Física y Deportes, del que habían salido todos los campeones mundiales desde 1948.
En ese contexto, Fischer se presentaba como la primera amenaza real tras 24 años ininterrumpidos de dominio soviético, tras las arrolladoras victorias de Fischer frente a la élite ajedrecística en el Torneo de Candidatos.
El match, por los contrincantes y por las circunstancias exteriores, no podía ser un mero evento deportivo. Durante unos meses, la Guerra Fría se trasladó a un tablero de ajedrez.
Ante toda la exaltación generada por este evento llegó el 11 de julio. Minutos antes, no había ni rastro de Fischer. Todo el mundo empezó a sospechar que el estadounidense no iba a jugar por discrepancias con la organización. El entonces Secretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger, le llamó por teléfono y le dijo a Fischer: “ve ahí y gana a esos rusos”.
La primera partida fue accidentada, con Fisher llegando tarde a la cita. En la segunda no se presentó por protestas por la organización y disposición de cámaras, que finalmente fueron dispuestas a su gusto. A partir de la tercera, Fisher desplegó un gran juego. Al concluir la decimotercera partida, Fischer obtuvo una sólida ventaja de 3 puntos. Después sobrevinieron una larga sucesión de tablas hasta la partida 21 donde tras un error táctico de Spassky, el norteamericano obtuvo una posición ganadora. El soviético se rindió por teléfono y Fischer se convirtió en el primer campeón del mundo estadounidense.
El fin del mito
Tras su derrota contra Fischer, Spassky no volvió al nivel de ajedrez de sus tiempos de campeón y fue recibido con recelo por las autoridades de su país. Él y su equipo tuvieron que soportar las duras críticas por parte de la federación rusa que les acusaban de una preparación insuficiente y una falta de esfuerzo y de lucha ante el jugador estadounidense. De hecho, años más tarde Spassky se nacionalizó francés y siguió compitiendo en torneos puntuales.
En la otra cara de la moneda, Fischer fue recibido con honores en Estados Unidos, siendo invitado por el presidente Richard Nixon a una reunión y cena en la Casa Blanca. Aunque, como era habitual en él, el excéntrico e imprevisible Bobby rehusó la invitación. Además, la victoria de Fischer contribuyó notablemente a un boom de la popularidad del ajedrez en los Estados Unidos, donde en los siguientes años los clubes de ajedrez se duplicaron en número.
Pero tras conquistar la corona, Fischer ya no tenía ninguna motivación y desde entonces no jugó una sola partida oficial ni ningún torneo.